En esta temporada ciclista tan imprevisible y atípica, el Giro de Italia que puso el punto final ayer, comenzaba con la caída del colombiano Miguel Ángel López que en el ecuador de la contrarreloj del primer día se golpeaba contra una valla y abandonaba en ambulancia la prueba. Una lastima porque estaba destinado a ser uno de los animadores de este Giro de las hojas muertas.
El candidato a reveleción de este Giro Alexander Vlason tambien tubo que hacer las maletas por culpa de problemas estomacales y como no hay dos sin tres, al gran favorito Geraint Thomas fue un bidón el que dío termino a sus opciones. El galés logró llegar a la meta de la tercera etapa de un modo que horas después resulto ser heroico (tenia una fractura en la pelvis).
Antes de la salida de la octaba etapa, el Covid-19 sumergia
al Giro de Italia en un escenario desconocido al entra sin autorización en este
Giro y sin llamar entro en la habitación de Simón Yates que con síntomas muy
leves dio positivo por coronavirus y ya no se presento en la salida. Tras
ser aislado en una habitación individual fue
llevado de manera segura por una ambulancia a un lugar de cuarentena, donde su
equipo pudo ofrecerle la mejor atención posible aunque sus síntomas son muy
leves.
Tras este positivo la serpiente multicolor se puso en
alerta por las consecuencias de la rotura de la burbuja anti Covid-19 y tres
días despues se confirmaba que la rotura de la burbuja de la Corsa Rosa era
relativamente grave. De los 571 controles de PCR realizados el domingo 11 y el
lunes 12 se confirmaban ocho positivos, dos correspondian a ciclistas y el
resto a técnicos y auxiliares de los equipos. Los ciclistas afectados eran Steven Kruijswijk y Michael
Matthews,
que fueron inmediatamente apartados por los responsables de
sus equipos. El resto de contagiados fueron cuatro integrantes del
Mitchelton-Scott, uno del AG2R-La Mondiale y otro del Ineos Grenadiers.
Inmediatamente
después del anuncio del Giro, los responsables del Mitchelton-Scott comunicaron
su abandono de la prueba. Idéntica decisión adoptó, poco antes de mediodía, el
Jumbo. Tremendo golpe para la carrera que a pesar de todo continuo rodando.
Tras las dos primeras semanas cargadas de dificultades
sanitarias no sirvieron para hacer una selección de favoritos. A cuentagotas
fueron desapareciendo de la carrera algunos de los llamados a vestirse de rosa
en Milán por motivos que nada tienen que ver con las fuerzas en carrera.
Cayeron algunos favoritos y siguen cayendo grandes nombres del pelotón mundial, esta vez le toco a Fernando Gaviria que después de someterse a la prueba de PCR en el segundo día de descanso dio positivo por COVID-19", por lo que no se presento el martes día 20 en la salida de la decimosexta etapa.
Gaviria fue aislado inmediatamente después del resultado de
la prueba se siente bien y está completamente asintomático. Esta es la segunda
vez que el colombiano da positivo por coronavirus, después de padecerlo también
en marzo, cuando se vio obligado a abandonar el Tour de los Emiratos Árabes
Unidos.
La penúltima de las muchas dificultades que ha tenido que
afrontar este excepcional Giro llegaba el jueves 22 por el positivo de Matteo
Spreafico que abandonaba tras dos resultados de análisis anormales por el
anabolizante Enobosarm, también conocido como ostarina.
La caída inexplicable de Superman López, los problemas
estomacales de Alexander Vlason, un bidón suelto
causantes de la caída de Geraint Thomas, los positivos por Covid de Simon Yates y Steven Kruijswijk o el dopaje de Matteo Spreafico casi pusieron en jaque un Giro bastante conservador. Pero la
última de las muchas dificultades que ha tenido que afrontar este excepcional
Giro fue el plantón de muchos ciclistas que
se negaron a recorrer los 258 kilómetros previstos entre las localidades de
Morbegno y Asti.
Los ciclistas echaron píe a tierra a los
ocho kilómetros de empezar la etapa, montándose en los autobuses de sus equipos
para reemprender la marcha en Abbiategrasso.
Es difícil entender a estos profesionales, yo, personalmente no acabo de entenderlo, esta etapa del Giro de
Italia 2020 estaba ahí desde hace un año en que se dio a conocer el recorrido,
no ha caído del cielo, como el agua que remojó a los ciclistas y enfrió sus
ganas de competir.
No me atrevo a calificar este plante del
pelotón porque no se lo que se cuece ahí dentro.
Pero lo que sí digo es que es muy extraño todo
y que no habla bien del colectivo ni de sus representantes, cuando han salido
en condiciones mucho peores otras veces y en otras carreras.
Se adujo temas de salud, de
debilidad de los cuerpos de los ciclistas y las condiciones meteorológicas,
pero no todos estaban de acuerdo.
Se por experiencia lo que siente un ciclista cuando se levanta y ve el día lluvioso, frío, con niebla y pensando en los 260 kilómetros que le esperan y si además el día anterior se dierón un palizón, lo que te pide el cuerpo es quedarse en cama y seguir durmiendo, pero amigos, éllos son profesionales, creo que no es de recibo esta cancelación.
No de la forma que se ha dado,
y aunque digan desde la asociación de ciclistas que el espectáculo no se ve
perjudicado, a otro con ese cuento, es imposible que con cien
kilómetros menos, más el recorte de dureza del día siguiente, las cosas
resulten igual que si se siguiera el plan establecido.
Lo triste es que toda la admiración que
siento por el ciclismo se ha tornado en crítica, por que
al final se toman decisiones y pasan cosas, unas cosas, a las que encontrarle
explicación resulta muy difícil.
Claro que respeto al
ciclista, a su profesión y a su salud, pero hay momentos que en esta pelicula
me deja sin argumentos para defender a los artistas. Y éste fue uno de ellos.
En fin, en el Giro
de Italia 2020 más descafeinado de la historia todo resulto imprevisible, los
favoritos al triunfo final fueron cayendo como moscas, dejando a unos
corredores luchando por la general que normalmente no se hubieran visto en esas
nunca, a los contrarrelojistas brillando en terrenos que no eran los suyos, a
un líder tan inesperado como Joao Almeida que mantuvo la maglia
rosa hasta las 48 curvas del monumental Stelvio, en una etapa
monumental del ciclismo que dejaba la Corsa Rosa al rojo vivo a tres días del
final.
Tan al rojo vivo estaba que después
de 85 horas sobre la bicicleta, repartidas en 20 etapas de desgaste y
sufrimiento el Giro llegaba a la contrarreloj final de Milán con el australiano Jay
Hindley y el británico Tao Geoghegan Hart, empatados al
frente de la clasificación general. Sí, empatados, exactamente con el mismo
tiempo, otra bella anomalía que multiplicaba la emoción de la última etapa.
Después de que los
grandes nombres de este Giro fueron cayendo por un motivo u otro, bien por
caídas, bien por positivo por covid, bien porque las fuerzas no les dieron para
pelear por el triunfo final. El camino hacia la gloria quedó expedito para dos
jóvenes a los que nadie esperaba peleando por el triunfo final. Un Giro en 15,7
kilómetros, a todo o nada, del que salió victorioso el británico Tao Geoghegan Hart.
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