domingo, 26 de novembro de 2017

LOS HOMBRES DE ORO DE LA TEMPORADA 2017 (Capitulo II)

El segundo capítulo de los hombres oro de la temporada 2017, pese a que la primera mitad de la temporada fue fatal, se lo dedico a Chris Froome porque supo darle la vuelta al asunto y llegar al Tour de Francia en su mejor estado de forma.
Esta temporada fue redonda para él, ya que por primera vez ha logrado ganar el Tour y la Vuelta a España el mismo año.
Comenzaba la temporada en Australia, concretamente en la Cadel Evans Great Ocean Race, carrera que no le favorecía y en la que no luchó por la victoria, finalizando 49º a 43 segundos del ganador Nikias Ardnt. Después participó en el Herald Sun Tour, carrera por etapas que ganó en 2016. Sin embargo, esta vez no pudo llevarse la victoria tras perder más de un minuto en la etapa reina con el que sería el ganador final, Damien Howson. Tras casi dos meses sin competir, tomó la salida en la Vuelta a Cataluña, en la cual mantuvo un emocionante duelo con Alejandro Valverde y Alberto Contador que finalizó con victoria del murciano por delante de él.
Un mes más tarde, volvía a una de sus carreras favoritas, el Tour de Romandía, donde finalizaría 18º tras perder más de un minuto en la etapa reina y 45 segundos en la contrarreloj final que se llevó Primoz Roglic por delante del ganador final, Richie Porte.
Al igual que llevaba haciendo desde 2012, continuó su calendario en el Critérium del Dauphiné, prueba en la que mejoró su nivel, pero no le fue suficiente para estar a la altura de Jakob Fuglsang y de Richie Porte, especialmente en las dos últimas etapas. A penas quince días más tarde, llegaría el momento clave de la temporada para el protagonista de Oro, el Tour de Francia. En esta carrera sí mostraría su mejor nivel y se haría casi invencible en la montaña. En la primera etapa, que ganó su compañero de equipo Geraint Thomas, ya tomó ventaja con sus rivales. Además, uno de ellos, Alejandro Valverde, se vio forzado a abandonar tras sufrir una caída en las mojadas calles de Düsseldorf.
En la tercera etapa, con final en Longwi, cota de tercera categoría, logró ser noveno a dos segundos del ganador Peter Sagan. Solo Daniel Martin logró tomarle una insignificante ventaja de seis segundos. Tras una polémica jornada de transición, llegaría el primer final en alto serio, la Planche des Belles Filles, donde Fabio Aru sería imbatible. Chris Froome realizó una buena ascensión, pero perdió 26 segundos con Aru y seis con Dan Martin, pero a pesar de eso, se enfundaría el maillot amarillo. La octava etapa, con final en la Station des Rousses, la acabaría sin diferencias, pero en la novena, con llegada a Chambéry subiendo antes el Col de la Biche, el Grand Colombier y el Mont du Chat, solo cinco corredores lograron aguantarle.
Tras varias etapas de transición, los ciclistas llegaban a los Pirineos en la duodécima etapa, con final en Peyragudes. Etapa de sufrimiento y una verdadera pesadilla para el ciclista británico. Según sus propias palabras, ese día podría haber perdido el Tour de Francia, pero como nadie se atrevió a atacar hasta los últimos 500 metros, sus pérdidas no pasaron del medio minuto. Tras la corta jornada de Foix, los Pirineos acabarían con Chris Froome como líder con 27 segundos de ventaja sobre Rigoberto Urán y Romain Bardet. Hasta la 17ª etapa, los ciclistas no volverían a ver montaña. La primera etapa alpina prometía brindar espectáculo. Para eso estaba el Pistolero de Pinto, que con la libertad que le había dado su mala clasificación en la general, se marchaba en el ascenso a la Croix de Fer en busca de una victoria que finalmente se le resistiría en favor de Primoz Roglic. En cuanto a la general, no habría diferencias entre los tres primeros.
El Col del Izoard acogería la última etapa de montaña del Tour de Francia 2017. Al igual que en Serre Chevalier, solo Urán y Bardet aguantarían a Froome, pero ninguno le sacaría ventaja, por lo que el ciclista del Sky encararía la crono de Marsella con la victoria casi asegurada. Y así fue. Chris Froome fue tercero en la crono final de Marsella, solo por detrás de Bodnar y Kwiatkowski, pero se llevaría la victoria de la general con 54 segundos de ventaja sobre Rigoberto Uran finalmente segundo en el podio de los Campos Elíseos. 
Tras su cuarta victoria en el Tour, Froome disputaría la Vuelta a España consiguiendo el mismo resultado. Esta vez, mostraría su mejor versión para conseguir una victoria impecable, solo Miguel Ángel López y Alberto Contador, ninguno de ellos en los primeros puestos de la carrera, pudieron superarle.
Incluso en ascensiones cortas como Cumbres del Sol o Xorret de Catíestuvo delante, consiguiendo la victoria en la primera de las dos. En las etapas de alta montaña, su equipo le protegió al igual que en el Tour, pero cuando tuvo que atacar, estuvo siempre delante. Al gran resultado en la montaña hay que sumarle la contrarreloj, ya que también ganó la crono de Logroño. Posiblemente en La Vuelta pudimos ver al mejor Froome de la historia, ya que nadie pudo plantarle cara. Para acabar la temporada, Chris Froome disputó las pruebas contrarreloj de los Mundiales de Bergen, siendo tercero tanto en la prueba por equipos como en la individual, en la cual el otro hombre oro Tom Domoulin fue imbatible y sacó casi dos minutos a Froome. 
Para los anales del ciclismo, 2017 quedara en la historia como el año del doblete de Chris Froome.

