domingo, 29 de outubro de 2017

PRESENTACIÓN DE LAS TRES GRANDES

En este tiempo de receso dentro de la competición ciclista, los organizadores aprovechan este himpas para las presentaciones de lo que será la próxima temporada 2018.
La primera de las grandes presentaba su recorrido en Israel, donde el director de la Corsa Rosa, Mauro Vegni, en rueda de prensa celebrada en un hotel anunciaba a bombo y platillo la mayor apuesta deportiva hasta la fecha en la Ciudad Vieja y Sagrada de Jerusalén. La primera etapa del GIRO DE ITALIA 2018 se disputará el 4 mayo con una contrarreloj en Jerusalén de 10,1 kilómetros,  recorrerá el país de norte a sur durante tres días y donde las autoridades del país esperan que este acontecimiento haga despuntar el turismo.
Tras 101 años de historia, el Giro cruza las fronteras europeas en una nueva apuesta por la internacionalización. Es la primera vez que se hace fuera de Europa y la historia y singularidad de Jerusalén son las razones de los organizadores en elegir esta ciudad para empezar un nuevo centenario en la historia del Giro de Italia.
Después del pistoletazo de salida, le seguirá una segunda etapa de 167 kilómetros entre las ciudades costeras de Haifa y Tel Aviv y una última de 226 kilómetros desde Bersheva a Eilat, colindante con Egipto y Jordania.
Las empinadas subidas y pronunciadas bajadas características de Jerusalén serán recorridas por los 176 participantes en esta primera de las grandes carreras del calendario mundial.
 En esta primera presentación asistieron al acto el reciente retirado Alberto Contador, el también ciclista italiano Ivan Basso, los ministros israelíes de Cultura y Turismo, Miri Reguev y Yariv Levin, el titular italiano de Cultura, Luca Lotti y el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat.
El ex ciclista español aseguró que lo principal era la contrarreloj, ya que ese recorrido era muy técnico, y donde más riesgos tienen que asumir los ciclistas participantes. El resto, en cuanto a la carrera en línea no será mayor problema. También dijo que la mayor dificultad que afrontarán los participantes será obviamente la tensión que siempre hay la primera semana de las grandes vueltas, por no perder tiempo y estar bien colocado y las posibles caídas, más que el peligro de las curvas. 
Todavía con diez meses por delante hasta que empiece la carrera, el resto de etapas son un misterio. Se especula con un fin de fiesta en Trentino por ser el centenario del fin de la I Guerra Mundial, que supuso la anexión de esta región para Italia. Pero de momento no son más que rumores sin un fundamento oficial. También hay varias cimas importantes que se barajan para decidir la carrera.
Una de ellas es el Zoncolan. El durísimo puerto transalpino tendría mucho peso específico en el Giro.
Otra de las llegadas decisivas que suena con fuerza es Pratonevoso, si bien esto tampoco ha podido ser confirmado.
También hay muchos rumores sobre un final en el Vaticano. De momento solo son rumores y es que el Giro 2018 se va cociendo a fuego lento.
TOUR DE FRANCIA. Los organizadores presentan un Tour de Francia 2018 clásico, pero lleno de trampas y con dinamita oculta en muchas montañas.
La carrera comenzará el 7 de julio en la costa atlántica, en la isla de Nourmoutier, del departamento de Vendée, en la región de Pays de Loire, con las dos primeras etapas llanas, acabando en Fontenay le Comte y La Roche Sur Yon respectivamente, y la 3ª una crono por equipos de 35 km en torno a la localidad de Cholet. 
El Tour del 2018 no tendrá apenas contrarreloj (35 kilómetros por equipos, 31 kilómetros individuales), solo tres llegadas en alta montaña (Rosière y Alpe d’Huez, en los Alpes; Col de Portet, por encima de Sant Lary Soulan, hasta 2.215 metros, en los Pirineos), dos repechos como fin de etapa (Mûr de Bretagne y Mende), 21 kilómetros de pavés en la etapa de Roubaix, que son muchos en los 150 kilómetros de una etapa que la quieren corta porque se corre el 15 de julio (el domingo de la final del Mundial de fútbol), varias etapas llanas abiertas al viento en el norte que ponen de los nervios, estresan y desgastan a los escaladores puros, y muchas subidas y otros tantos descensos peligrosos para los que arriesgan. Es un Tour pensado para los ciclistas que se llevan ahora, pero que no se amolda a ningún favorito y, sin embargo, cualquiera de ellos podría conquistarlo. Precisamente, la riqueza del recorrido del próximo año ofrece alternativas para todos. Para ganarlo y para perderlo.
