domingo, 17 de decembro de 2017

HABRA CICLISMO CON O SIN CHRIS FROOME.

Como todos los años por estas fechas, aunque estamos fuera de la temporada ciclista, los equipos profesionales dedican este mes a las presentaciones de los nuevos fichajes y de las nuevas equipaciones.

Todo estaba transcurriendo con total normalidad, hasta que apareció lo del positivo de Chris Froome.

A parte de que la noticia sobre el dopaje de Froome es un palo para el ciclismo, a estas alturas de la película y sin una sentencia firme, lo que me sorprende enormemente es que cada vez que hay un caso de dopaje, el ciclismo se convierte en portada de periódicos deportivos, generalistas, cabecera de telediarios, etc, etc. Las noticias ciclistas de ámbito deportivo pasan totalmente desapercibidas.
Dicho esto, claro que nadie duda que la noticia sobre el dopaje de Froome es un verdadero palo en toda la línea de flotación del ciclismo. Personalmente, siempre he considerado que el Sky iban con gasolina súper, que esas exhibiciones que veíamos, de todo el equipo, sobre todo en el Tour, no eran muy normales aunque si podían ser creíbles. La paradoja del Sky estaba en su propio líder: todo era tecnológico en manos de una persona que parece correr a golpes de estómago, descolgándose, para luego rehacerse y recomponer las deshilachadas piezas de su alargado cuerpo para empezar a crecer. Ataca de pie, pero con un arqueo de brazos y alargamiento de tronco que le asemeja a una lagartija saltarina sobre la bicicleta.
Gracias a las sesiones de entrenamiento más brutales y extenuantes, hoy por hoy es el mejor ciclista en carreras de tres semanas.
Yo a Froome, le veía como un ciclista que no se mete en complicaciones, que rehúye la polémica para eludir los conflictos con una sonrisa y una explicación sencilla y creíble. Aunque le escupan en las carreteras francesas o le arrojen algo peor.
Ahora parece, que nuevamente nos estuvieron engañando, más aun si en todo el entramado el equipo está detrás. Aquí ya no valen medias tintas.
Chris Froome, era el abanderado de la limpieza en el ciclismo, aunque de momento no es  un positivo, ya veremos si puede explicar  porque su orina contenía una tasa de 2000 nanogramos de Salbutamol por milímetro.
Después de esto, la poca credibilidad que le quedaba al ciclismo sigue en aumento, por eso es, que la U.C.I. tiene que estar a la  a la altura de las circunstancias o de lo contrario se cargara el ciclismo. Espero y deseo que este caso no sea el causante de algo que parecía que se veía venir.
El uso del Salbutamol está permitido por la U.C.I., sin autorización pero con un máximo de 1000 nanogramos. Chris Froome ha dado el doble de lo permitido, por lo que, con el reglamento en la mano,  esto es un positivo en toda regla, más sabiendo que no son fáciles de alcanzar los 1000 con un inhalador, si llegó a los 2000 podemos pensar en una ingesta oral o una inyección en vena y estos dos casos si están totalmente prohibidos.
Como hay mucho asmático en el pelotón, recientemente ya hubo casos similares que dieron algún que otro susto: En 2007 Alessandro Petacchi dio 1300 y se le sancionó con una año de suspensión. En 2014 Diego Ulissi dio 1900 y le cayeron 9 meses.
Por muchas explicaciones que pueda dar, resultaría poco creíble que Froome no fuera sancionado. La UCI y el ciclismo se juegan mucho. 
Si fuese sancionado, la sanción comenzaría en el día en que presuntamente se dopó, por lo que haciendo números, si le sancionan por 9 meses, adiós al Giro 2018 y si es por un año, adiós a las 3 grandes de la temporada 2018, aparte de desposeerle de la Vuelta a España y el bronce del mundial del 2017.
Yo no entendería que no se le sancione, de ser absuelto volveríamos a la época oscura del ciclismo con Lance Armstrong, donde había carta blanca para unos y para otros no.
Chris Froome tendrá que dar explicaciones, pero el daño ya está hecho. A pesar de todo eso, este joven con años lleva escuchando desde tiempos inmemoriales, casi desde que tengo uso de razón, que el ciclismo se muere, pero a pesar de todas las desgracias ahí sigue.
Escándalos de dopaje, cazas de brujas, redadas policiales, accidentes de tráfico, caída de patrocinadores, desaparición de equipos, extinción de carreras clásicas, crisis económica, etc, etc.
Se salió de todo eso, y se saldrá de esto también, porque en definitiva es ley de vida.
El positivo de Chris Froome, con todos los matices que se le quieran aplicar, es un error imperdonable en un campeón que quiero ver creíble. Es un error imperdonable en un equipo que puso excelencia en su tarjeta de visita, que gasta cada temporada más y más por querer ser los mejores.
No quiero pensar el argumento que utilizarán a partir de ahora, porque me imagino el trabajo, sufrimiento y desvelo que hay en cada triunfo de Chris Froome, como en el de cualquier otro del equipo. Me duele que se vulgarice el trabajo de gente que pone todo su talento en empresas imposibles y me duele que se generalice su error a todo el colectivo ciclista.
Desde el primer temblor, a las replicas posteriores, con episodios que cualquier otro deporte no habría podido soportar, el ciclismo ha estado en el borde del abismo varias veces, pero gracias al espectáculo sin límites de es este deporte y a los grandes aficionados que tiene el ciclismo, siempre se salió de ese pozo.
Mientras esperamos el pistoletazo de salida a la temporada 2018, seguirá pasando de todo, habrá de todo, pero podéis estar seguros que el próximo julio las cunetas de Francia estarán densamente pobladas por gente de todo pelaje, quienes se emocionen y quienes todo lo cuestionen, y miren con desdén paternalista a quienes quieran seguir creyendo en los Reyes Magos.
Porque siempre ha sido así. La memoria, tan frágil siempre, traiciona en muchos casos, pero en el plano deportivo, es un poderoso aliado.
La gente perdona, la gente olvida, la gente quiere espectáculo y si ello le implica un ejercicio de mirar para otro lado, lo harán. No os quepa duda.
Habrá ciclismo con o sin Chris Froome, como lo lleva habiendo hace más de un siglo.

Ningún comentario:

Publicar un comentario