domingo, 19 de novembro de 2017

LOS HOMBRES DE ORO DE LA TEMPORADA 2017 (Capitulo 1º)

Tom Dumouli alzando el trofeo conquistado en el Giro de Italia
Con el pots de esta semana, doy comienzo a una serie de tres capítulos en la que voy a repasar la trayectoria de los protagonistas que lograron la Medalla de Oro en esta temporada 2017 ya finalizada.
Dentro de este grupo y debido a lo que significo esta temporada ciclista, empezare por el ganador del Giro de Italia.
Para Tom Dumoulin, esta ha sido la temporada en la que los buenos augurios que el corredor holandés venia mostrando desde hace algunos años se hicieron realidad. La histórica victoria en el Giro de Italia del centenario posiblemente será el punto de inflexión para su carrera.
Desde la temporada 2015 el potencial de Tom Dumoulin comenzaba a mostrarse en la Vuelta a España. La derrota que le infringió un Fabio Aru más escalador y con mayor equipo en esa Vuelta fue quizá uno de los catalizadores del corredor que vimos esta temporada vistiendo el maillot del Sunweb, un equipo que a primera vista podría parecer insuficiente para las ambiciones del holandés.
El viaje épico de Tom Dumoulin esta temporada comenzó en el Tour de Abu Dhabi, carrera con la que algunos de los otros grandes nombres del pelotón iniciaron su temporada. Tom Dumoulin, que venía de una temporada 2016 satisfactoria, comenzaba a anunciar sus buenas condiciones con un tercer puesto en la única etapa montañosa de la carrera con llegada en Jebel Hafeet, ascensión en la que se mostró muy combativo pero al final fue superado por Rui Costa e Ilnur Zakarin.
Tras Abu Dhabi llegaba la temporada de clásicas, un terreno no muy fértil para el holandés debido a la fuerte competencia de los clasicómanos, pero que le valió para acumular kilómetros y ganar ritmo de competición de cara a otros objetivos mayores. Su mejor resultado en la primera parte del año fue el quinto puesto en la Strade Bianche, y su aparición en los kilómetros finales de la Milán-San Remo trabajando para Michael Matthews.
También en los primeros meses del año logro el sexto lugar en la general de la Tirreno-Adriático, carrera en la que obtuvo un segundo puesto de etapa en la segunda jornada, en la que cruzó la línea de meta por detrás de Geraint Thomas. La general de la carrera de los dos mares  finalmente fue para Nairo Quintana, pero Tom Dumoulin, a un minuto de diferencia del escarabajo colombiano, cerraba una muy buena actuación y confirmaba que venía con un buen estado de forma. No obstante, el gran objetivo de su año estaba marcado nada más y nada menos que la 100ª edición del Giro de Italia. Tom Dumoulin llegaba a las carreteras italianas con las credenciales de haber hecho buenos papeles en grandes vueltas en el pasado, sin embargo la opinión entre los aficionados se encontraba dividida entre aquellos que le auguraban buenos resultados y otros que no le veían mayor opción que victorias de etapa.
Tom Dumoulin veia en Nairo Quintana y Vincenzo Nibali a sus
dos maximos ribales en el Giro de Italia
Qué razón tenían los que apostaban por que tendría buenos resultados. El camino hacia la maglia rosa comenzó para él en la 9ª etapa, con llegada en el Blockhaus; hasta ese momento de la carrera no se habían marcado diferencias importantes entre los favoritos y el nerviosismo en el pelotón iba en crescendo conforme se acercaban las durísimas rampas del puerto final en las que Nairo Quintana iba a llevarse la victoria pero Dumoulin iba a confirmar su fortaleza como escalador al cruzar la línea tercero y ganando tiempo valioso sobre corredores que eran considerados más favoritos como Vincenzo Nibali, Ilnur Zakarin o Steven Kruijswijk.
El ciclista de Maastricht defendiendo los colores del Sunweb finalmente vería consumado su objetivo de vestirse de rosa al día siguiente tras una soberbia actuación en la contrarreloj de Montefalco en la que destruyó el tiempo de sus rivales. Quedaba claro que a pesar de sus buenas condiciones en la montaña, la fortaleza del holandés contra el cronómetro no había menguado ni un gramo, convirtiéndole en un rival de cuidado.