Puede gustar a unos más que a otros, pero el Tour 2018 sigue siendo innovador a la vez que respeta sus ingredientes clásicos. Y por su variedad: pavés, muros, metas en alto, llegadas en bajada, media montaña, un tramo de tierra, crono por equipos, acaso, creo que le falta alguna contrarreloj intermedia. Entre las novedades resalta esa etapa de montaña de 65 kilómetros. No creo que sea malo, ya que luego hay otras más largas y con grandes puertos. Los ejemplos los tenemos en los 175 kilómetros con la Madeleine, la Croix de Fer y el Alpe d’Huez, y los 200 km con el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque. Puertos de toda la vida, adobados en esta edición con nuevos finales en subida: el Portet y la Rosiére. El Tour hace suyas algunas ideas de la Vuelta a España, las que han funcionado, pero sin perder su esencia. Los aficionados y el público en general lo agradecerán.
A faltan de detalles de las etapas intermedias que los organizadores irán desvelando poco a poco, si es seguro que el Tour de Francia 2018 terminará el 29 de julio en los Campos Elíseos de París.
VUELTA A ESPAÑA.  Oficialmente, la Vuelta no desvelará su recorrido hasta el mes de enero, lo único que se conoce hasta ahora es que comenzará en el Museo Pompidou de Málaga con una contrarreloj individual de unos 10 kilómetros, rompiendo así la tradición de que la ronda comience con una 'crono' por equipos.
También sabemos que arrancara el 25 de agosto de 2018 y que la meta de esa primera etapa estará situada en la calle Larios, uno de los sitios más icónicos de la capital de la Costa del Sol.
Diez kilómetros, muy urbanos, placenteros y donde los ciclistas esta vez no encontrarán ni arena ni pavés, sino mármol, que es lo que distingue al suelo de este icónico lugar. 
La Málaga antigua y la que mira al futuro tendrá en esa próxima edición cuatro salidas de etapa y una de ellas casi se puede dar por seguro terminara en el Caminito del Rey, con sus 7,3 kilómetros de subida al 5,5 por ciento y rampas del 15 por ciento de desnivel en su tramo final, una dura subida que la Vuelta incorporó a su recorrido en 2015, con victoria del colombiano Esteban Cháves, y que desde entonces es una marca internacional para Málaga.
La cuarta etapa se sabe que saldrá de Málaga, para terminar en otra provincia andaluza, que aun no se ha desvelado.
A partir de ahí y hasta la llegada a la Plaza de Cibeles en Madrid el 16 de septiembre de 2018 la Vuelta apuesta por finales en alto, que este año serán entre ocho o diez.
De esa decena de finales en alto, dos serán inéditos dentro de un recorrido en progresión de menos a más en cuanto a la dureza de los recorridos. Que alcanzaran su plato fuerte en la tercera semana y, especialmente, en la penúltima etapa, el sábado 15 de septiembre, que será una gran etapa de montaña.
El esbozo que conocemos hasta la fecha le falta por poner los nombres concretos, que aun ni han sonado más allá de la gran etapa de montaña por tierras vizcaínas de la que tanto se habla en Euskadi.
El regreso de la Vuelta a Bizkaia será con una etapa que promete ser una de las más atractivas de la Vuelta, partirá de la terminal de cruceros de Getxo y terminará en el monte Oiz. Se trata de una etapa "rompepiernas", de kilometraje medio y estará ubicada en la última semana. Además, será la única etapa que discurra por las carreteras vascas.
La Vuelta apostó por aprovechar de manera más intensiva la orografía vasca. El final, en el monte Oiz, promete ofrecer un gran espectáculo al tratarse de una ascensión de 14 kilómetros con rampas de hasta el 17%, con un tramo final siempre por encima del 10% de desnivel. Algunos tramos son de hormigón, no están ni siquiera asfaltados.
Por lo que conocemos a día de hoy, la Vuelta a España 2018 apuesta por la montaña, por las cuestas de grandes porcentajes y por la pelea entre los gallos todos los días.
En resumen, una Vuelta con galones.

