domingo, 10 de marzo de 2013

SI NO HAY SALCHICHÓN, YA PONDRE CHORIZO

Imputados y testigos en el juicio de la Operación Puerto.
Eufemiano Fuentes, Ignacio Labarta, Vicente Belda,
Manolo Saez y Yolanda Fuentes.
Menudo quinteto de sopranos.
Seguimos una semana más con el patético juicio de la Operación Puerto, después de escuchar a los ciclistas, ahora les tocó el turno a los peritos y a las escuchas telefónicas intervenidas por la Guardia Civil.
Unas conversaciones telefónicas, que me dejan atónito, al escuchar las frases de Eufemiano Fuentes con sus clientes: “Te vamos a dar unas cositas para trucar el motor”, “¿Te has puesto en contacto con el canario para ponerte el aceite?”, “¿Que le digo a Birillo?”, “¿Qué no hay comida?”. “Si no hay salchichón, ya pondré chorizo”. Etc. etc.
Así que después de todo lo visto y escuchado, deduzco, que en España se ha encubierto a deportistas, que hay ambigüedad en la lucha antidopaje y la imagen de deterioro en el extranjero es mayor de lo que ya se tenía.
Tal era el número de deportistas en demanda de un sinfín de productos dopantes que en 2006 el pajarraco Fuentes tuvo dificultad para atender tanta demanda.
Los peritos están sucumbiendo al interrogatorio de las acusaciones, desmontando la defensa de Eufemiano Fuentes y admitiendo que no cumplía los requisitos exigidos para realizar transfusiones.
Ahora ya somos muchos los que nos preguntamos por qué los ciclistas españoles se negaron a relacionar el dopaje en el juicio de la Operación Puerto. Es posible que la respuesta nos la diese Moisés Dueñas, primer ciclista que colaboró con la justicia española tras dar positivo por EPO en el Tour de Francia de 2008.
Yo al final no he tenido recompensa por colaborar”, aseguraba en una entrevista, “me siento traicionado por las máximas autoridades deportivas del país”, “al final pasa el tiempo y la gente se olvida”. Después de pensarlo, el ciclista decidió colaborar con la policía y la justicia denunciando prácticas dopantes en el equipo Barloworld, el médico de la escuadra, Jesús Losa, fue imputado en la investigación, aunque apenas hubo sanciones importantes.
Moisés Dueñas vio rebajada a un año su suspensión, pero no volvió a correr en las categorías profesionales hasta mediados del año pasado, cuando ficho por el Burgos BH, de la segunda categoría.
Si he vuelto ha sido por mis méritos”, decía en la misma entrevista Dueñas, uno de los escasísimos deportistas en España que aceptó cooperar a cambio de clemencia y reinserción. “La verdad que yo pensaba que tras mi colaboración correría sin problemas en profesionales, ya que fue lo que me prometieron. Esperaba que sirviera como un ejemplo para otros deportistas en casos similares al mío”.
Ya ves que no, Moisés, todavía hay mucha hipocresía en este deporte. Pero puedes ser igualmente feliz con lo que has hecho.
Tu colaboración no ha servido de mucho ya que te costó tres años en amateur para volver a ser profesional y puede que te sientas traicionado pues como tú recuerdas en tu declaración, el Consejo Superior de Deportes no volvió a interesarse por ti.
Lo mismo que no se preocuparon cuando fracasaron los esfuerzos para fichar por el Xacobeo Galicia, que era un equipo patrocinado con dinero público.
No sé si Álvaro Pino freno mi entrada en el Xacobeo o quién fue. Lo que sí sé es que me prometieron correr con ellos y luego me empezaron a dar largas”, aseguró Dueñas en la misma entrevista.
Estoy seguro que esto solo pasa en España, ciclistas de otros países, con sus colaboraciones están corriendo sin problemas en equipos Pro Tour.
La Federación de Ciclismo Holandesa, ha puesto en marcha una comisión de la verdad en la que todos los ciclistas de sus tres equipos principales (Argos, Blanco y Vacansoleil) deberán responder a un cuestionario sobre lo que saben del dopaje desde 1993 hasta hoy. A cambio de la confesión, se les ofrece clemencia con sanciones de sólo seis meses, mantenimiento del contrato y una multa de tres meses de salario. Así es como se puede conseguir testimonios relevantes.
Pero España es diferente, como siempre y en todo. Así que no es de extrañar que siete de los diez ciclistas y ex ciclistas citados como testigos en el proceso de la O. P. fueran españoles y solo uno Jesús Manzano, marginado del pelotón en 2004, habló de prácticas dopantes. El resto como un disco rayado se aferraron al noooooooooo, nunnnnnnnnnnca, desconozzzzzzzzzzco. Una posición acorde con la inmensa mayoría del pelotón español, que pese a los positivos, optan por el silencio o la negación a ultranza.
Así que Sra. Ana Muñoz, jefa de la Agencia Estatal Antidopaje Española, no espere que un ciclista entre por su puerta con deseo de colaborar.
Entre tanto siguen saliendo ciclistas no españoles, que confiesan haber tomado EPO, cortisona y someterse a transfusiones de sangre como reconoció estos días el holandés Michael Boogerd. Sin embargo, al igual que todos se negó a dar detalles y nombres. “No soy ningún traidor”, explicó en la entrevista televisiva.
Eso no es ser traidor, simplemente es apartar a esa gentuza de un deporte que tiene que ser limpio y sin trampas, de lo contrario lo que estáis proporcionando es que esta gente bajo el anonimato sigan enriqueciéndose a cuenta de dejar juguetes jotos y cadáveres en su camino.
A pesar de todo seguiremos amando este deporte y esperando por esa limpieza, entre tanto viviremos el ciclismo como nuestro hobby.

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