Pero la etapa que es seguramente la joya del año para el holandés bien puede ser la etapa 14ª con llegada al alto en Oropa, en la que se llevó la victoria del día y venciendo ni más ni menos que a algunos de los mejores escaladores del pelotón: Nairo Quintana, Vincenzo Nibali o Ilnur Zakarin, por decir unos nombres. Los aficionados presenciamos un verdadero despliegue de fuerza y sobretodo inteligencia por parte del holandés, quien más remontó una posición inicialmente desfavorable en la que cedía terreno, para finalmente llevarse la etapa. Este es el día en el que se confirmó su favoritismo para la victoria final en Milán y sobre todo el día en que el gallo del Sunweb dio el salto de calidad que venía augurando, pasando de un estilo defensivo a uno agresivo en lo que se refiere a terreno de montaña.
Su capacidad de manejar situaciones adversas encontraría su cúspide en la insólita etapa 16ª de este Giro, entre Rovetta y Bromio, el día del conocido incidente con la parada de emergencia que el holandés tuvo que realizar justo al inicio de la última ascensión del día. Sus rivales directos, Quintana y Nibali se limitarían a mantener su ritmo en un primer momento, aunque ya después se pondrían al ataque, dejando a Tom Dumoulin en una situación muy desventajosa en la que tuvo que invertir mucha energía para perseguir a sus rivales, y si bien no perdió la maglia rosa sí vio su ventaja disminuida dramáticamente.
Finalmente sus fuerzas en la montaña comenzarían a menguar en las últimas y durísimas etapas de los Alpes. No obstante, su gran clase en las cronos se terminaría imponiendo con holgura en la etapa final entre Monsa y Milán, en la que en tan sólo dos tercios del recorrido lograba recortar la ventaja que Nairo Quintana le había sacado en los últimos días de competición, para en línea de meta llevarse el Giro por 31 segundos.
Tom Dumoulin en acción
Tras la hazaña histórica de convertirse en el primer holandés en ganar el Giro de Italia, una serie de buenos resultados terminarían de cimentar una temporada genial de Dumoulin, comenzando con una buena actuación en la etapa de escalada de las Hammer Series, un evento que es más una curiosidad en el ciclismo, pero que no dejó de ser significativo por la habilidad de escalador que el holandés demostró. Y es que en su capacidad de conjugar su natural talento para el crono con su progreso como escalador está la clave para que Tom Dumoulin pueda convertirse en un futuro ganador de más grandes vueltas.
Su dominio del panorama mundial en lo que a contrarreloj se refiere quedó confirmado, primero, con la obtención del título de campeón nacional holandés contrarreloj obtenido en Junio, superando a Stef Clement por 24 segundos y al veterano Robert Gesink por 58.  Pero el verdadero reto que tenía que afrontar era el Campeonato del Mundo de la especialidad, en el que se llevó la Medalla de Oro con una ventaja incontestable de 57 segundos sobre el esloveno Primoz Roglic. Medalla de Oro y maillot arcoíris, que Tom Dumoulin lucirá durante las cronos que dispute la próxima temporada 2018 como recordatorio de su versatilidad y grandes condiciones en este tipo de etapas.
Entre el Campeonato Nacional de Holanda y el mundial de Maastrich aún pudo cosechar algunas buenas actuaciones, siendo la más relevante la victoria de la general en el Binck Bank Tour, que cimentó gracias a una gran actuación en la 6ª etapa, en la que fue segundo, justo por detrás del ganador del día Tim Wellens y tras haber hecho la última parte de la etapa los dos escapados. Otro buen resultado obtenido previo a los campeonatos del mundo fue su meritorio cuarto lugar en la Clásica San Sebastián, en la que el líder del Sunweb mostró la cara uniéndose al grupo perseguidor en los kilómetros finales, tras haber superado el siempre decisivo ascenso al Murgil. Tom Dumoulin y los que perseguían al final no tuvieron nada que decir frente a un gran Michal Kwiatkowski que ganaría la carrera, pero hicieron gala de buenas condiciones y de mucha entrega y eso es también de valorar.
Como se puede ver, esta ha sido una temporada de grandes avances en la carrera de un Tom Dumoulin que ahora, con su primera victoria en el Giro de Italia y muy motivado, sueña con conquistar otras grandes vueltas. A lo largo de este 2017 mostró, además de mucha calidad, tener los pies puestos sobre la tierra a la hora de manejar su recién adquirida condición de favorito, cualidades que le hacen ser uno de los corredores más populares del pelotón.