xoves, 26 de outubro de 2017

GIUSEPPE FEZZARDI

Giuseppe Fezzardi naceu en Arcisate, Varese (Italia), o 28 de decembro de 1939.
É un ex ciclista profesional italiano especialista en carreiras por etapas.
Orixinario dunha familia de orixe Medolese , Fezzardi comezou en 1958 a competir na categoría amateur, coa Compañía Ciclística de Alfredo Binda en Varese, logrando en dous anos 22 vitorias. Ao mesmo tempo, que traballaba nunha fábricas de Varese.
Como profesional participou en 10 Xiros de Italia.
Retirándose da competición en 1971, grazas a Ernesto Colnago, Giuseppe Saronni e Alxer, mantívose no ambiente ciclista durante algúns anos, primeiro como director deportivo do Lampre e logo como colaborador de Giuseppe Saronni no mesmo equipo.
En 1966 coñece a Ornella, con quen máis tarde se convertería na súa esposa. A Sra. Ornella era entón xerente dunha compañía que producía o famoso Amaro Monier, un licor moi apreciado que apoiaba o ciclismo organizando o "Gran Premio Amaro Monier" e, na edición de 1968, que se disputou no velódromo Luigi Ganna, Giuseppe Fezzardi sentou as bases do que sería a súa vida, a súa familia, unha familia que aínda vive serenamente coa Sra. Ornella, as súas fillas Samantha, (Biologa) e Pamela, (Avogada) con dous netos, Mateo de 10 anos e Emma de 5.
Tras a súa retirada do ciclismo profesional traballou nas Dependencias da Provincia de Varese. Durante 10 anos na Oficina de Economía, máis tarde na Brigada Provincial de Bombeiros e, desde o 1 de setembro de 1992, está xubilado a tempo completo. Pero a vida de non facer nada totalmente non ía con el, polo que desde 1993 ocupa o  cargo de Director Deportivo do "Biancorossi Terziroli", onde correron ciclistas como Stefano Zanini, Pierobon e Passera, recibindo moitas satisfaccións.
Hoxe, á espera do 50º aniversario da súa voda espera esa data pedaleando en solitario e moi satisfeito de toda a súa familia.
Profesional de 1961 a 1971, durante os cales gañou o Gran Premio de Bordighera, os Tres Vales Varesinos, a Volta a Suíza, o Tour de Ticino e unha etapa do Tour de Francia.
TRIUNFOS: 1962, vencedor dos Tres Vales Varesinos.
1963, vencedor da Volta a Suíza.
1965, vencedor da 15ª etapa entre Carpentras-Gap  do Tour de Francia.
1966, vencedor do Xiro do Ticino por diante do alemán Hans Junkermann.
XIRO DE ITALIA: 1961 e 1962 (abandona), 1963 (53º), 1965 (abandonou), 1966 (58º), 1967 (abandona), 1968 (61º), 1969 (42º), 1970 (80º) e 1971 (42º),
TOUR DE FRANCIA: 1965 (36º, máis unha etapa) e 1966 (42º).
Nunca participou na Volta a España.
Outros resultados dignos de mención: 1961 segundo no Tour de Romandia.
EQUIPOS: 1961-1962 San Pellegrino. 1963 Cynar. 1964 Ignis. 1965-1968 Molteni. 1969 Sanson e 1970-1971 Dreher.

domingo, 22 de outubro de 2017

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2017

Se está acabando el año 2017 y llega el turno de los análisis, los resúmenes y las conclusiones. La temporada nos ha dejado momentos de mucha emoción, tanto en Grandes Vueltas como en las Clásicas. Cada metro, cada pedalada de sufrimiento ha llenado los corazones de miles y miles de aficionados que, agradecidos, se han postrado en las cunetas o se han sentado delante de sus televisores para animar a sus ídolos.

Los grandes campeones de este 2017, han sido, sin duda, Tom Dumoulin, ganador del Giro de Italia, Chris Froome vencedor del Tour de Francia y Vuelta a España, y Peter Sagan Campeón del Mundo. Además, hombres como Michal Kwiatkowski que se adjudico la Milán-San Remo, Greg Van Avermaet que en el sprint final de tres ciclistas se llevo las victorias en la E3 Vlaanderen-Harelbeke, lo mismo que en la París-Roubaix y en la Gante-Wevelgen, o Philippe Gilbert que tras atacar en el Viejo Quaremont se fue solo para llevarse el Tour de Flandes, lo mismo de imperial estuvo para conquistar la Amstel Gold Race, otro tanto se puede decir de Sonny Colbrelli que se llevo la Flecha Bravanzona, o Alejandro Valverde ganador de la Flecha Valona y de la Lieja-Bastogne-Lieja y Vincenzo Nibali que se impuso en Lombardia, todos ellos han sido los triunfadores en la época de clásicas esta temporada.

