xoves, 30 de abril de 2015

WILFRIED DAVID

Wilfried David naceu en Bruxas (Bélxica), o 22 de febreiro de 1946.
Foi un ciclista belga especialista en carreiras por etapas, cuxos maiores éxitos deportivos logrounos no Tour de Francia onde obtivo unha vitoria de etapa e na Volta a España onde, obtivo unha vitoria de etapa e finalizou segundo na clasificación xeral de 1971.
Profesional de 1968 a 1976.
TRIUNFOS: 1968 vencedor da Volta a Bélxica e a clasificación por puntos, máis unha etapa da Paris-Niza.
1971, vencedor dunha etapa da Volta a España.
1972, vencedor dunha etapa da Volta a Suiza.
1973, vencedor da Volta a Romandía, máis unha etapa, vencedor da Bruxelas-Ingooigem, dunha etapa do Tour de Francia e dunha etapa da Dauphiné Libéré.

1976, vencedor dunha etapa do Tour do Mediterráneo.
Nunca participou no Xiro de Italia.
TOUR DE FRANCIA: 1968 retírase antes de finalizar a carreira, 1969 (27º), 1971, ten que abandoar a carreira antes de finalizar, 1972 (41º), 1973 (74º, máis unha etapa), en 1974 e 1975 retírase. 
VOLTA A ESPAÑA: 1971 (2º, máis unha etapa).
Outros resultados dignos de mención: 1969, cuarto na Volta a Suiza e 1976 segundo na Volta a Bélxica.
EQUIPOS: 1968-1970 Flandria, 1971-1972 Peugeot, 1973-1975 Flandria e 1976 Ijsboerke.

domingo, 26 de abril de 2015

PRIMAVERA CICLISTA CON BUEN CICLISMO Y DEMASIADOS DESPROPOSITOS

En plena primavera ciclista, la actualidad no cesa después de un mes cargado de clásicas y con el Giro de Italia a la vuelta de la esquina.

Comenzábamos este mes de abril con la disputa del Tour de Flandes, que fuera de lo deportivo tuvo como protagonista a uno de los coches neutros que prestan asistencia en carrera a los ciclistas. Primero, tras tocar en el bordillo y golpear con el espejo retrovisor se llevó por delante a Jesse Sergent del Treck, que sufrió la fractura de la clavícula. Después ese mismo coche, golpeó por detrás al coche de la FDJ provocando la caída de Sébastien Chavanel, que estaba recibiendo instrucciones de su equipo por la ventanilla del copiloto. Unos despropósitos que no tendrían que haber ocurrido, a pesar de que las caídas en el ciclismo son inevitables, pero que detrás de estos accidentes este el factor humano por descuidos, por errores o incluso por la poca pericia del conductor de ese vehículo, es algo que hay que criticar y evitar, fueron una serie de errores que son intolerable y de los que habrá que tomar medidas por la seguridad de los propios ciclistas.

En lo deportivo, la 97ª edición del Tour de Flandes, segundo monumento de la temporada ciclista que forma parte del UCI World Tour 2015 y que tras 264,2 kilómetros de recorrido entre Brujas y Oudenaarde, con 19 muros y algunos tramos de pavé, el ganador fue Alexander Kristoff (Katusha), primer noruego que conquista la clásica belga, al batir con claridad en el sprint a su compañero de fuga Niki Terpstra (Etixx-Quick-Step), con el que se había escapado cuando faltaban 28 kilómetros.

La clave del triunfo del ciclista noruego estuvo en los adoquines del Kwaremont, uno de los 19 muros que jalonaron el recorrido. Al hachazo que dio Kristoff sólo pudo seguirle Terstra, que tras una buena sincronización entre ambos les permitió abrir un hueco de medio minuto cuando tan sólo faltaban 14 kilómetros para la línea de meta, punto en el que saltaron del grupo perseguidor Greg Van Avermaert (BMC) y Peter Sagan (Tinkoff-Saxo), que a punto estuvieron de enlazar.

Kristoff en los últimos metros finales tras la no colaboración en los relevos de Terstra sacó a relucir las pocas fuerzas que le quedaban para hacer historia al convertirse en el primer noruego en ganar en el “monumento” de Flandes, confirmando su buen momento de forma en este inicio de temporada, después de ganar tres etapas en Catar, una en Omán, otra en la París-Niza y tres etapas y la general final en los Tres Días de La Panne.

El tercer escalón del podio fue para Greg Van Avermaet, que en esta edición de la carrera belga, estuvo más abierta debido a las ausencias de Fabian Cancellara, ganador de las dos últimas ediciones, y de Tom Boone, con tres triunfos cada uno en los últimos diez años.

Al día siguiente del monumento de Flandes, comenzaba la Vuelta al País Vasco. Una Vuelta a la que acudían importantes gallos como eran: Jean Cristophe Peraud, Michal Kwiatkowski, Rafal Majka, Nairo Quintana o Joaquim “Purito” Rodríguez que al final se la llevo calentita doblegando a todos sus rivales.

Tras cinco etapas y a falta de la contrarreloj del último día nada estaba decidido, la pared final de Aia sería la encargada de desojar la margarita, a estas alturas de la película Nairo Quintana ya se había apartado de la pelea entre gallos porque el escarabajo no estaba para estos trotes tan explosivos. El otro escarabajo colombiano, Sergio Henao llegaba al último día con el amarillo luminoso de líder y con el mismo tiempo que “Purito”. Por lo que la contrarreloj tendría que dictar sentencia entre dos ciclistas que ni son escaladores natos ni son contrarrelojistas puros, simplemente son dos ciclistas explosivos para una contrarreloj que tenía más peligro que una caja de bombas. Estaba claro que había mucha tela que cortar en una etapa que comenzaba hacia abajo y finalizaba hacia arriba. Un  falso tobogán al que muchos hicieron frente utilizando dos bicicletas: una para bajar y otra para subir. Dos ciclistas similares, dos perfiles en la misma etapa y dos instrumentos con los que inclinarían la balanza a un lado o al otro. En el transcurso de la etapa el británico del Orica, Simon Yates, amenazo a los clásicos, pero las dos subidas finales se le hicieron muy largas.