xoves, 16 de novembro de 2017

LAURENT FIGNON

Laurent Fignon (Le Professeur) naceu en París (Francia), o 12 de agosto de 1960. Faleceu aos 50 anos no Hospital da Pitié-Salpêtrière de París o 31 de agosto de 2010 por mor dun cancro de páncreas.

Este parisiense foi unha das grandes estrelas  mundiais que deu o ciclismo francés e un dos corredores máis xeniais do pelotón, pola súa entrega, loita, coraxe, ansias de vitoria e carácter, formaban unha mestura que lle levou a ser figura destacada en cantas carreiras participaba.

Era un corredor aguerrido, "rebelde, orgulloso, rompedor, único, con carácter”, que gustaba de atacar en todos os terreos, "mesmo nos avituallamentos". E tamén cun punto de mal xenio que lle granxeou mesmo o "odio" dos afeccionados españois, como cando cuspiu á cámara de Televisión Española no Tour de 1989.

Viviu a súa época dourada nos anos 1983 e 1984. Nesas tempadas logrou a vitoria absoluta no Tour de Francia. Logo nas últimas tempadas, e de forma especial na de 1986 sufriu o pau máis importante da súa carreira ao perder a camisola de líder do Tour na última etapa e para maior inri no seu terreo, nunha etapa cronometrada, e ante o seu inimigo número un, o estadounidense Greg Lemond.

Fignon non puido conter as bágoas de impotencia por esa derrota, aínda que a medida que o tempo foi pasando foise pechando esa cicatriz, non tivo ningún reparo en recoñecer o seu erro e a astucia do gañador. Os expertos consideran que Lemond gañoulle a contrarreloxo de París por razóns técnicas. O americano usou manillar de triatleta, aínda pouco visto nesa época, e un casco aerodinámico. Fignon usou un manillar normal e non levaba casco. Din que a súa loura coleta prexudicaba a súa posición aerodinámica. El culpou da súa derrota a unhas abrasions que tiña na entreperna, moi común entre ciclistas.

Ademais dese axuste precoz no pelotón dos grandes e esa derrota de 1989, as lesións e irregularidades facían de Laurent Fignon un fóra de serie, aínda que é certo que só adoitaba render a lume de biqueira un par de meses ao ano.

Debutou no ciclismo profesional aos vinte e dous anos, despois de máis de cincuenta vitorias como amateur e, ao ano seguinte, viuse na cima do ciclismo internacional, vencendo no Tour de Francia de 1983 baixo a tutela de Cyrille Guimard.