En este 2017 hemos vivido duras batallas por las etapas y por las generales. No hay más que recordar la apasionante lucha y el sinfín de hechos que nos han hecho disfrutar, a profesionales y aficionados, de una gran temporada ciclista.
Comenzare con el Giro de Italia donde a priori, a tenor del perfil de las etapas, todo parecía indicar que Nairo Quintana era el máximo favorito para la victoria final, pero la mayor regularidad y el gran compromiso de Tom Dumoulin en la montaña han sido claves para que acabase con la mala suerte que le acompañaba en las grandes, pero los pronósticos no se cumplieron y por fin Tom Dumoulin logra su primer gran triunfo después de que en el último suspiro se le escapara la Vuelta de 2015. Tom Dumoulin después de la penúltima etapa, tenía que remontar 53 segundos a Nairo Quintana para coronarse en Milán. Una remontada, que dadas las mejores prestaciones del holandés en la lucha contra el crono y el perfil de los 29,3 kilómetros totalmente llanos, lo daban como el favorito nº 1. Pero esta era una contrarreloj diferente, marcada por las 20 etapas previas y el castigo acumulado en las piernas de los ciclistas. Nada más tomar la salida ya se vio que era el  que mejor iba exprimiendo la aerodinámica de su bici. Suyo fue el mejor tiempo entre los gallos, tanto en los intermedios como al final. No gano la etapa, como hubiese deseado pero si la general de la 100ª edición del Giro de Italia. A partir de ahora con su primera grande en el bolsillo se abre una nueva página en blanco en el libro del “Mariposa de Mastricht”. 
Tras el Giro de Italia, el mes de julio en el calendario ciclista está reservado para el Tour de Francia. Son tres semanas de dura competición con los mejores rivales del pelotón internacional, donde lo que importa es ser el líder al final.
Chris Froome llegaba con dudas, no había demostrado su superioridad como en otras temporadas y varios de sus rivales le habían superado en competiciones previas.
El capo del Sky se presentó en Düsseldorf con cero triunfos en su casillero, estuvo lejos en carreras importantes algo que en los últimos años no había pasado y que para sus rivales por razones obvias no pasaba desapercibido. Otros años tampoco había estado brillante, pero contaba sobradamente con triunfos importantes, tanto finales como parciales.
Ahora bien, Froome había ganado tres veces el Tours, es un ciclista que en julio cuando pone su bicicleta sobre el asfalto es bravo, valiente y que desprende coraje. Si no está al 100%, pone el porcentaje que le reste hasta quedarse exiguo en la voluntad.
A Chris Frooome se le ha achacado demasiadas veces de hacer un ciclismo mecánico, demasiado pendiente del aparato que lleva sobre el manillar de su bici y que le mide los vatios. Un potenciómetro que al vestirse de amarillo le hace olvidarse de toda sensación para pedalear a base de números. He ahí el gran contraste y la paradoja, porque de repente suelta las dotes de un ciclista bestial, que devora los retos que tiene por delante. Su hambre es honra para el ciclismo. Decían de él que no sabía bajar, y el año pasado dio una estocada tremenda en el primer gran descenso del Tour; también decían que las contrarrelojes le facilitaban la victoria, no olvidemos que gano un Tour con menos de 15 kilómetros contra el crono.
Un año más tiene a su favor, todo un tren que le acompaña por estas carreteras francesas  en ese mes de julio. Un equipo potentísimo al que apenas se le puede hacer frente. Sólo estrategias de morir matando podrían desmantelar y desnudar al británico nació en Kenia para luchar cuerpo a cuerpo y después que tengan piernas. El equipazo de jefes de fila hechos gregarios con el que se arropó Froome fue una garantía absoluta que hicieron minimizar pérdidas cuando flaqueo. Pero sobre todo, Chris impuso un respeto que metió dudas a la hora de que algún valiente intentase atacar.
Chris Froome, el líder del todopoderoso Sky, ha sumado en los Campos Elíseos su cuarta victoria definitiva, la tercera consecutiva. La alegría por este nuevo hito será igual o incluso superior a las de 2013, 2015, y 2016 pero las diferencias y la autoridad fueron sustancialmente inferiores.
