luns, 16 de maio de 2016

PRIMERA SEMANA DEL GIRO DE ITALIA 2016

ANDRE GREIPEL CELEBRA SU VICTORIA EN LA 5ª ETAPA
El Giro de Italia tras tres días por tierras holandesas en los que no paso nada, a excepción de los 11 millones de euros que pagaron los holandeses por ese periplo de tres etapas, nos hace suponer que la rentabilidad para ambas partes fue buena.
Para los ciclistas fueron tres días en los que apenas tuvieron tiempo para cansarse, pero que debido al traslado desde los Países Bajos al sur de Italia, se tomaron el primer lunes de competición al sol.
Por todo esto, el Giro tiene desde siempre un encanto especial y tras la primera jornada en blanco, el martes de vuelta a casa se retomaba la carrera con victoria de Diego Ulissi en Praia a Mare. El italiano del Lampre-Merida fue el más listo de la clase, el ataque a falta de 10 kilómetros le valió para cruzar la meta en solitario. Marcel Kittel se quedaba cortado y Tom Dumoulin, segundo en la etapa, recuperaba la Maglia Rosa.
La 5ª etapa fue intranscendente para la clasificación general, pero sirvió para engordar el palmarés de André Greipel. Un día para gastar fuerzas antes de la interesante jornada del jueves, la primera llegada en alto con meta en Roccaraso, un puerto de segunda.
La meta en Benevento, en rampa y con zonas de adoquines, finalizó una etapa con varias escaramuzas que se disputó en un sprint larguísimo donde Greipel, fue el más rápido de la “volata” antes de la primera criba, con el final del jueves en el monte de los Abruzos.
Quien no podrá mostrar sus condiciones es Omar Freire, que se retiró debido a la caída sufrida el martes. Este miércoles, el damnificado fue Rafal Majka, pero pudo terminar la etapa sin problemas.
Con la 6ª etapa llegaba el primer final en alto. La larga y escalonada subida a Roccaroso no se puede decir que sea muy exigente, pero dio unas primeras pista.
El líder Dumoulin con un ataque de coraje en el tramo final de la subida dio la sensación de que estaba muy vivo, superando a Vincezo Nibali, Mikel Landa y Alejandro Valverde que perdió 10 segundos. Esta primera cita con la montaña también sirvió para ver que Mikel Landa era el único de los aspirantes a la  Maglia Rosa que fallaba, estando lejos de su mejor momento.
TOM DUMOULIN DURANTE LA 6ª ETAPA DEL GIRO DE ITALIA
Tim Wellens, en un terreno de frondosos bosques sembrados con numerosos túneles y aprovechando la fuga buena del día, ganaba la etapa.
En las etapas llanas como la 7ª de este Giro que terminaba en Foligno, muy cerca de Asís, los sprinters ruedan tranquilos en medio del pelotón, evitando los riesgos, escuchando por el pinganillo en los últimos kilómetros, los cálculos trigonométricos  de su director con el objetivo de dar caza a los escapados, que siempre los hay. Llegado el momento, los compañeros disponibles del equipo en esos momentos aceleran el ritmo para propiciar la caza. Cuando está consumada y se acercan  los kilómetros decisivos, estos sprinters se ponen a rueda de sus lugartenientes, cuyo trabajo es vaciarse en busca del bien común y dejar a sus líderes lanzados a la victoria de etapa.
Por las calles sinuosas de Foligno, André Greipel había perdido a sus hombres, agotados, teniendo que hacerse él solito un hueco en la cabeza. Cuando lo consiguió, aceleró imparable para ganar la etapa y sumar así su segundo triunfo.
El sterrato en carreteras tan anchas como la de la 8ª etapa con principio y final en Arezzo, hace pensar que a los organismos oficiales se les acabo el presupuesto. Puede que sea la seña de identidad del Giro de Italia pero no sirve para dar vuelcos espectaculares a la carrera. Eso sí, sirve para motivar a los artistas como Alejandro Valverde que acudió a este Giro con la ilusión de un debutante y el propósito de pugnar por el podio en Turín. Tan pronto su rueda delantera piso tierra en la subida a Di Ponti, “El Bala”, se lanzó  hacia adelante, su ataque tuvo consecuencias en la general, porque después de aguantar todo el día en esa agotadora vuelta a la Toscana, el líder Tom Dumoulin, acostumbrado a carreteras bien asfaltadas, con las rayas pintadas una vez al año, reventó en el polvoriento pavimento del sterrato.
Cuando la diferencia del grupo de Valverde declinaba, el “Tiburon” Nibali tomaba el relevo para poner en apuros a Mikel Landa, que sin embargo resistió al estilo Sky, para acabar la etapa con el grupo de favoritos.
GIANLUCA BRAMBILLA CELEBRA EL TRIUNFO DE LA
9ª ETAPA Y EL LIDERATO
La guerra sin cuartel entre los gallos, no tuvo consecuencias en la cabeza de la carrera, porque Gianluca Brambilla tenía la ventaja suficiente como para ganar la etapa y vestirse de rosa. Lo primero que hizo fue coger el móvil y llamar a casa para decirle a la familia que el domingo saldría el último en la contrarreloj.
Valverde tiene muchos defectos, pero lo que es indiscutible es que no se agobia por la responsabilidad. Sabe que es un privilegiado y en este Giro no se siente inferior a nadie. En el primer final en alto respondió a las exigencias de su condición de favorito y de líder del equipo, pero no brilló como se esperaba. Hoy rompió la carrera, tumbo a la maglia rosa, entro sexto, hizo sufrir a Mikel Landa y ya es cuarto en la general a 36 segundos del líder.
No pasó nada que no estuviera en el guión, pero si pasaron cosas. Entre la expectación y el polvo del camino, vimos a los líderes como se marcaban con saña.
Tom Dumoulin tras besar el polvo del sterrato entregaba el liderato del Giro a Gianluca Brambilla y hoy en la lluviosa e intensa etapa contra el crono no rindió como se esperaba, lo que hizo que otros ciclistas que también están metidos en la lucha por la general estuvieran  a su altura.
Si ya se veía que este Giro de Italia iba a estar disputadísimo e igualadísimo después de la crono, la carrera queda completamente abierta con los favoritos en pocos segundos.
Tras diez etapas disputadas hay dos cosas claras en este Giro 2016: la primera, si os fijáis, cuando acaban las etapas aparece un señor calvo, entrado en años, pero de aspecto atlético, con un peto de la organización,  que se lleva al ganador al podio, por mucho que insistan los periodistas. Sabe todo lo que pasa en meta y por eso es también el encargado de hacer sonar la campana cuando la llegada acaba en un circuito y los ciclistas deben dar otra vuelta.
La segunda cosa que no tiene discusión es que si la llegada es al sprint, el ganador que ese hombre calvo tiene que rescatar de las garras de los periodistas es el alemán André Greipel.
El resto de lo que tenga que pasar, lo iremos viendo día a día por emocionantes capítulos.

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