Gañouse o alcume do Profesor polo seu aspecto intelectual e por mor da súa imaxe con aquelas gafitas redondas e a coleta loura, en contraste coa dura imaxe que ofrecía Bernard Hinault. No Tour de Francia de 1984, Fignon tivo en fronte ao gran Bernard Hinault, que cambiara de equipo aquela tempada. Fignon gañou o Tour de forma brillante, con cinco vitorias de etapa e converteuse na nova estrela francesa do ciclismo.

Con todo, a sorte non lle acompañou ao parisiense nas seguintes participacións. Perdeuse a edición de 1985 por unha lesión no xeonllo e non terminou as edicións de 1986 e 1988. En 1989, quedou segundo, por detrás de Greg LeMond, a tan só oito segundos, a diferenza máis pequena de toda a historia. O propio Laurent Fignon admitiu sufrir de dores durante toda a carreira.

Tamén venceu en carreiras dun día, como a Milán-San Remo e foi o vencedor do Xiro de Italia 1989.

O seu espectacular palmarés viuse ensombrecido en dúas ocasións, por senllos controis antidopaxe que deron positivo por anfetaminas, en 1987 tras a Frecha Valona e en 1989 tras o G.P. de Eindhoven.

Dez anos despois da súa irrupción Fignon despediuse do ciclismo profesional. O seu adeus, como a súa chegada, tamén estivo cargado de simbolismo. Foi na ascensión da Bonette-Restefonds, o teito do Tour, 2.802 metros. Por diante, desde o Izoard, Indurain e Rominger, a nova era, aceleran buscando a vitoria do Tour (foi o terceiro de Indurain, como se sabe), por detrás de todos, Fignon, coas mans sobre as manetas, tranquilo, ao seu ritmo. "Subín como un cicloturista", dixo. "Mirei a paisaxe, gocei da ascensión, gocei do ciclismo. Todo era harmonía á miña ao redor. O ciclismo podería seguir sen min. A vida continuaría comigo". Foi a súa último col, o máis alto.

Tras a súa retirada, Laurent Fignon involucrouse na organización de carreiras ciclistas como a París-Niza ou a París-Corrèze. Foi comentarista do Tour de Francia en France 2 e dirixía o Centro Laurent Fignon, que é unha academia situada en Gerde, na localidade veciña de Bañeiras de Bigorra no departamento de Hautes Pyrénées. En concreto, trátase dun hotel ao pé do mítico Tourmalet, onde ciclistas profesionais poden perfeccionar a súa técnica.

O 11 de xuño de 2009, coincidindo co avance do libro autobiográfico que escribiu, “Eramos novos e inconscientes”, unha autobiografía cuxas últimas liñas poderían ser, perfectamente, o seu epitafio. "Fun só un home que fixo todo o posible por abrirse un camiño cara á dignidade e a emancipación. Ser un home". Fignon recoñeceu consumir anfetaminas e cortisona durante a súa carreira como ciclista profesional, ese mesmo día tamén declarou ser diagnosticado dun cancro intestinal en estado avanzado, en fase de metástase e estendéndose ata o páncreas. Segundo os doutores, o cancro non estaba directamente relacionado coas substancias dopantes tomadas durante a súa carreira profesional.

A pesar do avanzado estado da súa enfermidade, continuou de comentarista para France 2 no Tour de 1960, onde a súa voz, xa era a voz dun home que agonizaba. Pero esa persoa rebelde dentro do ciclismo, empeñábase en levarlle a contraria ao seu espírito indómito, rebelde, vivo, vivísimo que maldicía a súa enfermidade. “É o meu corpo contra min e non podo aceptalo”.

O seu corpo foi incinerado e enterrado nun nicho do cemiterio parisiense de Père Lachaise.

Laurent Fignon marcará para sempre a historia do Tour de Francia e do ciclismo francés, quedando como un deportista de lenda que escribiu algunhas das páxinas máis belas de este deporte.

Profesional de 1982 a 1993, durante os cales cultivou oitenta e unha vitorias.   TRIUNFOS: 1982, vencedor do Criterium Internacional, dunha etapa do Xiro de Italia e do Gran Premio de Cannes.