A este Froome del Tour 2017, no le hemos visto levantar los brazos ni machacar la moral de sus rivales. Aunque ha sido siempre favorito, hasta el último día no ha podido  distanciar a sus perseguidores más allá del medio minuto. En la foto final estuvo acompañado por Rigoberto Urán, a 54 segundos, y por Romain Bardet, a 2´20”.
Finalizado el Tour y sabedor de que ya nadie le arrebataría su cuarto maillot amarillo, Froome decía: “Este ha sido mi Tour de Francia más ajustado, la lucha más dura entre los corredores de la clasificación general. No pensé que  se llegaría  así a la contrarreloj de Marsella, pero así ha sido y había un poco de presión, pero para mí es siempre bueno sentir la presión”.
Lo que sí ha hecho como nadie es sobreponerse a las polémicas, como  la del Vortex, a las caídas, como la de Richie Porte, o a la debilidad en la montaña. A pesar de todo eso nadie duda de su justa cuarta victoria.
Ahora ya solo queda pensar si será capaz de ganar un quinto Tour e igualar a Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain; o se quedara como único en la historia que gana cuatro ediciones.
En 2018 vendrá con todo y dispuesto a ganar, pero enfrente tendrá una legión de aspirantes que ya no le tienen miedo.
Menos de un mes después volvimos ver a Chris Froome en la Vuelta a España 2017. La Vuelta que homenajeo y donde Alberto Contador dio sus últimas pedaladas como ciclista profesional
Chris Frooome por fin ganó en Madrid en su sexta participación la carrera que ansiaba tener. El británico entraba a formar parte de las grandes estrellas del firmamento deportivo mundial. El líder del Sky, ganador del último Tour de Francia, subía al escalón más alto del podio de la Vuelta y alzaba los brazos ante los miles de aficionados que se acercaron a la Plaza de Cibeles para arropar al pelotón de la Vuelta, que llegó a la capital española después de tres semanas de intensa competición y memorable edición de Nimes a Madrid.
Al lado de Froome, completaron la foto en lo más alto de la clasificación general final Vincenzo Nibali e Ilnur Zakarin.
Un año inolvidable para el británico al ganar Tour y Vuelta. El líder de esta Vuelta consiguió un objetivo marcado y hasta en tres ocasiones subió al podio: primero para vestirse con el maillot rojo y posteriormente por el blanco de la combinada y el verde de los puntos.
El otro protagonista fue Alberto Contador, que se despidió del ciclismo profesional arropado por un público que le manifestó su cariño  y agradecimiento por años de emoción y épica. El madrileño consiguió una histórica victoria en el Angliru y acabó cuarto en la general, siendo el ciclista que más ha animado la carrera y así se lo ha hecho ver el público que le ha brindado una gran despedida en un paseo triunfal por Madrid.
Una de las últimas carreras del calendario mundial de ciclismo es el Campeonato del Mundo de fondo en carretera.
Podría  decir que la victoria de Peter Sagan tuvo poco brillo en este Mundial celebrado en Bergen. De hecho ni reconoció el circuito en los días previo, ni hizo que su selección trabajara fuerte y ni tan siquiera le pegó el aire en la cara hasta el sprint final. Pero la gloria, la historia y el 99,9% de aficionados al ciclismo le recordaremos por el qué y no por el cómo. Como las muchas que aún le quedan por conquistar.
Peter Sagan, es el único en la historia que logra tres arcoíris consecutivos. Este año se impuso en un ajustadísimo sprit final al noruego Alexander Kristoff proclamándose Campeón del mundo de fondo en carretera, un hito que ningún otro ciclista había logrado en toda la historia.
En Bergen apeló a la astucia y a la ingenuidad de sus rivales para culminar victorioso su desafío y revalorizar su valiosa imagen de marca con la conquista de una hazaña inédita en los anales del ciclismo.
Llegó para divertirse, no vio el recorrido del circuito pero venció.
En este resumen de fin de temporada también quiero destacar el surgimiento de nuevas promesas que, poco a poco, se van afianzando como nuevos candidatos a los triunfos.

