Una
gran borrasca se cierne sobre el ciclismo debido a la cancelación de carreras
en una temporada 2017 donde se habían incrementado las carreras World Tour.
Las
razones parece ser que sigue siendo la crisis, la falta de patrocinadores, los
apoyos económicos, las condiciones climatológicas y la seguridad. Motivos suficientes
y lamentables para saber que nunca es
una buena noticia que se suspendan carreras ciclistas.
Nadie
se libra de la crisis, y el ciclismo no iba ser menos. En lo que llevamos de temporada ya son 8 las
carreras canceladas y algunas son carreras World Tour, como el Tour de Qatar y
el Tour de Turquía.
Parece
ser que no hay un denominador común que explique el porqué de estas
cancelaciones. El Tour del Mediterráneo, por ejemplo, fue suspendido porque la
policía francesa no podía garantizar la seguridad de la carrera.
La
Philadelphia Cycling Classis, que estaba considerada como la prueba de un día
más importante del pujante calendario ciclista, al igual que el Tour de Qatar,
que este año debutaba como carrera World Tour, no se disputaran por falta de
apoyo financiero de los patrocinadores.
Un
caso peculiar por no ser rentable, es el
del mítico Critérium Internacional que, tras más de 85ª ediciones entre 1932 y
el pasado año, no se celebrara este próximo marzo. El motivo es la falta de
ciclistas a la prueba. Y es que la ronda francesa se celebra en una época del
año en la que las grandes figuras del pelotón deciden optar por otras carreras
de mayor prestigio como son la París-Niza o la Tirreno-Adrático. Una pena que
tras casi un siglo de existencia, a partir
de este año no volveremos ver al gran pelotón rodar por carreteras
francesas en busca de la victoria.
Otros
hechos más previsibles dentro de la historia del ciclismo en esta temporada han
sido la ronda norteamericana de México que se suspende por tercer año
consecutivo y la kazaja de Astana que ha muerto definitivamente después de que
la organización no haya explicado los motivos.
Después
de los increíbles y sorprendentes anuncios de la cancelación del Critérium
Internacional y el Tour del Mediterráneo para 2017, otra mala noticia azotó el
ciclismo francés, la Cholet-Pays de Loire, conocida como la Primavera de los
Mauges, otra clásica del calendario francés, también ha caído, en este caso por
no llegar a un acuerdo entre la organización y los consejeros locales del
Cholet. Un asunto turbio dentro de un conflicto irresoluble a día de hoy.
La
última cancelación en conocerse ha sido el Tour de Turquía, aunque ya se venía
hablando sobre ello en los últimos días. La UCI ha confirmado que, de momento,
se pospone su inicio. Una nueva carrera World Tour que debería disputarse en
abril y que parece que pudiese disputarse en octubre pero que de momento nada
está garantizado.
El
problema parece no tener solución, por lo menos hasta el momento apunta más
bien a todo a todo lo contrario: que aumente. La Omloop Het Nieuwsblad, prueba
World Tour que en teoría debería disputar el 25 de febrero, es la última que se
ha situado en el ojo del huracán. Y es que la organización belga ha confirmado
que son cientos de miles de dólares que se han marchado de sus arcas, al
plantearse los patrocinadores no invertir en ciclismo al considerar que no es
rentable.
Entendible
pero doloroso. Debe ser la mundialización del ciclismo. Lo que ahora pasa en
otros lugares, aquí en España ya hace años que empezamos a quedarnos sin
carreras y sin equipos. No hay más que mirar para a Bélgica, Holanda e Italia.
Empecemos
a racionalizar las cosas; no puede ser que todas las figuras se concentren en 5
o 6 equipos. Por mucho espectáculo que den habría que empezar a repartir las
ganancias entre más ciclistas, permitiendo la entrada de equipos más pequeños y
con menos presupuesto.
Yo personalmente creo
que el World Tour ha sido perjudicial para el ciclismo en general.
Sea como sea, es doloroso ver desaparecer carreras
ciclistas y si son prestigiosas del calendario de la élite mundial mucho más.
Esperemos que esto no se convierta en un desastre
irreparable.
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