1983, vencedor do Tour de Francia máis unha etapa e a camisola branca do mellor novo, unha etapa da Volta a España e o Gran Premio Plumelec.

1984, vencedor do Tour de Francia, máis cinco etapas, dunha etapa do Xiro de Italia, máis o premio da montaña, dúas etapas do Tour de Romandía, unha etapa do Clásico RCN e do Campionato de Francia de fondo na estrada.

1985, vencedor da Semana Siciliana.

1986, vencedor da Frecha Valona e unha etapa da Daphiné Liberei.

1987, vencedor dunha etapa do Tour de Francia, dunha etapa da Volta a España e a clasificación da combinada, de dúas etapas da París-Niza e unha etapa da Volta aos Países Baixos.

1988, vencedor da Clásica Milán-San Remo, unha etapa do Critérium Internacional, o Tour do Porvir e da París-Camembert.

1989, vencedor do Xiro de Italia, máis unha etapa, da  Milán-San Remo, Gran Premio das Nacións, Polynormande, Volta aos Países Baixos, unha etapa do Tour de Francia e o Premio da Combatividade, Ránking UCI, Trofeo Baracchi, Critérium AS e da Rolda Aix en Provence.

1990, vencedor do Criterium Internacional.

1992, vencedor unha etapa do Tour de Francia.

1993, vencedor da Volta a México.

XIRO DE ITALIA: 1982 (15º, máis unha etapa), 1984 (2º, máis unha etapa), 1989 (1º, máis unha etapa e oito días de líder) e en 1990 abandoa.

TOUR DE FRANCIA: 1983 (1º, máis unha etapa), 1984 (1º, máis cinco etapas), 1986 (abandoa na 13ª etapa), 1987 (7º, máis unha etapa), 1988 (abandoa na 11ª etapa), 1989 (2º) e en 1990 abandoa na 5ª etapa.

VOLTA A ESPAÑA: 1983 (7º, máis unha etapa, en 1986 (7º) e en 1987 (3º, máis unha etapa).

Outros resultados dignos de mención: 1985, terceiro na Frecha Valona, 1986, segundo no Gran Premio das Nacións, 1987, terceiro na París-Niza e en 1988 terceiro na París-Roubaix e segundo no Gran Premio das Nacións.

EQUIPOS: 1982-1985 Renault. 1986-1989 Systeme U. 1990-1991 Castorama. 1992-1993 Gatorade.