xoves, 12 de outubro de 2017

FAUSTINO FERNANDEZ OVIES

Faustino Fernández Ovies naceu no Berrón-Siero, Asturias (España), o 16 de febreiro de 1953.
É un ex ciclista profesional español que empezou a súa andaina no equipo ciclista vasco do Kas, onde coincidiu cos ciclistas asturianos Vicente López Carril, Antonio Menéndez e José Enrique Cima.
Foi un caso lamentable de fugacidade profesional dadas as súas magnificas condicións para o ciclista. O seu reinado no Xiro de Italia inscríbeo á beira dos grandes campións.
O ciclismo asturiano escribiu páxinas de gloria nos anos 70 con nomes como “O Tarangu”, López Carril, Luís Balaguer, Enrique Cima e por suposto con Faustino Fernández.
A relación de Faustino co ciclismo comezou ben pronto. Na súa infancia este era o deporte que lle gustaba, pois xa desde ben pequeno ía aos sitios en bicicleta e, con 15 anos, empezou a competir e iso que na súa familia non había ninguén que se dedicou anteriormente a iso. Os seus inicios foron por estradas asturianas, onde formou parte de diferentes equipos antes de incorporarse a un de Valladolid, onde demostrou o seu gran nivel.
A súa traxectoria como ciclista sufriu un parón polo Servizo Militar, pero, ao seu termo, chégoulle a oportunidade da súa vida grazas a outro asturiano. Antonio Menéndez, que corría no Kas, díxolle que no seu equipo necesitaban corredores porque tiñan a varios lesionados, e, sen pensalo alá preséntase e o equipo fíchaono para a tempada 1977.
O seu éxito máis importante de toda a súa carreira logrouno, precisamente, naquel primeiro ano como profesional. A vitoria na clasificación da montaña dun Xiro de Italia que acabou de milagre por culpa dun catarro que lle fixo perder a terceira posición da xeral que tiña e que, por pouco, obrígalle a facer as maletas e marcharse para casa antes de tempo. Por sorte  conseguiu aguantar e defender os puntos da maglia verde. A montaña sempre foi o seu mellor aliado.
En 1978, probou fortuna na carreira por excelencia: o Tour de Francia. Pero sen sorte porque unha caída obrigoulle a abandonar. As súas aventuras en Francia foron nulas porque non logro acabar ningunha das súas dúas participacións. O Tour non era unha carreira para as súas características, xa que se rodaba moi rápido, o que a facía bastante diferente ao resto de carreiras.
Con todo, a carreira profesional de Faustino Fernández non se estancou. Ao contrario, ao ano seguinte ficha polo equipo Teka, co que repite participación no Tour e sóbese ao podio na Volta a Cantabria e Volta a Asturias, na que, ademais, gaña unha etapa, do mesmo xeito que a Volta aos Vales Mineiros.
Co cambio de década, decide facer as maletas e vaise ao equipo mallorquino do Henninger-Aquila Rossa, onde están varios asturianos: Cima, Roxin e Ordiales. Ademais, os directores tratábaos como fillos. Gaña unha etapa e a xeral da Volta a Aragón nunha tempada na que non disputa moitas carreiras.
Ao final de tempada o equipo desaparece porque o ciclismo español estaba a pasar un mal momento e non había patrocinadores. El tamén tivo que poñer punto final á súa carreira a pesar de quedarlle moitos quilómetros nas súas pernas.
O ciclismo por todos os bos recordos que lle deu sempre ocupou un lugar de privilexio entre os seus recordos a pesar de só competir cinco anos ao máis alto nivel. Naqueles anos, na súa cabeza só había unha cousa, a bicicleta, era o único no que pensaba porque requiría unha dedicación exclusiva polos adestramentos e as carreiras, así era que o pasaba xenial sobre a bicicleta, era unha persoa que, cando a estrada empinábase gozaba porque a pesar de non ser un corredor completo as súas facultades axudábanlle na montaña.
De esquera a direita: Barredo,Escartin, Balaguer, Faustino Fernandez e
Rubiera durante a Gala de Porceyo.
Mentres recolle vehículos cun guindastre de Despezamentos Oviedo e despois de 37 anos da súa retirada do ciclismo profesional, o próximo ano cruzara a súa última meta coa chegada da xubilación.
O 19 de novembro de 2008 nun acto para a entrega da insignia de ouro da Asociación de Ex Ciclistas de Asturias foi homenaxeado entre os seus paisanos xunto a Fernando Escartin, Luís Balague, Chechu Rubiera  e Carlos Barredo.
Profesional de 1976 a 1980.
TRIUNFOS: 1977, vencedor do G. P. A nosa Señora do Ouro e do Premio da Montaña do Xiro de Italia.
1978, vencedor da Subida a Arrate.
1979, vencedor da Subida ao Naranco.
1980, vencedor da Volta a Aragón.
XIRO DE ITALIA: 1977 (31º, máis o Premio da Montaña).
TOUR DE FRANCIA: Participa nas edicións de 1978 e 1979, retirándose en ambas.
VOLTA A ESPAÑA: 1980 (12º).
Outros resultados dignos de mención: 1976, segundo na clasificación xeral da Volta a Segovia. 1979, segundo na Volta a Asturias e terceiro na clasificación xeral da Volta a Cantabria. 1980 terceiro no GP Cuprosan.
EQUIPOS: 1976-1978 Kas. 1979 Teka e 1980 Henninger-Aquila Rossa.