El último en tomar la salida era Sergio Henao, lo mismo que fue el último en cruzar la línea de meta, pero tras esos poco más de 18 kilómetros cuando llegó, el preciado maillot amarillo ya había volado a las espaldas de Joaquim “Purito” Rodríguez, ya que había sido el que mejor combinó entre los favoritos, una contrarreloj que escondía dos carreras en una.

El mano a mano entre dos bailarines sobre la bicicleta lo remató con autoridad manifiesta Purito que le saco 13 segundos al escarabajo Henao. El tercero en el podio fue Ion Izagirre, por delante de su jefe Nairo Quintana y de Simon Yates.

Tras una carrera siempre hay vencedores y vencidos, alegrías y tristezas. Tras las alegrías de los ganadores, están las tristezas de los perdedores. Tristezas visibles en las caras de los damnificados por lo ocurrido en tierras vascas como fueron los casos de Jean Cristophe Peraud, Rafal Majka, Michal Kwiatkowski y Nairo Quintana, gallos todos ellos que venían con un claro objetivo: ganar la clasificación general y que no lo consiguieron, por lo que tendrán que mejorar sus actuaciones si desean cumplir con los objetivos asignados para esta temporada.

Lo mismo que en el Tour de Flandes aquí los despropósitos y los errores humanos continúan agrandando el poco interés por la integridad de los ciclistas. En la primera etapa unos pivotes de hierro señalizados de forma chapucera con dos conos, fueron la causa de una caída durante el sprint final en la cola del pelotón cabecero, cuatro de esos ciclistas han tenido que ser trasladados a los hospitales de Basurto y Cruces como consecuencia de la caída, viendo peligrar su temporada. Algo que hay que calificar como indignante y una falta grave de la organización, que reconoció que tenían que haber previsto lo sucedido, asumiendo que deberían haber protegido mejor la zona en la que se produjo la caída.

Un fallo organizativo que indigno a los ciclistas, que decidieron al día siguiente protagonizar un plante de cinco minutos en la salida en señal de protesta.

Terminada la Vuelta al País Vasco, al día siguiente la serpiente multicolor, con Sir Bradley Wiggins formando parte de ese pelotón se trasladaba a París para disputar la 113ª edición de la París-Roubaix. El periplo en la élite del británico Bradley Wiggins tenía su fin, su sueño era la de morir matando, retirarse del máximo nivel ganado la clásica con más encanto y más dureza de todas las clásicas. La ilusión de su vida se le torció muy pronto al quedarse descolgado en el Bosque de Arenberg, aunque pudo reintegrarse.

Pese a las dificultades, no renuncio fácilmente a su sueño y atacó con fuerza, con potencia y con corazón aunque poco después fue neutralizado. Cuando se hizo el corte definitivo, él no logro meterse, aunque lanzó su último intento a la desesperada, pero no fue posible. En la vida todo tiene su fin y Bradley Wiggins cerró su trayectoria deportiva con un decimoctavo puesto en la general final de la carrera de sus amores.

La victoria en esta edición del Infierno del Norte fue para un fenomenal John Degenkolb, que lograba así la primera piedra para su vitrina. Este alemán de 26 años está viviendo un inicio de temporada sensacional. Tres semanas después de su fenomenal victoria en la Milán-San Remo, que inauguraba su palmarés de monumentos y que antes de cruzar la meta en el Velódromo de Roubaix ya se había encargado de llevar la iniciativa en el tramo final, siendo el hombre al que sus acompañantes de fuga, Greg Van Avermaet e Yves Lampaert le habían dejado la tostada.

Potencia, sangre fría y decisión, fueron los tres ingredientes de la receta utilizada por el alemán para vencer a las piedras del norte de Francia, demostrando ser un campeón más que digno de esta mítica prueba.

Zdenek Stybar y Greg Van Avermaet 2º y 3º respectivamente completaron el pódium.

Durante el transcurso de esta carrera millones de espectadores de televisión vimos como varios participantes se saltaban la señalización en un paso a nivel, una situación de riesgo provocado por los propios ciclistas, lo mismo que denuncie los despropósitos de los organizadores denuncio esta situación provocada por los mismos interesados, para que los representantes de los propios ciclistas exijan a unos y otros las más estrictas medidas de seguridad, incluso con sanciones en caso de incumplimiento.

Con la Amstel Gold Race de esta última semana se iniciaba el Tríptico de las Ardenas, campo de batalla del ciclismo que en solo ocho días disputarían también la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja.

Como no hay dos sin tres el resumen de la clásica de la cerveza la tengo que empezar con otro colmo de una racha de despropósitos que dejan en muy mal lugar a la seguridad ciclista: ¿Cómo es posible que un coche se cuele en dirección contraria en una carrera como la Amstel Gold Race?. Gracias que iba despacio y pudo apartarse en un lateral sin causar ningún percance. Pero la imagen clama al cielo. Sé que a un loco imprudente es difícil controlar pero hay situaciones de peligro que si se pueden eludir.