domingo, 12 de novembro de 2017

QUE BARATO SALE MATAR CICLISTAS EN ESPAÑA

El pasado 8 de este mes, se publicaba en la presa deportiva que la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Lleida condenaba a cinco años y medio de cárcel a O. S., un joven de 26 años, con residencia en Aitona, que la mañana del 6 de septiembre de 2015 atropelló en Soses (Lleida) mortalmente a dos ciclistas e hirió a otros dos.
La jueza le impone una pena de cuatro años de cárcel como autor de dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otros dos delitos de lesiones por imprudencia en concurso con un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, y otra pena de un año y medio de prisión por un delito de omisión del deber de socorro, también le prohíbe conducir durante seis años.
El joven también deberá indemnizar, de forma conjunta y solidaria con la compañía de seguros, con 430.108 euros a los familiares de los fallecidos y a los dos ciclistas que sobrevivieron al atropello.
En el juicio, que se celebró el 10 de octubre, el acusado contó que se durmió y no vio a las víctimas, reconoció que había bebido la noche anterior al accidente y relató que se marchó del lugar y se escondió porque un ciclista fue hacia él insultándole.
"Salí de fiesta, no había dormido, el día anterior había estado trabajando" afirmó en el juicio en el que también dijo en una ocasión que ese día bebió dos copas y en otra que había bebido whisky.
El joven se sentó en el banquillo acompañado de su padre por la responsabilidad subsidiaria de su progenitor al ser propietario del coche con el que se produjo el atropello.
Quiero agregar, que sí además este "irresponsable asesino", hubiera sido familia o amigote de algún pez gordo, lo indultarían, como ya ha pasado otras veces. De vergüenza.
En el juicio también quedo demostrado de que sin prestar la mínima atención y circulando a una velocidad inadecuada, arrolló con su coche a cuatro ciclistas que circulaban en bicicleta por la línea del arcén, provocando la muerte a dos de ellos. El condenado, teniendo conocimiento del fuerte impacto provocado, continuó circulando para dirigirse a otro lugar. 
Me podéis creer, viendo esta sentencia estoy indignadísimo. Hacía mucho tiempo que no sentía una sensación igual.
Qué vergüenza, 5 años por ir borracho al volante, matar a dos personas, dejar heridas a otras dos y darse a la fuga... ¿se puede causar más dolor con menor castigo?.
No quiero que mi indignación moleste más que a aquellos que deben molestarse, ni pretendo que un lenguaje coloquial incordie sino que lo entendamos todos. Lo que sí quisiera es que a mi indignación se uniesen miles y hacer de esta sensación una fuerza que pueda cambiar la ley. De lo contrario, como no frenemos esto y con éstas penas, vamos a tardar muuuuuchos años en limpiar las carreteras de asesinos e irresponsables.
El imputado, cuando arrolló a las víctimas, circulaba a una velocidad inadecuada sin prestar atención a lo que ocurría en la calzada, después de haber estado toda la noche de fiesta consumiendo alcohol y llevar más de veinte horas sin dormir, lo que se dice, un loco al volante al que la jueza después de ver las consecuencias lo condena a solo cinco años y medio de cárcel. De los cuales no cumplirá ni 3 meses.
Una vergüenza, que barato sale liarla y segar vidas en España, a este paso algún día nuestras familias tendrán que pagar los desperfectos de los coches que nos matan. Siento  vergüenza y cada día me da más miedo coger la bici y salir a la carretera.
Señores mamandurrias del gobierno español, ¿a qué esperan para cambiar la ley?. ¿A que el atropellado sea un familiar vuestro o el de un amíguele?.

xoves, 9 de novembro de 2017

JOSEF FISCHER

Josef Fischer naceu en Cham (Alemaña), o 20 de xaneiro de 1865. Faleceu aos 94 anos o 29 de agosto de 1959 en Múnic (Alemaña).
Figura de lenda do ciclismo do seu país e gran campión da súa época. Extraordinariamente duro, pero tácticamente limitado.
Foi o primeiro vencedor da primeira edición da París-Roubaix con vinte e cinco minutos de marxe sobre o segundo clasificado, o danés Charles Meyer e con vinte e oito respecto ao francés Maurice Garin.  Nesta carreira non só tívose que enfrontar aos seus rivais directos, senón que tamén tivo que enfrontarse a algúns eventos inesperados, como a saída dun cabalo que arremeteu contra o grupo de ciclistas que marchaban na cabeza e logo a un bloqueo debido ás vacas que pastaban nas áreas de paso da carreira.
Cando hai 121 anos venceu Fischer a carreira aínda se denominaba “A Pascale” e o premio para o vencedor era de mil francos.
Profesional de 1896 a 1903 durante os cales gañou 16 carreiras, incluíndo o triunfo na primeira edición da París-Roubaix , en 1896 .

No único Tour de Francia que participou, o de 1903 con trinta e oito anos, acabou en décimo quinto lugar na clasificación xeral final.
TRIUNFOS: 1892, vencedor da Múnic-Koburg e da Wien-Trieste.
1893, vencedor da Wien-Berlín, da Moscova-San Petersburgo e da Basilea-Friburgo-Kolmar-Basilea.
1894, vencedor da Milán-Brenner-Múnic.
1895, vencedor da Trieste-Graz-Viena.
1896, vencedor da París-Roubaix e Camepón de Alemaña de Semifondo.
1899, vencedor dos Catro Días de Hamburgo.
1990, vencedor da Bordeus-París.
Nunca participou no Xiro de Italia nin na Volta a España.
TOUR DE FRANCIA: 1903 (15º).
Outros resultados dignos de mención: 1899, segundo na Bordeus-París e en 1990 segundo na París-Roubaix.
EQUIPOS: 1896-1903 Individual.

domingo, 5 de novembro de 2017

DESPUÉS DEL CICLISMO ¿Que?.

