Hoy, Lord
Bradley Wiggins corrió su última carrera como ciclista profesional, lo hizo en
la mítica y legendaria París-Roubaix, el monumento que deja algunas de las
imágenes más espectaculares de la primavera ciclista. Era su última
oportunidad para entrar en el Olimpo del
Ciclismo y la razón por la que amplió su contrato con el Sky, pero a pesar de
que su preparación durante todo el invierno había ido encaminada a este reto y
que había trabajado duro se le vio perdido durante varias fases de la carrera,
incluso se le había descartado, pero a falta de 32 kilómetros, en uno de los
múltiples reagrupamientos del día y a la entrada de un tramo de adoquines, sacó
su clase con un rotundo ataque. Cazó a Vandenbergh y se les unió Debusschere,
pero la llegada de Stybar, provocó un parón que hizo que se le esfumasen sus
esperanzas. En el velódromo de Roubaix entró 18º, lejos de la gloria, pero con
un broche muy digno.
Había
declarado que le daba igual entrar el primero que el último, que la cuestión
era disfrutarla, a partir de mañana mismo se centrará en la pista, en el récord
de la hora y en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
Desde que
anunciara en diciembre de 2014 que se retiraba del ciclismo después de la
París-Roubaix, solo tenía un objetivo en su mente, ganar esta prueba para
entrar en el Olimpo del Ciclismo como ya lo habían hecho Roger de Vlaeminck y
Tom Boonen los dos únicos ciclistas que han logrado en cuatro ocasiones cruzar
la línea de meta en primera posición o como también lo hicieron con tres
victorias el francés Octave Lapique, los belgas Eddy Merckx, Rik Van Looy,
Gaston Rebry, Johan Museeuw, el italiano Fausto Coppi, y el suizo Fabian
Cancellara.
Hoy no
pudo vencer, pero tuvo su momento de gloria con ese sorprendente ataque a falta
de casi 32 kilómetros que sólo le duró 3,5 km. Tras la ducha del Velódromo de
Roubaix con los brazos masacrados por un implacable traqueteo generado por unos
adoquines infernales, las piernas castigadas por el pedaleo incomodo por esos
senderos diseñados para la circulación de tractores y carros de vacas, el
inmenso caudal de adrenalina expulsada por los poros de la piel, las
pulsaciones que de seguro se le pusieron a mil por hora y el sufrimiento
permanente en una carrera destinada a los gigantes de la ruta, este Comandante
del Imperio Británico dice adiós al ciclismo en ruta, no al ciclismo de
competición en pista, ya que este ciclista salió de la pista para cumplir una
promesa y vuelve a ella para agrandar su leyenda.
Después de acabar 2014 de la mejor forma
posible, superando a Tony Martin en el Mundial de Ponferrada tras una
despiadada lucha contra el cronómetro, en este 2015 no acabó de arrancar del
todo, es verdad que apenas lleva un mes de competición pero desde que debutase
en el Tour de Catar nunca se le vio en la pomada por la lucha de las primeras
posiciones. Su victoria en la crono del tercer día en los Tres Días de la Panne
le colocaron tercero en el podio final. Sin embargo, todo optimismo creado en
esta carrera, se disiparon en el Tour de Flandes con un pésimo 87ª puesto.
Pensábamos que era una estrategia y que se estaba guardando para la
París-Roubaix, hoy quiso pero no pudo, siendo incapaz de cumplir su último
objetivo.
Hoy dio
sus últimas pedaladas en la carretera retirándose de ella en la cima, lo deja
en el momento adecuado porque no quiere convertirse en un dorsal más de esta
serpiente multicolor.
Todo lo
que se propuso lo consiguió, viviendo con el Sky grandes momentos y una etapa
brillante de su vida deportiva y que aún puede superarla en la pista.
Según sus
propias palabras en declaraciones a la prensa, la decisión de despedirse en
Roubaix es que era una de las clásicas más legendarias y que le ilusionaba
ganar, a partir de ahí tiene tiempo para cambiar el chip para la pista y
disponer de tres meses de preparación para los Mundiales y de doce o trece para
afrontar las Olimpiadas de Río 2016. También dice que necesita coger músculo
otra vez en el gimnasio y regresar a sus anteriores rutinas de entrenamiento.
Se va de
la carretera habiendo sido Campeón Olímpico, Campeón de Mundo contrarreloj y el
dominador absoluto del Tour de Francia de 2012, se va en plena primavera, un
día perfecto para intentar alcanzar los sueños que tiene en la pista, pero
ganar no lo es todo, querer ganar si que lo es.
Tu, sabes
lo que quieres, solamente tienes que ir a por ello, paso a paso y sin mirar
atrás.
Tu paso
por la carretera se puede decir que fue corto, como todo en la vida, pero muy fructífero,
pedaleaste fuerte y por eso dejaste huella.
Llegaste hasta aquí, se que serás capaz de seguir triunfando en
la pista a la que regresas.
Enhorabuena y felicidades.
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