xoves, 5 de outubro de 2017

JUAN FENÁNDEZ

Juan Fernández Martín naceu en Alhama de Granada, Granada (España), o 5 de xaneiro de 1957
É un ex ciclista español que ocupa un lugar de privilexio no libro de ouro do ciclismo español. Non en balde foi o primeiro ciclista español que logrou subir en tres ocasions a recoller a medalla de bronce nuns Campionatos Mundiais.
Despois de dez tempadas como profesional da bicicleta, a finais de 1988 despois de lograr a sua terceira medalla de bronce dun Mundial decidiu poñer  fin á súa carreira tras 16 anos en total dando pedais e cun palmarés de 60 vitorias.
A súa folla de servizo queda ben repleta, pois, ademais deses triunfos conta con numerosos postos de honra nos preto de 300.000 quilómetros que percorreu na súa época de profesional.
Na longa e azarosa vida de Juan Fernández como ciclista, obtivo mención especial  ao seu comportamento nas nove Voltas a España, cinco Xiros de Italia, tres Tours de Francia e nove Campionatos do Mundo.
A súa tempada máis brillante foi a de 1980, na que logrou 18 triunfos. A peor foi a de 1983, na cal, debido a unha caída na oitava etapa da Volta a España estivo a piques de quedar invalido.
Con luces e sombras na vida do ciclista exemplar abundan pois, os momentos de moita alegría cos de tristeza. O mellor, as tres medallas de bronce e os dous Campionatos de España de fondo na estrada. O peor, esa caída de 1983 e os numerosos accidentes que sufriu durante a súa carreira.
Profesional de 1979 a 1988 durante os cales logrou 50 vitorias, das cales destacan as tres medallas de bronce que obtivo nos Campionatos do Mundo de fondo na estrada, a vitoria de etapa no Xiro de Italia e as 4 da Volta a España.
Retirouse do ciclismo profesional a finais de 1988, converténdose en director deportivo do equipo CLAS-Cajastur. Como director obtivo diversos títulos, dirixindo a campións como Tony Rominger, Fernando Escartin e Anxo Caseiro.
TRIUNFOS: 1979, Vencedor do Gran Premio de Estella.
1980, vencedor do Campionato de España de fondo na estrada en Ampuero, vencedor da Challenger Costa do Azahar, do Gran Premio do Ouro, dunha etapa do Xiro de Italia e do gran Premio de Navarra.
1981, vencedor do Gran Premio de Pascua, dunha etapa da Volta a España e do Gran Premio de Elxe.
1982, vencedor dunha etapa da Volta a España.
1983, vencedor do gran Premio de Navarra e dunha etapa da Volta a España.
1984, vencedor da Hucha de Ouro.
1987, vencedor dunha etapa da Volta a España.
19 89, vencedor do Campionato de España de fondo na estrada en Puenteareas.
XIRO DE ITALIA: 1980 (24º, máis unha etapa, 1982 (37º), 1984 (122º), 1987 (94º) e en 1988 retírase.
TOUR DE FRANCIA: 1981 (50º), en 1985 e 1986 abandona.
VOLTA A ESPAÑA: 1980 (16º e vencedor do premio da Montaña), 1981 antes de abandonar gana unha etapa), 1982 (2º máis unha etapa), 1983 (antes de abandonar gana unha etapa), en 1984-1985 e 1986 abandona, 1987 (70º, máis unha etapa) e en 1988 abandona.
Outros resultados dignos de mención: 1980, terceiro no Campionato do Mundo de fondo na estrada en Sallenches, tras Hinault e Baronchelli, 1981 terceiro no Campionato de España de fondo na estrada, 1985 terceiro na Clásica de San Sebastián , 1987 terceiro no Campionato do Mundo en Villach, tras Roche e Argentin e en 1988 terceiro no Campionato do Mundo de fondo na estrada en Ronse tras Fondries e Gayant.
EQUIPOS: 1979 Kas. 1980 Zor-Vereco. 1981-1982 Kelme. 1983-1986 Zor e 1987-1988 Zahor.

domingo, 1 de outubro de 2017

LO PERSIGUIÓ Y LO CONSIGUIÓ.