Despropósitos a un lado y metidos en carrera, este año los organizadores de la Amstel Gold Race aprovecharon el trazado del Mundial de 2012 en Valkenburg, para adaptar la carrera y colocar la meta a 1,8 km de la cima lo que hacía que se alargase el recorrido en 3 km con la emoción que podría darse de una llegada en solitario o en una llegada en grupeta reducido después de coronar. Michal Kwiatkowski sacudiéndose la maldición del arco iris, aplico la segunda opción para imponer su potencia frente a Alejandro Valverde y a Michael Matthews.

Valverde acabó otra vez segundo, como en 2013, y suma su tercer podio en Valkenburg, junto al tercer puesto de 2008, ya eran once podios en el Triptico de las Ardenas, que después de la Flecha y la lieja suben a 13 (3 en la Flecha Valona, con tres triunfos, sumado el de este año) y (5 en la Lieja, con otras tres victorias, sumado ya el primer puesto de este año).

Al líder del Movistar le quedaban dos balas en la recamara. La primera en la Flecha Valona, acertó en pleno centro de la diana volviendo a ser el campeón. Su explosividad en los últimos metros y su posicionamiento en las rampas de la cota belga le dieron su tercera victoria en esta clásica.

Alejandro Valverde ha igualado a ciclistas como Eddy Merckx, Moreno Argentin, Davide Rebellin o Marcel Kint, convirtiéndose en el quinto ciclista de la historia que gana tres veces la Flecha Valona. Nadie pudo con él en los metros finales, entrando en meta destacado por delante de Julian Alaphilippe y de Michael Albasini. Un perfecto posicionamiento en toda la subida y un potente hachazo a falta de menos de 150 metros para la meta le daban la victoria.

Tras ser segundo en Lieja y ganar la Flecha Valona hoy mismo le esperaba la Lieja-Bastoña-Lieja, y como no podía ser de otra manera, al día siguiente de cumplir los 35 años, la segunda bala del “Bala Valverde” volvía dar en la diana.

El trazado de “La Decana” es la réplica interminable de los dientes de una sierra, con ese recorrido agónico por una cordillera de diez picos. Una montaña rusa con ascensiones exigentes y descensos sinuosos, un martirio de más de 250 kilómetros, una tortura para los apasionados clasicómanos. Un sube y baja sin descansos, sin posibilidad de recuperación. Una maratón para los ciclistas de fondo, pero también para los rápidos como el mejor clasicómano español Alejandro Valverde, que impuso su punta de velocidad por delante del prometedor francés de 22 años Julian Alaphilippe que ya fue segundo en la Flecha Valona y de Purito Rodríguez, después de neutralizar un ataque de Dani Moreno a un kilómetro de la llegada, que intento romper el guión, pero el guión estaba escrito de antemano y Valverde viendo que Dani se le escapaba decidió arrancar a 600 metros y con él se va Purito dispuesto a rematarle. Durante algunos segundos soñamos con la posibilidad de un podio totalmente español, pero los perseguidores se echaron encima aunque nada pudieron hacer, el Bala Valverde tuvo las suficientes fuerzas para ganar al sprint.

Nuevo triunfo para el español que con esta victoria se aúpa al primer puesto de la clasificación UCI World Tour.

La primavera ciclista llega a su fin, un mes trepidante de competición de alto nivel, pero también fue un mes lleno de despropósitos hacia estos ciclistas que se dejan la piel y el alma en cada carrera, que ofrecen espectáculo siempre a costa de su salud. Ya dije que las caídas son inevitables en el ciclismo, pero lo que no es tolerable es que detrás de un accidente haya que echarle la culpa al factor humano.

Los ciclistas llevan tiempo quejándose de que no se mira por su salud, ya que cuando no es el doping, son los recorridos inhumanos en pro del espectáculo, o las condiciones meteorológicas extremas, o coches de la carrera que atropellan a ciclistas y parece que aquí no pasa nada. Algo de que ocurra esto, es la desunión de los propios ciclistas que a veces impide que estas protestas vayan más allá, que no se las tome en serio, que no se les escuche. Nosotros, los propios aficionados, ya nos estamos acostumbrando a estos sucesos acaecidos este mes, como si fuera algo normal. Olvidándonos de todo a la carrera siguiente, incluso nos olvidamos de las fracturas sufridas por los ciclistas muchas veces por despropósitos como los ya reseñados, como si fuera algo normal, olvidándonos que esas fracturas arrastran un sufrimiento y meses de inactividad intentando recuperarse, pero nos da igual. A la carrera siguiente nos sentamos delante del televisor de nuevo para ver a estos ciclistas dejarse hasta el último aliento por ganar, sin pensar que fue de aquel que se cayó, de aquel otro que lo tiraron o de esos otros que por una mala señalización o error humano están postrados en una cama y que no sabemos cómo han pasado la noche, si le duele o no, ni que será de él los próximos seis meses intentando recuperarse.

Ya veremos cuando la desgracia vaya más allá y se mate un ciclista, con nuestra hipocresía habitual, nos llevaremos las manos a la cabeza y diremos que eso estaba visto. Ya está bien.


