domingo, 30 de novembro de 2014

EL ASTANA EN ESTADO DE PUTRAFACCIÓN

Durante esta semana la Unión Ciclistas Internacional (UCI), comunico un quinto positivo en el Astana, aunque tres de ellos son de ciclistas del equipo continental que tras este tercer caso por esteroides, su mánager Alexander Vinokourov decidió suspender la actividad del equipo continental para intentar salvar al equipo World Tour. Una estrategia que la Comisión de Licencias debería estudiar con lupa antes de pronunciarse.
El que mal anda mal acaba, este equipo ya nació torcido y continúa arrastrando un pasado manchado por escándalos de dopaje. No pudo correr el Tour de Francia de 2006, al ser el heredero del Liberty Seguros de Manolo Saiz que ese mismo año cayó en la Operación Puerto. En plena edición de 2007, el hoy mánager del equipo Alexander Vinokourov dio positivo por autotransfusión, lo que supuso la expulsión del Astana de la carrera, además de los casos que protagonizaron Andrei Kashechkin y Mathias Kessler fueron la principal consecuencia para que en 2008, el Tour de Francia no los invitase a participar, para desesperación del entonces vigente campeón Alberto Contador, quien en 2010 daría positivo por clembuterol del famoso chuletón comprado por el hoy presidente de la Federación Española de Ciclismo José Luis López Cerron, y con el Pistolero de Pinto en las filas del Astana. Un año antes el propio Contador había compartido liderazgo con el reaparecido Lance Armstrong, de quien ya todos sabemos cómo terminó. El Astana ante este cúmulo de problemas, decidió poner al frente como mánager a Vinokourov, el mismo que había prendido la mecha en el año 2007 y que todavía hoy tiene pendiente un juicio por amaño de una Lieja-Bastoña-Lieja con Aleksandr Kolobnev, sustituyendo nada más ni nada menos que a otro declarado culpable Johan Bruyneel. Tanto monta, monta tanto.
Aunque el equipo Astana en un esfuerzo por salir del cesto de esas manzanas podridas, se inscribió en el Movimiento por un Ciclismo Creíble, fichando como líder a un ciclista sin mancha como es Vincenzo Nibali o contratando a Fabio Aru y Jakob Fuglsang, precisamente con el objetivo de cambiar la imagen y ganar credibilidad. Pero si el Astana, al igual que todo el ciclismo, quieren sacar de ese cesto las manzanas podridas para que queden solo las sanas, no pueden mantener al frente de sus equipos a los mismos de siempre o a sus discípulos. Quiero creer y creo que algunos asumieron sus errores y cruzaron la meta hacia el BIEN. ¿Pero lo han hecho todos?. Para que el ciclismo suelte totalmente su lastre, más que palabras, tiene que haber hechos contundentes y sin ambigüedades.
A la espera de la decisión de los cuatro miembros de la UCI que forman la Comisión de licencias, Vincezo Nibali puede que se quede sin el desafío del millón de euros que presento Oleg Tinkoff, sin el Tour de Francia 2015 (por lo menos con el Astana), sin que ataque o le ataquen los Contador, Froome o Nairo Quintana. Y es que el Astana lleva mucho tiempo jugando con fuego, otros que no jugaron tanto ya hace tiempo que se quemaron.
Los cinco casos de dopaje en una misma temporada hacen que huela a podrido y que algo sospechoso está ocurriendo en el equipo.
Veremos en qué queda la decisión de la UCI, pero si se quiere poner empeño en limpiar este bonito deporte, no tiene justificación que un equipo con estos antecedentes y cinco positivos en la misma temporada digan que no saben nada y se le dé la licencia. Ello aún reconociendo que si al final se la dan, los perjudicados van a ser los de siempre, que no son otros que los ciclistas, ya que el Sr. Vinokourov seguro que seguirá llevándoselo calentito a casa. 
Sé que es injusto dudar por cinco que han pecado. Pero el problema que sobrevuela por el pelotón, no ha nacido ahora, lleva muchos años implantado y solo acciones rotundas y rigurosas (no maquillaje), podrán acabar con ello.

Lo importante es que el ciclismo siga y que sigan cayendo los tramposos. Con acciones rotundas y rigurosas pronto en la cesta de las manzanas podridas solo quedaran las sanas.

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