luns, 24 de xullo de 2017

POQUERS DE TOURS PARA CHRIS FROOME

Chris Froome pasando de amarillo junto al Arco del Triunfo
El Arco del Triunfo de París en los Campos Elíseos vivió la cuarta coronación de Chris Froome del Tour de Francia 2017 más emocionante que otros años, nervioso, trepidante y veloz (segundo más rápido de la historia). A diferencia de otras ediciones, Froome ganó esta edición del Tour sin ningún triunfo de etapa y con un ciclismo eminentemente defensivo y de un control total que ejerció él mismo, como por su poderosísimo equipazo el Sky.
Esta versión conservadora del británico surtió el efecto deseado cumpliendo con el principal objetivo: llegar a París con el maillot amarillo.
La férrea protección del Gallo del Sky que de manera inalterable ejercieron Geraint Thomas (hasta su abandono por caída), como por parte de Michal Kwiatkowski y los vascos Mikel Landa y Mikel Nieve llevaron en volandas a Froome hasta el lugar más alto del podio, amortiguando sus momentos difíciles (que han sido varios), y controlando el ritmo del pelotón de favoritos en cada subida a los grandes puertos. Hoy por hoy, no hay la menor duda de que Chris Froome es el mejor ciclista de los últimos años y su cuarto triunfo fue merecido.
La cuarta corona de Chris Froome posiblemente la consiguió gracias a la imposición jerárquica del Sky y al sacrificio de Mikel Landa, su gregario de lujo. Fuese por lo que fuese, la victoria de Froome le sitúa entre los más grandes de la historia del Tour de Francia.
Chris Froome, según narra Ainara Hernando en su libro Por amor al ciclismo, era un niño rubio e inquieto que se crío como un masai, asilvestrado, correteando por las vastas llanuras y domesticando pitones. A los 15 años se trasladó a Johanesburgo (Sudafrica), donde se inició en el Mountain bike. En 2006 y 2007 defendió los colores de Kenia en el Mundial sub-23. En 2008, adoptó la nacionalidad británica de sus padres y abuelos.
En 2010, le detectaron esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria, de las más comunes en África, que lastraban su rendimiento. El tratamiento de los doctores del Sky transformaron a un ciclista mediocre en un campeón euro-africano que rompe moldes. Hace un lustro nadie podría imaginar que ayer mismo sellara su cuarto Tour de Francia.
Los cuatro maillots del Tour de Francia antes de tomar la salida
de la última etapa.
No puedo negar que admiro a Froome, pero también reconozco que es un campeón sin carisma, sin estilo. Pedalea desgarbado, torcido, pero pocos le superan en fuerza de voluntad. Sus orígenes le condicionan, tiene su manera de hacer las cosas, se concentra en un objetivo y se entrega al máximo.
En África comenzó a dar pedales muy tardíamente, pero está a un paso del récord de cinco triunfos. Confiesa que todavía sigue formándose: “Soy más viejo, pero cada año aprendo más”. No miente, ha mejorado en los descensos, en la táctica y en los movimientos dentro del pelotón.
Pero su póquer de Tours no hubiera sido posible sin la jerarquía vertical del Sky. Venció por los galones que impusieron Dave Brilsford y Nicolas Portal al cortarle las alas a Mikel Landa. El director no tuvo reparos en recriminarle públicamente por no tirar del jefe en la rampa de Peyragude, le frenó en las etapas de La Planche del Belles Filles y en la del Macizo de Jura y le utilizó de reclamo para el desgaste de Rigoberto Uran y Romain Bardet en el final del Izoard.
Tras el flaqueó en Peyragudes, la solvencia en las cronos y su regularidad fueron las virtudes que le llevaron a ganar la mejor carrera por etapas del mundo. Pero nada hubiera sido posible sin ese equipazo. El Sky metío a tres de sus integrantes entre los 14 primeros de la general final, ganaron la clasificación por equipos y una etapa. El gigantesco respaldo a Froome coincidió con unos rivales que se desinflaron en el tramo decisivo. Rigoberto Uran careció de arrojo y Bardet, de fondo.
La carretera es la que pone a cada uno en su sitio. Froome después de haber reconocido que este ha sido su Tour más difícil ya tiene en su poder el póquer.
¿Por qué dice que fue el más difícil?: Primero, porque él no ha estado tan bien como años anteriores. Tal vez la preparación no ha sido la correcta o quizás los años empiezan a pesarle y segundo, el paso adelante que han dado sus rivales también ha influido.
Chris Froome, Mikel Landa y Fabio Aru
Yo me quedo con las ganas de saber qué hubiera pasado con gente como Richie Porte o Alejandro Valverde en carrera, aunque son incidencias que todos los años se dan, afectando a unos u otros.
En el horizonte está el repoquer, el que le haría entrar en la leyenda a la altura de ese selecto grupo de campeones de la que forman parte ciclistas como: Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin. Parece difícil pensar en que el próximo año sea capaz de igualar a estos cuatro monstruos. No lo tendrá nada pero que nada fácil, los rivales de este año seguirán creciendo e incluso crecerá el número y por supuesto, alguno de los que este año estaba a su lado, el año que viene será rival.
Yo, si tuviera que apostar a quien gana el próximo Tour, no lo tendría nada claro.
De momento el merecido fin de fiesta en el París que transmite ese tradicional aroma a ciclismo, forjado año a año para premiar a todos los corredores que fueron capaces de cruzar la meta final en los Campos Elíseos tras completar tamaña gesta. Porque terminar las 21ª etapas de Tour de Francia es sin duda una hazaña y, por ello, la celebración es compartida independientemente de los sinsabores individuales o colectivos.
Llego la hora de la despedida y de volver a retomar la sagrada siesta española. La despedida de hoy es una despedida alegre porque el ciclismo ha vuelto a brillar, ya lo lleva haciendo desde hace algún tiempo pero el escaparate de este Tour de Francia va a ayudar mucho a elevar a este bello deporte al lugar que le corresponde por su hermosura y dureza y  porque estos grandes ciclistas fueron capaces de exprimir sus capacidades al límite de la resistencia humana y de hacer disfrutar al mundo entero con sus galopadas.

QUE LA RUEDA SIGA GIRANDO

1 comentario:

  1. Martínez es guía del tours y prepara lecturas de una selección de las obras de Saenz que se comparten en la convivencia. Cada lectura es enriquecida con anécdotas de la vida del autor.
    Fuente: galapagos tours for seniors

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