Fueron una serie de errores y despropósitos que hay que evitar e incluso sancionar para que no vuelvan a ocurrir. Ya que de continuar así no sabemos cuál será el siguiente capítulo.

venres, 24 de abril de 2015

ANDRÉ DARRIGADE

André Darrigade, alcumado o “Vasco Bondadoso” ou o “Dedé” naceu en Narrose preto de Dax en Landas (Francia), o 24 de abril de 1929.
Foi un ciclista francés, gran rodador e velocista de categoría, combativo e brillante. Moi popular entre os franceses, correu 14 veces o Tour de Francia, vestiu de líder en 19 ocasións e gañou 22 etapas, curiosamente en cinco ocasiones a primeira. 
Os seus primeiros galons no ciclismo conseguiunos no Velódromo de Hiver en París batendo nos Seis Días de Paris a Antonio Maspes, que logo sería campión do mundo do sprint. O seu irmán Roger tamén foi ciclista profesional.
Profesional de 1951 a 1966 durante os cales gañou o Campionato do Mundo de ciclismo en ruta en 1959, unha etapa do Xiro de Italia, 22 etapas do Tour de Francia nas suas catorce participacións, portando tres veces o maillot amarelo e gañando en dúas ocasións o maillot verde e o Xiro de Lombardía en 1956.
En 1955 foi Campión de Francia en ruta e en 1957 e 1958 gañou os Seis Días de París con Jacques Anquetil e Ferdinando Terruzzi. 
No Tour de Francia de 1956, na etapa Luchon-Touloise, un pinchazo seguido dunha discusión con Marcel Bidot director técnico da selección de Francia privoulle da vitoria final desa edición. Un drama que lle ía a marcar pra sempre. En 1958 no Parque dos Príncipes, durante o sprint final, golpeou ao xardinero do parque, o cal morreu varios días despois. 
TRIUNFOS: 1951 vencedor da Burdeos-Saintes.
1952, vencedor dunha etapa da París-Saint-Étienne e dunha etapa do Tour de Argelia.
1953, vencedor da Rochelle-Angulema e do Circuíto Cjalosse.
1954, vencedor do Tour Picardie, máis unha etapa do G. P. Neumático e da Marsella-Montepellier.
1955, vencedor do Campionato de Francia de fondo en estrada, o Gran Premio l´Écho d´Alger e unha etapa dos Tres Días de Amberes..
1956, vencedor do Xiro de Lombardia e do Trofeo Baracchi con Rolf Graf.
1957, vencedor dunha etapa do Tour de Romandia, o G. P. Orchies, do G. P. Europa con Anquetil e Jean Forestier, da Roda de Ouro con Anquetil e dos Seis Días de París.
1958, vencedor dunha etapa dos Catro Días de Dunkerque, a París-Valenciennes, da Roda de Ouro con Anquetil e dos Seis Días de Paris con Anquetil e Terruzzi.
1959, Campión do Mundo de fondo en estrada e vencedor do Criterium Nacional.
1960, vencedor de dúas etapas do Tour de Romandía e dunha etapa da Paris-Niza.
1961, vencedor dunha etapa da Dauphiné Libéré e dunha etapa da Paris-Niza.
1962, vencedor dunha etapa da Dauphine Libéré e dunha etapa da Volta a Levante (España).
1963, vencedor dunha etapa da Paris-Niza.
1964, vencedor da Génova-Niza e dunha etapa da Daphine Libéré.
XIRO DE ITALIA: 1959 (42º) e 1960 (64º, máis unha etapa.
TOUR DE FRANCIA: 1953 (37º, máis unha etapa), 1954 (49º), 1955 (49º, máis unha etapa), 1956 (16º, máis unha etapa) 1957 (27º, máis catro etapas), 1958 (21º, máis cinco etapas), 1959 (16º, máis dúas etapas e a clasificación por puntos. 1960, (16º, máis unha etapa, 1961 (32º, máis catro etapas e a clasificación por puntos, 1962 (21º, máis unha etapa), 1963 antes de ter que abandoar gaña unha etapa, 1964 (66º, máis unha etapa), 1965 (93º) e 1966 (62º).
Nunca participou na Volta a España.
Outros resultados dignos de mención: 1957, terceiro no Campionato de Mundo de fondo en estrada, 1958, terceiro nos Campionatos do Mundo de Fondo en estrada, 1960, segundo no  Campionato do Mundo de fondo en estrada e segundo no Campionato de Francia de fondo en estrada.
EQUIPOS: 1951-1955, A Perle-Hutchinson, 1956-1957, Bianchi Pirelli, 1958-1960, Helyett-Leroux, 1961, Alcyon-Leroux, 1962 Gitane-Leroux-Dunlop, 1963-1965, Margnat-Pomba e 1966, Kamomé-Dilecta-Dunlop. 