Ahora que la temporada está dando sus últimas pedaladas en las lejanas tierras chinas, llega el momento de preguntarse ¿qué será de aquellos que se bajan de la bicicleta definitivamente poniendo el punto y final a su carrera como ciclistas profesionales?. ¿Qué pasa con esos ciclistas cuando se bajan de la bicicleta?, ¿hacia dónde encaminan sus pasos?.
Recuerdo no hace mucho, saltaban las noticias de los dramas que vivieron tras su retirada deportistas como Andreas Brehme, campeón del mundo en 1990 con Alemania, pasó de ganar ingentes cantidades de dinero a quedar sepultado por las deudas (dicen, incluso, que llegó a limpiar retretes para poder comer); Adriano, delantero promesa en el Inter, se ahogó entre drogas y alcohol hasta acabar pidiendo ‘asilo’ en una favela; y Paul Gascoigne, leyenda del fútbol británico, precipitó su caída deambulando entre bares. Todos ellos, en algún momento, estuvieron en lo más alto; y todos ellos, más tarde, tuvieron problemas. Son, en cierto modo, los ejemplos más representativos de deportistas caídos en desgracia. Y, aunque lo suyo no es lo normal, lo cierto es que cualquiera, por mucho que haya ganado, tiene que enfrentarse tras la retirada a un drama: qué hacer con su vida.
No conozco ningún caso tan dramático como estos en el mundo del ciclismo, pero seguro que los hay, aunque no salgan a la luz. La fama y reputación de un ciclista no es tanta como la de un futbolista. Pero el ciclista al igual que el futbolista, cuando su etapa profesional termina, se le abren más o menos los mismos problemas.
En el caso de los ciclistas, las opciones en función de lo importante o famoso que haya sido el mismo, son también las mismas. Así, vemos habitualmente como campeones de grandes vueltas se reubican sin problemas sacando su propia marca de bicicletas, como comentaristas de televisión o incluso con equipos propios a los que dirigir. Sin embargo, los corredores más “del montón”, intentan engancharse como directores de equipo, relaciones públicas o mecánicos.
Cuando una carrera ciclista se acaba, no es un paso más, un estadio más en la vida de todo ser humano que va evolucionando y envejeciendo, generalmente es mucho más. Se acaban los focos, las entrevistas, los salarios (en algunos casos) altos y el reconocimiento. Hay que empezar una nueva vida, tienen que preocuparse de mucho más que únicamente de dar pedales y no siempre es fácil.
El porcentaje de ciclistas con estudios superiores es muy bajo, y la preparación para esa nueva vida que han de comenzar es, en la mayoría de las veces, inexistente. Muchos vuelven a negocios familiares o abren sus propias tiendas y talleres de bicicletas en sus lugares de origen, otros simplemente se dan de bruces con la realidad de que no saben hacer nada más que dar pedales y ya no pueden vivir de ello. Son los grandes olvidados.
Los Contador, Induráin, Perico, no suelen tener problemas (salvo que sean unas cabras locas)  han ganado mucho, como para vivir bien de por vida y además (si quieren) lo seguirán ganando igual de bien, pero los ciclistas no tan buenos, los currantes del pelotón, esos no lo tienen tan fácil.
Para esos, a veces, la retirada no es más que el olvido, una puerta a lo desconocido que habitualmente se hace con menos equipaje del necesario y con muy pocas puertas a las que llamar.
Estos ciclistas a pesar de haber competir en el Tour, el Giro o la Vuelta, dejan la competición y se enfrentan a tener que tomar las riendas de su vida. Durante su carrera profesional, se acostumbraron a que les hagan todo, no todos tuvieron claro que necesitaban una formación paralela para cuando dejasen el ciclismo, adaptándose a un mundo más competitivo que el propio ciclismo y que desconocen totalmente. Es por eso, cuando lo dejan, se encuentran que tienen que coger las riendas de sus vidas y que la lista de contactos está vacía. Conocían masajistas, directores deportivos, mecánicos, ciclistas…, pero fuera de ese mundo nada, o poco más.
Estaría bien que las Federaciones colaborasen para que estos ciclistas pudiesen integrarse fácilmente al mundo laboral, ya que muchas veces están metidos en una burbuja y necesitan de otras vías para que ésta se rompa.

La apuesta por el deporte no puede ser el 100% por 100%. Ese es el error que cometen muchos.