Según estaba previsto por el juzgado número 21 de lo penal de Madrid después de Semana Santa se daría por cerrada la vista oral del juicio de la Operación Puerto. Efectivamente, un día después del lunes de Pascua y tras 65 días y 23 sesiones durante las cuales declararon 32 testigos, 12 peritos y los cinco acusados, la juez Julia Patricia Santamaría dando el mazazo sobre la mesa pronunciaba la archiconocida frase: “Visto para sentencia”. Ahora habrá que esperar entre uno y dos meses hasta que la magistrada dicte sentencia. Un veredicto que inevitablemente será recurrido en la Audiencia Provincial.
Ha llegado el momento de que todo el mundo sepa la respuesta que da España en el mayor juicio contra el dopaje celebrado en el mundo.
Durante todo este tiempo, han pasado tantas cosas que no sé por dónde empezar.
Todo empezaba como quien dice, y sin nada que ver en este caso, con la confesión de Lance Armstrong sobre sus prácticas de dopaje. Hay que tener claro, que no lo dijo todo, ni todo lo que dijo fue verdad. Claro que a los ojos de mucha gente, con aquella confesión, recuperaba la aureola de héroe que durante sus siete Tour de Francia, habían encandilado no sólo a muchos aficionados, sino a los propios organismos cómplices que tenían que haber velado por atajar la trampa mucho tiempo antes.
Hay quien cree, incluso gente relacionada con el ciclismo, que fue valiente y que estaba totalmente arrepentido. Yo sigo pensando que lo hizo demasiado tarde y con el único interés de limpiar su imagen, para no dañar a su fundación contra el cáncer y buscar una reducción de su sanción. También pienso, que no hizo cosas que no practicaran muchos otros de su época, pero él hizo todo lo que estuvo en sus manos para perpetuar el fraude.
El ciclismo de la época de Armstrong es precisamente el que se juzgó en la Operación Puerto y que ahora está VISTO PARA SENTENCIA. Una sentencia que tendría o tiene que ser ejemplar, para que así el ciclismo sea de por vida, un deporte, integro, limpio y creíble. Apartando a esa gentuza de un deporte que tiene que ser totalmente limpio y sin trampas.
Después de seguir día a día este juicio oral, dudo de esa sanción ejemplar que todos esperamos y deseamos. La sensación que me queda después de todas las noticias publicadas es que estuvimos asistiendo a tres juicios paralelos:
1. <!--[endif]-->El juicio de la opinión pública, especialmente la extranjera, que piensa que no están todos los que son y que la solución es que se conozca todo. Y que salgan los nombres de los que verdaderamente están, sin limitaciones y que se aclaren quiénes no están para cerrar las especulaciones que zarandean un día tras otro al deporte español.
2. <!--[endif]-->El juicio penal contra un delito contra la salud pública, en el que la jueza intento vetar la palabra dopaje, que, por otra parte, se ha dado por hecho desde el primer día. Ninguna parte implicada niega las transfusiones de sangre. La juez nunca quiso líos ni cayó en la trampa de la famosa lista que le ofreció Eufemiano Fuentes, que sólo podrían traerle recusaciones e impugnaciones.
3. <!--[endif]-->El juicio administrativo-deportivo, la Abogacía del Estado, AMA, CONI y la RFEC han pedido las bolsas de sangre para incoar expedientes futuros.
En este juicio se pudo comprobar que los acusados fueron protagonistas de un programa sistemático de dopaje que no sólo incluía autotransfusiones de sangre, sino también sustancias prohibidas. Con médicos que transgreden los principios elementales de su profesión con una mezcla repugnante de vanidad y afán de lucro, responsables de equipos, cuyo afán de lucro económico les llevaba a desatender la salud de sus ciclistas y por último los propios ciclistas españoles que faltaron llana y lisamente a la verdad, pudiendo incurrir en el delito de falso testimonio.
Así que no están todos los que son sentados en el banquillo, pero son todos los que están.
Claro que después de siete años, personalmente creo que ya es muy tarde, la mayoría de los ciclistas ya están retirados, pero bueno, pueda que sirva para recuperar algo de luz y se logre saber toda la verdad.
Ha llegado el momento de que todo el mundo sepa la respuesta que da España en el mayor juicio contra el dopaje celebrado en el mundo.
Durante todo este tiempo, han pasado tantas cosas que no sé por dónde empezar.
Todo empezaba como quien dice, y sin nada que ver en este caso, con la confesión de Lance Armstrong sobre sus prácticas de dopaje. Hay que tener claro, que no lo dijo todo, ni todo lo que dijo fue verdad. Claro que a los ojos de mucha gente, con aquella confesión, recuperaba la aureola de héroe que durante sus siete Tour de Francia, habían encandilado no sólo a muchos aficionados, sino a los propios organismos cómplices que tenían que haber velado por atajar la trampa mucho tiempo antes.
Hay quien cree, incluso gente relacionada con el ciclismo, que fue valiente y que estaba totalmente arrepentido. Yo sigo pensando que lo hizo demasiado tarde y con el único interés de limpiar su imagen, para no dañar a su fundación contra el cáncer y buscar una reducción de su sanción. También pienso, que no hizo cosas que no practicaran muchos otros de su época, pero él hizo todo lo que estuvo en sus manos para perpetuar el fraude.
El ciclismo de la época de Armstrong es precisamente el que se juzgó en la Operación Puerto y que ahora está VISTO PARA SENTENCIA. Una sentencia que tendría o tiene que ser ejemplar, para que así el ciclismo sea de por vida, un deporte, integro, limpio y creíble. Apartando a esa gentuza de un deporte que tiene que ser totalmente limpio y sin trampas.
Después de seguir día a día este juicio oral, dudo de esa sanción ejemplar que todos esperamos y deseamos. La sensación que me queda después de todas las noticias publicadas es que estuvimos asistiendo a tres juicios paralelos:
1. <!--[endif]-->El juicio de la opinión pública, especialmente la extranjera, que piensa que no están todos los que son y que la solución es que se conozca todo. Y que salgan los nombres de los que verdaderamente están, sin limitaciones y que se aclaren quiénes no están para cerrar las especulaciones que zarandean un día tras otro al deporte español.
2. <!--[endif]-->El juicio penal contra un delito contra la salud pública, en el que la jueza intento vetar la palabra dopaje, que, por otra parte, se ha dado por hecho desde el primer día. Ninguna parte implicada niega las transfusiones de sangre. La juez nunca quiso líos ni cayó en la trampa de la famosa lista que le ofreció Eufemiano Fuentes, que sólo podrían traerle recusaciones e impugnaciones.
3. <!--[endif]-->El juicio administrativo-deportivo, la Abogacía del Estado, AMA, CONI y la RFEC han pedido las bolsas de sangre para incoar expedientes futuros.
En este juicio se pudo comprobar que los acusados fueron protagonistas de un programa sistemático de dopaje que no sólo incluía autotransfusiones de sangre, sino también sustancias prohibidas. Con médicos que transgreden los principios elementales de su profesión con una mezcla repugnante de vanidad y afán de lucro, responsables de equipos, cuyo afán de lucro económico les llevaba a desatender la salud de sus ciclistas y por último los propios ciclistas españoles que faltaron llana y lisamente a la verdad, pudiendo incurrir en el delito de falso testimonio.
Así que no están todos los que son sentados en el banquillo, pero son todos los que están.
Claro que después de siete años, personalmente creo que ya es muy tarde, la mayoría de los ciclistas ya están retirados, pero bueno, pueda que sirva para recuperar algo de luz y se logre saber toda la verdad.
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