domingo, 19 de abril de 2015

LA HORA DE LOS CLASICOMANOS

El primer domingo de este mes, en horario de sobremesa, asomo por el Canal Temático de TVE el Tour de Flandes, una carrera que encarna la esencia de un deporte centenario ya que nació en 1913 y solo dejó de celebrarse durante los años de la Primera Guerra Mundial.
Los 264 kilómetros de recorrido, los 19 muros y los seis tramos de adoquines que jalonaban el recorrido de este año que fue de Brujas a Oudenaarde anunciaban la llegada de la primavera ciclista.
Tras esta prueba se disputo el tercer monumento de la temporada que salió de París para finalizar en el velódromo de Roubaix, así hasta la culminación de las clásicas con el Tríptico de las Ardenas que dio comienzo precisamente hoy mismo con la disputa de la Amstel Gold Race, famosa por sus cortas pero duras rampas encadenadas, el próximo miércoles 22 se corre la segunda clásica de este tríptico con final en el ya mítico Muro de Huy, un muro de apenas 204 metros pero con rampas que alcanzan el 26% de desnivel y que este año tiene a Alejandro Valverde como último vencedor. El cuarto Monumento del año y que completa el tríptico de las Ardenas se disputara el próximo domingo 26.
La dificultad de estas carreras ocasiona que muchas veces, al mirar sus perfiles escuchemos opiniones como “Es una carrera o una etapa para clasicómanos”. En otras ocasiones, leemos o decimos que fulanito “Tiene un perfil clasicómano” o que hay un “determinado equipo que quiere reforzarse para las clásicas”.
¿Qué quieren decir estos términos?. En el argot ciclista se llaman clasicómanos a aquellos ciclistas que se especializan en las pruebas de un día y que tienen grandes dificultades, o sea las denominadas normalmente como las clásicas y una de las metas de estos ciclistas denominados clasicómanos es al menos conseguir una victoria en uno de estos Monumentos del Ciclismo mencionados anteriormente.
En la actualidad podemos encontrar diferentes ciclistas que se adecúan a los Monumentos o a las Grandes Clásicas del calendario mundial como son: Alexander Kristoff, Tom Boonen, Fabian Cancellara, John Degenkolb, Niki Terpstra, Peter Sagan, Philippe Gilbert, Simon Gerrans y Zdenek Stybar o entre los españoles Alejandro Valverde y Purito Rodríguez.
Por norma general muchos de ellos también tienen características de sprinters para vencer en grupos reducidos, pero sin embargo tienen que reunir otras características como la potencia, las buenas dotes en las subidas tanto en puertos cortos como largos, para así poder aguantar en el grupo de cabeza o atacar.
Por lo tanto, el clasicómano está entre el velocista y el escalador. Para poder entender el tema, tenemos en un extremo a Marcel Kittel, es el mejor velocista actual, ya que es capaz de desarrollar una tremenda velocidad en los últimos 500 m de una etapa llana pero incapaz de mantener el ritmo del pelotón incluso en subidas cortas y no muy inclinadas.
En el otro extremo está el escarabajo colombiano Nairo Quintana, posiblemente sea uno de los mejores escaladores actuales, vencedor indiscutible en la cronoescalada de Monte Grapa y de etapas con final en un largo y empinado puerto como son Val Martelo o Semnoz, pero incapaz de marcar un ritmo en un final llano que compita siquiera con los lanzadores del propio Kittel o con los velocistas de segundo o tercer plano.
O sea, que a mayor poder velocista menor poder escalador y viceversa. En la mitad del espectro encontramos a esos ciclistas enumerados anteriormente y que por eso se les llama clasicómanos. Pero, ¿Qué tipo de carreras son las idóneas para este tipo de ciclistas?. Si nos fijamos en el perfil de una de las carreras más importantes del mundo y la más decana de las clásicas: La Lieja-Bastoña-Lieja que se celebrara el próximo domingo 26, es evidente que en esta carrera no habrá la tradicional llegada al sprint, tampoco los escaladores puros verán un terreno ventajoso para hacer un ataque sostenido que elimine a sus rivales uno a uno. Es una carrera con muchas subidas cortas, algunas muy empinadas, seguidas de tramos de descenso y falsos llanos, además de tramos sinuosos por carreteras  estrechas que hacen imposible el tradicional control de los equipos fuertes, por ello suele ser ganada por corredores de esos que están en la zona centro, o sea los clasicómanos, como fue el caso del año pasado que la ganó Simón Gerrans. Estos ciclistas que no sprintan como Kittel ni suben como Nairo Quintana, pero que tienen una punta de velocidad importante y les va bien las subidas cortas gracias a su potencia y porque sus condiciones ciclistas se adaptan a los recorridos habituales de las clásicas. También es cierto que hay varios tipos diferentes de clásicas, lo mismo que hay diferentes tipos de clasicómanos y generalmente clasificados según las características de los recorridos.
Las particularidades propias, la atmosfera y la tradición hacen que cada clásica tenga su identidad y particularidades propias de sus recorridos y que permiten ver en los puestos de honor a ciclistas muy fuertes y combativos, pero diferentes a los tradicionales podios de Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España y que a la postre son más conocidos por toda la afición.
Pero como los recorridos aunque por lo general son de perfiles rompepiernas, algunas de las clásicas terminan en subida como Flecha Valona o Giro d´Emilia, otras terminan tras un descenso como el Giro de Lombardia, otras finalizan tras varios kilómetros llanos después de un descenso como son La Clásica de San Sebastian o la Milán-San Remo y también las hay completamente llanas como la Plouay o la París-Roubaix. Por estas razones, el palmarés de algunas clásicas cuenta con vencedores velocistas puros como Mark Cavendish que gano la Milan-San Remo y la Kuurne-Bruselas-Kuurne o escaladores puros como Nairo Quintana que ganó el Giro d´Emilia o Purito que ganó el Giro de Lombardia, pero la mayoría son ganadas por los bien llamados “CLASICOMANOS”.
Tampoco existe una completa correlación entre un buen contrarrelojista y ser también un buen clasicómano, aunque existen ejemplos como Fabian Cancellara que si es bueno en ambos campos, sin embargo Tony Martin (buen Contrarrelojista) nunca destacara como Clasicómano, lo mismo que Tom Boonen nunca destacara como contrarrelojista. Pese a ellos, en algunas clásicas hemos visto ataques lejos de meta en los que un ciclista hace una verdadera contrarreloj individual en los últimos kilómetros sin posibilidad alguna para que el pelotón le de caza.
Ante estos casos es evidente que un clasicómano tiene que ser un ciclista potente, capaz de realizar y resistir esos ataques en solitario, ya que los tramos adoquinados, los muros y la montaña habrán eliminado a los contrarrelojista puros y a la mayoría de los gregarios de manera similar a como se eliminan los velocistas en las etapas de montaña, de manera que al final no haya un equipo sólido que persiga en bloque una fuga como en las tradicionales etapas llanas y que se reduce a la lucha de los líderes de los equipos en primera persona.
En las llegadas en grupos reducidos con ciclistas de diferentes equipos que se enfrentan a una llegada al sprint, el clasicómano tiene que resolver con astucia y viveza, más que por evidente superioridad de fuerza. La victoria implica no solamente ser un ciclista rápido en estos grupos pequeños sino también saber elegir el momento exacto para atacar, leer las intenciones de los rivales y tomar decisiones en fracciones de segundo.
Un tercer grupo de clasicómanos es el de los escaladores que pueden hacer fuertes aceleraciones en puertos cortos y tener suficiente fuerza y habilidad para defender la ventaja lograda, bien en el descenso o bien en un trayecto final llano, pero aunque lograse hacerlo, los kilómetros de llano que vienen después del descenso le harían perder la poca ventaja ganada en esa explosiva subida, por lo que quedan descartados para la victoria los escaladores puros, lo mismo que los velocistas que tampoco podrían seguir el fuerte ritmo impuesto en la subida por esos escaladores puros.
En definitiva, el estereotipo clásico de un clasicómano es difícil de definir, pero lo que está claro es que tiene que ser un ciclista potente en el llano, pasar bien las subidas cortas, inteligente en carrera y con una buena punta de velocidad para rematar en un grupo pequeño. También suele ser un buen fondista pero que no recupera bien en las Vueltas.
Sea como sea, con las grandes clásicas de este mes y ante los grandes clasicómanos del pelotón tenemos una magnífica oportunidad para disfrutar de la universidad de este deporte maravilloso.