Es eslovaco, tiene solo 27 años, en su palmares cuenta ya con 104 victorias, es un monstruo, se llama Peter Sagan y es un ciclista que está reñido con la vulgaridad, amigo del histrionismo y uno de los mayores talentos del ciclismo mundial. Toda una bendición para el ciclismo de este siglo, no sólo por su extraordinario valor deportivo, sino por su genial sentido del espectáculo y que nadie supera a la hora de rentabilizar su imagen. Peter Sagan con sus show improvisados, es cautivador, excéntrico, galán de cine que de pronto aparece con greñas y barba, media melena o rapado, extravagante, el que sin pensárselo dos veces y solo guiado por impulsos, pellizca el trasero de las azafatas, un seductor que nunca pasa desapercibido, el de los caballitos en las metas y en rampa pronunciadas, el sprinter de afilados codos, el provocador que en los Juegos Olímpicos de Río tuvo la osadía de participar en la modalidad de mountain bike, recordando aquellos tiempos de juvenil en los que se proclamó Campeón del Mundo. O cuando en 2012, retó al dueño del Cannondale a que le regalara un Porsche si ganaba una etapa en el Tour de Francia y la clasificación de la Regularidad. ¿Alguien duda que el lujoso vehículo fue a parar al garaje del sprinter?. Otra de sus anécdotas poco deportivas fue cuando en el último Tour de Francia fue expulsado por ocasionar una caída del británico Mark Cavendish.

¿Hay algún otro ciclista que supere todas estas  extravagancias?.

En mi retina todavía está viva aquella imagen en la Gala de la Unión Ciclista Internacional (UCI) del pasado año celebrada en Abu Dhabi presentándose con aquel sombrero de gánster, traje oscuro, calcetines rojos, zapatillas blancas y bastón. Por supuesto que nadie supera en extravagancia al pionero en sumar tres títulos consecutivos en el Mundial de ruta. Lo nunca visto.

El pasado domingo revalorizó su valiosa imagen con la conquista de una hazaña inédita en los anales del ciclismo: tres títulos mundiales consecutivos en la prueba en ruta. 

Fue en Bergen (Noruega), en un circuito sinuoso, pero carente de subidas exigentes, donde el velocista que esta temporada defiende los colores del equipo Bora logró prolongar los éxitos logrados en Richmond  (2015) y Doha (2016). El recorrido que constaba de 276,5 kilómetros finaliza con un circuito, donde dieron 12 vueltas y que incluía una subida de un kilómetro con una pendiente del 5%. Esta cota podría provocar que la llegada se resolviera en un pequeño grupo.

Pero Sagan, siempre tan particular, sostenía antes de la carrera que no tenía nada diseñado ni ninguna estrategia, que esperaría a las dos últimas vueltas para tomar una decisión. Él es así. «No preparo nada, sólo veo el momento», decía momentos antes de tomar la salida. «No me gusta hablar sobre el futuro, o sobre entrar en la historia. Lo que ocurra, ocurrirá... Estoy contento ya con lo que he hecho en los últimos años y voy a divertirme», concluía el ahora triple poseedor del maillot arco iris.

Llegó al día D y la hora H sin una selección fuerte, el excéntrico corredor se resguardó en el pelotón y apelando a la astucia y a la ingenuidad de sus rivales que lo llevaron en volandas, se asomo en el momento clave, a 100 metros de meta, ajeno a las pugnas entre las otras selecciones interesadas en evitar el sprint. Peleas inútiles de una guerra que no iba con él pero que si estaba en la batalla para amargarles la fiesta a los aficionados noruegos. 
Él solito culmino su desafío imponiéndose de forma ajustadísima al ídolo local Alexander Kristoff. Fue necesario recurrir a la photo finish. Tercero fue el australiano Michael Matthews. En los anteriores Mundiales no tuvo que esperar a la tecnología para saberse ganador. En Richmond 2015 superó en varios metros de ventaja a Matthews y a Navardauskas, algo más apretado fue el sprint del Mundial de Doha 2016, por delante de Cavendish y Boonen.
«Es increíble, estoy muy contento por volver a lograr una victoria. Ganar tres títulos seguidos es especial. Es cierto que esto no cambia las cosas, pero para mí es muy bonito», aseguró el eslovaco.
Peter Sagan dedicó la victoria a muchos, pero, sobre todo, al italiano Michele Scarponi, fallecido esta primavera al ser arrollado por una furgoneta: «Gracias a todos mis compañeros del equipo nacional y algunos amigos que he tenido en el grupo. Quiero dedicarle este título a Scarponi, y a mi mujer, con la que tendré un hijo dentro de poco».
Peter Sagan, fue el rey de un Mundial donde los españoles apenas pudieron lucirse y donde asistimos al crecimiento de ese monstruo universal llamado Peter Sagan.