El pasado 8 de este mes, se publicaba en la presa deportiva que la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Lleida condenaba a
cinco años y medio de cárcel a O. S., un joven de 26 años, con residencia en
Aitona, que la mañana del 6 de septiembre de 2015 atropelló en Soses (Lleida) mortalmente a dos ciclistas e hirió a otros
dos.
La jueza le impone una pena de cuatro años de cárcel como
autor de dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otros dos delitos de
lesiones por imprudencia en concurso con un delito de conducción bajo la influencia de bebidas
alcohólicas, y otra pena de un año y medio de prisión por un delito
de omisión del deber de socorro, también le prohíbe conducir durante seis años.
El joven también deberá indemnizar, de forma conjunta y solidaria con la
compañía de seguros, con 430.108 euros a los familiares de los fallecidos y a
los dos ciclistas que sobrevivieron al atropello.
En el juicio, que se celebró el 10 de octubre, el acusado contó que se
durmió y no vio a las víctimas, reconoció que había bebido la noche anterior al
accidente y relató que se marchó del
lugar y se escondió porque un ciclista fue hacia él insultándole.
"Salí de fiesta, no había dormido, el día
anterior había estado trabajando" afirmó en el juicio en el que
también dijo en una ocasión que ese día bebió dos copas y en otra que había
bebido whisky.
El joven se sentó en el
banquillo acompañado de su padre por la responsabilidad subsidiaria de su
progenitor al ser propietario del coche con el que se produjo el
atropello.
Quiero agregar, que sí además este
"irresponsable asesino", hubiera sido familia o amigote de algún pez
gordo, lo indultarían, como ya ha pasado otras veces. De vergüenza.
En el juicio
también quedo demostrado de que sin prestar la mínima atención y circulando a
una velocidad inadecuada, arrolló con su coche a cuatro ciclistas que circulaban
en bicicleta por la línea del arcén, provocando la muerte a dos de ellos. El
condenado, teniendo conocimiento del fuerte impacto provocado, continuó
circulando para dirigirse a otro lugar.
Me podéis creer, viendo esta sentencia estoy indignadísimo. Hacía mucho tiempo que no sentía una sensación
igual.
Qué vergüenza, 5 años por ir borracho al volante,
matar a dos personas, dejar heridas a otras dos y darse a la fuga... ¿se puede causar más dolor con menor castigo?.
No quiero que mi indignación moleste más que
a aquellos que deben molestarse, ni pretendo que un lenguaje coloquial incordie
sino que lo entendamos todos. Lo que sí quisiera es que a mi indignación se
uniesen miles y hacer de esta sensación una fuerza que pueda cambiar la ley. De
lo contrario, como no frenemos esto y con éstas penas, vamos a tardar
muuuuuchos años en limpiar las carreteras de asesinos e irresponsables.
El imputado,
cuando arrolló a las víctimas, circulaba a una velocidad inadecuada sin prestar
atención a lo que ocurría en la calzada, después de haber estado toda la noche
de fiesta consumiendo alcohol y llevar más de veinte horas sin dormir, lo que
se dice, un loco al volante al que la jueza después de ver las consecuencias lo
condena a solo cinco años y medio de cárcel. De los cuales no cumplirá ni 3
meses.
Una vergüenza, que
barato sale liarla y segar vidas en España, a este paso algún día nuestras
familias tendrán que pagar los desperfectos de los coches que nos matan. Siento
vergüenza y cada día me da más miedo
coger la bici y salir a la carretera.
Señores mamandurrias del gobierno español, ¿a
qué esperan para cambiar la ley?. ¿A que el
atropellado sea un familiar vuestro o el de un amíguele?.
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