xoves, 16 de abril de 2015

JEAN-PIERRE DANGUILLAUME

Jean-Pierre Danguillaume, naceu en Jové lles Tours, Indre e Loira (Francia), o 25 de Maio de 1946.
Foi un ciclista francés, ofensivo e moi voluntarioso, especialista en carreiras por etapas. Logo director deportivo do Mercier-BP de 1979 a 1981, do Coop-Mercier de 1982 a 1983 e en 1984 dirixiu ao Coop- Hooved, pasando logo a relacións públicas.
Como afeccionado foi o último vencedor francés da Carreira da Paz. Tamén competiu na contrarreloxo por equipos nos Xogos Olímpicos do verán de 1968.
Profesional de 1970 a 1978 durante os cales gañou 68 carreiras.
O seu irmán Jean-Louis Danguillaume e o seu tío Camille Danguillaume, falecido en accidente en 1950 tamén foron ciclistas profesionais.
En 1974 sometido a unha proba antidopaxe deu positivo por consumo de anfetaminas. Ese ano gañara en solitario esgotado e sen alento a 17ª etapa do Tour de Francia, unha etapa de alta montaña entre Saint-Lary-Soulan e o Tourmalet cuberto dunha espesa néboa. A máis de dous minutos chegaba Raymond Poulidor, logo entrarían Alain Santi, Wladimiro Panizza e o entón Maillot amarelo Lucien Van Impe. Tres minutos despois entraba Eddy Merckx e o español Lopez Carril corredor do Kas.

TRIUNFOS: 1971 vencedor do G. P. Plouay.
1972 vencedor do G. P. Roquebrune.
1973 vencedor do Criterium Nacional e dunha etapa da Midi-Libre.
1974 vencedor da Midi Libre e do Trofeo Escaladores.
1975 vencedor do G. P. Cannes, dunha etapa da Midi Libre, dunha etapa dos Catro Días de Dunkerque, dunha etapa do Tour do Mediterráneo, dunha etapa da Volta a Bélxica e da París-Bourges.
1976 vencedor dunha etapa do Tour de Corse e dunha etapa da París-Niza.
1977 vencedor dunha etapa da Dauphiné Liberei, de dúas etapas do Tour d´Indre, dunha etapas dos Catro Días de Dunkerque, dunha etapa do Tour de Limousin e do Tour de l´Aude.

Nunca participou no Xiro de Italia. 
TOUR DE FRANCIA: 1970 (64º, máis unha etapa), 1971 (18º, máis unha etapa), 1972 (21º), 1973 (22º, máis unha etapa), 1974 (13º, mais dúas etapas), 1975 retírase, 1976 (22º), 1977 (35º, máis dúas etapas) e en 1978 retírase.
VOLTA A ESPAÑA: 1971 (31º) e 1974 (7º).
Outros resultados dignos de mención: 1975 terceiro no Campionato do Mundo de fondo en estrada.
EQUIPOS: 1970-1975 Peugeot-BP-Michelin. 1976-1978 Peugeot-Esso-Michelin.

domingo, 12 de abril de 2015

BRADLEY WIGGINS DEJA LA CARRETERA PARA IRSE A LA PISTA

Hoy, Lord Bradley Wiggins corrió su última carrera como ciclista profesional, lo hizo en la mítica y legendaria París-Roubaix, el monumento que deja algunas de las imágenes más espectaculares de la primavera ciclista. Era su última oportunidad  para entrar en el Olimpo del Ciclismo y la razón por la que amplió su contrato con el Sky, pero a pesar de que su preparación durante todo el invierno había ido encaminada a este reto y que había trabajado duro se le vio perdido durante varias fases de la carrera, incluso se le había descartado, pero a falta de 32 kilómetros, en uno de los múltiples reagrupamientos del día y a la entrada de un tramo de adoquines, sacó su clase con un rotundo ataque. Cazó a Vandenbergh y se les unió Debusschere, pero la llegada de Stybar, provocó un parón que hizo que se le esfumasen sus esperanzas. En el velódromo de Roubaix entró 18º, lejos de la gloria, pero con un broche muy digno.
Había declarado que le daba igual entrar el primero que el último, que la cuestión era disfrutarla, a partir de mañana mismo se centrará en la pista, en el récord de la hora y en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
Desde que anunciara en diciembre de 2014 que se retiraba del ciclismo después de la París-Roubaix, solo tenía un objetivo en su mente, ganar esta prueba para entrar en el Olimpo del Ciclismo como ya lo habían hecho Roger de Vlaeminck y Tom Boonen los dos únicos ciclistas que han logrado en cuatro ocasiones cruzar la línea de meta en primera posición o como también lo hicieron con tres victorias el francés Octave Lapique, los belgas Eddy Merckx, Rik Van Looy, Gaston Rebry, Johan Museeuw, el italiano Fausto Coppi, y el suizo Fabian Cancellara.
Hoy no pudo vencer, pero tuvo su momento de gloria con ese sorprendente ataque a falta de casi 32 kilómetros que sólo le duró 3,5 km. Tras la ducha del Velódromo de Roubaix con los brazos masacrados por un implacable traqueteo generado por unos adoquines infernales, las piernas castigadas por el pedaleo incomodo por esos senderos diseñados para la circulación de tractores y carros de vacas, el inmenso caudal de adrenalina expulsada por los poros de la piel, las pulsaciones que de seguro se le pusieron a mil por hora y el sufrimiento permanente en una carrera destinada a los gigantes de la ruta, este Comandante del Imperio Británico dice adiós al ciclismo en ruta, no al ciclismo de competición en pista, ya que este ciclista salió de la pista para cumplir una promesa y vuelve a ella para agrandar su leyenda.
 Después de acabar 2014 de la mejor forma posible, superando a Tony Martin en el Mundial de Ponferrada tras una despiadada lucha contra el cronómetro, en este 2015 no acabó de arrancar del todo, es verdad que apenas lleva un mes de competición pero desde que debutase en el Tour de Catar nunca se le vio en la pomada por la lucha de las primeras posiciones. Su victoria en la crono del tercer día en los Tres Días de la Panne le colocaron tercero en el podio final. Sin embargo, todo optimismo creado en esta carrera, se disiparon en el Tour de Flandes con un pésimo 87ª puesto. Pensábamos que era una estrategia y que se estaba guardando para la París-Roubaix, hoy quiso pero no pudo, siendo incapaz de cumplir su último objetivo.
Hoy dio sus últimas pedaladas en la carretera retirándose de ella en la cima, lo deja en el momento adecuado porque no quiere convertirse en un dorsal más de esta serpiente multicolor.
Todo lo que se propuso lo consiguió, viviendo con el Sky grandes momentos y una etapa brillante de su vida deportiva y que aún puede superarla en la pista.
Según sus propias palabras en declaraciones a la prensa, la decisión de despedirse en Roubaix es que era una de las clásicas más legendarias y que le ilusionaba ganar, a partir de ahí tiene tiempo para cambiar el chip para la pista y disponer de tres meses de preparación para los Mundiales y de doce o trece para afrontar las Olimpiadas de Río 2016. También dice que necesita coger músculo otra vez en el gimnasio y regresar a sus anteriores rutinas de entrenamiento.
Se va de la carretera habiendo sido Campeón Olímpico, Campeón de Mundo contrarreloj y el dominador absoluto del Tour de Francia de 2012, se va en plena primavera, un día perfecto para intentar alcanzar los sueños que tiene en la pista, pero ganar no lo es todo, querer ganar si que lo es.
Tu, sabes lo que quieres, solamente tienes que ir a por ello, paso a paso y sin mirar atrás.
Tu paso por la carretera se puede decir que fue corto, como todo en la vida, pero muy fructífero, pedaleaste fuerte y por eso dejaste huella.
Llegaste hasta aquí, se que serás capaz de seguir triunfando en la pista a la que regresas.

Enhorabuena y felicidades.

venres, 10 de abril de 2015

CAMILLE DANGUILLAUME

Camille Danguillaume naceu en Chateaulin, Finisterre (Francia), o 4 de xuño de 1919. Faleceu en Arpajon aos 31 anos o 26 de xuño de 1950 tras oito días de agonía ao ser atropelado por un motorista cando rodaba escapado no Campionato de Francia de 1950 xunto a Rolland e Bobet.
Foi un ciclista francés dos mellores da súa época e o maior e máis soado da dinastía ciclista dos Danguillaume (André, Roland, Marcel e Jean seguíronlle) e logo Jean-Pierre (fillo de André), Michel (fillo de Roland) e Camille (fillo de Marcel).
Profesional de 1943 a 1950, durante os cales foi compañeiro de equipo de Jean de Gribaldy e de Maurice De Muer.
Francia no seu honor dedícoulle unha Rúa co seu nome, rendéndolle así a homenaxe que se merece.
TRIUNFOS: 1946, vencedor do Critérium Nacional.
1948, vencedor do Critérium Nacional.
1949, vencedor da Lieja- Bastogne-Lieja, da Zurich-Lausanne, da Copa Marcel Vergeat e da Nantes-Angers-Nantes.
Nunca participou no Xiro de Italia nin na Volta a España.
TOUR DE FRANCIA: Participo nas edicións de 1947-48 e 49, retirándose en todas elas.
Outros resultados dignos de mención: 1943, terceiro na París-Cammenbert, segundo París-Reims e sexto na París-Roubaix. 
1946, quinto na París-Roubaix.
1949, segundo no Gran Premio de Zurich e segundo no Campionato de Francia de fondo en estrada.
EQUIPOS: 1942-1950 Peugeot-Dunlop.

domingo, 5 de abril de 2015

¿DOPAJE TECNOLÓGICO O VENTAJA TECNOLÓGICA?

El diario francés L´Equipe después de hablar con el ingeniero húngaro Itsvan Varjas acaba de denunciar en su edición del 2 de abril el uso de motores en las bicicletas. Según este especialista, los motores se usan desde 1998 y su evolución ha sido tal que no se detectan en la actualidad: “Son totalmente silenciosos e ilocalizables para los mecánicos. Disponen de distintas medidas de potencia y de mayor o menor autonomía”.
El L´Equipe especula sobre su ubicación en las bicicletas: desde los cuadros hasta, lo más probable, los bujes de las ruedas. Tendrían el tamaño de un stick USB y estarían conectados con el pulsometro de los ciclistas, por lo que entrarían en acción como una ayuda suplementaria cuando el corazón alcanza el umbral máximo de esfuerzo.
Istvan Vargas fabricante de estas bicicletas asegura que nunca ha vendido sus productos directamente a nadie del pelotón, pero que si lo ha hecho a través de gente en Mónaco, a un  precio que va desde los  100.000 a 150.000 euros, afirmando que si los aficionados tardaron una década en creer que se utilizaba EPO, tardaran más en creer en este dopaje tecnológico ya que hace 17 años que se están usando.
El diario francés a raíz de estas categóricas afirmaciones sospecha por los numerosos cambios de bicicletas durante las carreras, señalando en especial a Alberto Contador, Fabian Cancellara o Ryder Hesjedal. De Contador dice que los controles de bicicletas le ponen nervioso y que usó sus propias ruedas en las cronos del Tour de Francia de 2009. De Cancellara dice que le extrañaron las dos aceleraciones “artificiales” de 2010, en Flandes y Roubaix y de Hesjedal nos recuerda el extraño movimiento de la rueda trasera cuando se cayó en la séptima etapa de la Vuelta a España de 2014.
Este hecho muy reciente y que recuerdo perfectamente creó un gran revuelo en las redes sociales, sucedió durante la séptima etapa de la Vuelta a España cuando Ryder Hesjedal sufrió una caída. La bicicleta comenzó a dar vueltas sobre el asfalto, como si la parte trasera de la bicicleta tuviese un motor eléctrico.
Aquellas imágenes crearon mucho revuelo. El extraño movimiento que hizo la bicicleta daba que pensar, no siendo la primera vez que en el mundo del ciclismo se especulaba sobre la posibilidad de que algunas bicicletas llevaban dispositivos para recuperar la energía cinética producida durante el esfuerzo del ciclista.
Lo mismo que las ruedas de Contador, el propio ciclistas desvelaba en una entrevista publicada en La Gazzetta dello Sport en 2009 que se había tenido que comprar unas ruedas pagándolas de su bolsillo para la etapa contrarreloj del Tour porque el Astana no le garantizaba las mejores. Para mí no había las mejores ruedas. Así que aunque parezca increíble me las tuve que comprar yo”, explicaciones del Pistolero de Pinto.
En el caso de Cancellara se apreció una aceleración en su pedaleo cada vez que su mano derecha se apoyaba en una determinada parte del manillar. Ya en aquel entonces había quienes decían que era para activar el motor de su hipotética bici eléctrica y los que se reían apuntando a que sólo estaba cambiando de piñón. Todos estos casos vuelven a estar de actualidad.
La Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo ya advirtió de   esta amenaza de dopaje tecnológico y Brian Cookson, presidente de la Unión Ciclista Internacional afirma que se trata de un problema muy serio.
Es difícil identificar un deporte en el que la tecnología no haya tenido un gran impacto, ya sea a través de la equipación, del material, de la tecnología utilizada en los entrenamientos, de los análisis del rendimiento, o de la tecnología en las instalaciones y pistas. El problema surge cuando no todos tienen a mano los mismos recursos.
Según el Diccionario de la Lengua Española, el dopaje guarda relación con la administración de fármacos  o el uso de sustancias estimulantes con el fin de potenciar artificialmente el rendimiento del cuerpo del deportista.
Aquí está el dilema, el uso de estas bicicletas, como el casco aerodinámico en las pruebas cronometradas, aunque mejora el rendimiento final no supone una alteración del organismo del ciclista y, en consecuencia no debería tratarse de un dopaje sino de una ventaja tecnológica, de la que deberían tener opción todos por igual.
Que nadie me interprete mal, no estoy a favor de estas ventajas tecnológicas, lo mismo que tampoco estoy a favor del dopaje, la controversia es identificar a qué podemos denominar doping o ventaja tecnológica, si no se atajan se está abriendo una puerta para ir en una dirección completamente distinta que posiblemente pueda beneficiar a determinados equipos, generando una desigualdad entre los competidores de la misma manera que lo hace el uso de sustancias para aumentar la capacidad del cuerpo.
Fueron varios los casos de dopaje tecnológico que se vivieron en los últimos años, siendo sin duda alguna el más polémico el traje LZR Racer, usado en los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008 con el que se batieron 168 records mundiales gracias a sus partículas hidrofóbicas con el que estaban fabricados, lo que quiere decir que el traje usado por Michael Phelps entre otros, repelían el agua, asegurando una mayor velocidad. Su uso más tarde fue prohibido para otras competiciones como los Juegos de Vancouver en 2010.
El problema de prever el dopaje tecnológico no va ser fácil, en especial con el auge de los materiales tecnológicos.
 El asunto es que a medida que avanza el tiempo, la línea que separa la competición justa de la desventaja desleal es cada vez más tenue, de hecho, la Agencia Mundial Antidopaje señala que existe el llamado doping tecnológico que hace que el ciclista obtenga ventaja competitiva atentando contra el espíritu del deporte.
Lo cierto es que si no se toman medidas contundentes no habrá manera de prever que clase de tecnología vendrá, por lo que será difícil prevenir el dopaje tecnológico.
Lo natural se opone a lo artificial, siendo el dopaje tecnológico un artificio que ataca la lealtad deportiva dañando la sustancia misma del deporte.