domingo, 9 de novembro de 2014

EL CICLISMO ESPAÑOL, COLOSO CON LOS PIES DE BARRO

Marc Soler, ficha por el Movistar, pasando al
ciclismo  profesional
La pasada semana hablaba en este blog de como Polonia se reivindicaba en el ciclismo gracias al granero de ciclistas que durante la temporada cosecharon triunfos importantes. Un presente y futuro que llegan para quedarse, porque tienen figuras, equipos, carreras y cantera.
En este 2014, España ha ganado los ránkings UCI World Tour tanto a nivel individual, con Alejandro Valverde, de equipos, con el Movistar, y por naciones, pero sin embargo el panorama nada tiene que ver con el polaco.
La noticia es buena, pero engañosa, porque detrás de los números uno,  se atisba el abismo. Los únicos top-ten de esa clasificación, ya son veteranos, Alejandro Valverde el numero uno que superó a Alberto Contador ya tiene 34 años, en diciembre el Pistolero de Pinto cumplirá 32. Joaquim Rodríguez, de 35, descendió hasta el puesto 12º tras conquistar el World Tour  en 2013, 2012 y 2010. Al siguiente ciclista de esta singular paradoja de un país  que trata de quitarse el sambenito del “is diferent” es el ex Campeón Olímpico Samuel Sánchez que lo encontramos en el puesto 43º, tiene 36 años y sin equipo para la temporada que viene y es que la edad pesa más que los kilos. Dentro de los 50 primeros del Mundo, únicamente aparecen dos menores de 30 años: Beñat Intxausti, el 44º, con 28 años, e Ion Izaguirre, el 49º, con 25 años.
Según esta clasificación, España es lo mejor de lo mejor, pero sin embargo no se aprecia un relevo generacional y nadie se atreve a sacar pecho y vanagloriarse por una conquista que es el pan para hoy y el hambre para mañana, por eso pienso que España es un gigante puntual, pero un coloso con los pies de barro.
Miguel Ángel Benito, abandona el campo sub-23 para
entrar, de la mano del Caja Rural, en el ciclismo profesional
Sólo siete Sub-23 serán profesionales en 2015 y de ellos, solo dos correrán en categoría World Tour y Pro Continental: Marc Soler en el Movistar y Miguel Ángel Benito en el Caja Rural. Los cinco restantes: Adrián González, Ander Barrenetxea, Eneko Lizarralde, Imanol Estévez e Ion Ander Insausti correrán en Continental, gracias al Murias, el reciente equipo vasco. Otros 63 ciclistas en esta categoría aún no han encontrado un hueco para la próxima temporada.
Al contrario que en Polonia, aquí no hay equipos que absorban a estos ciclistas, por lo que tienen que convertirse en españoles por el mundo si quieren seguir progresando y triunfar. El panorama es igual de oscuro en materia de equipos, sólo existe un primera división: el Movistar y un segunda: el Caja Rural. En la tercera división, después de haberlo dejado el Euskadi, solo el Burgos y el nuevo Murias forman parte de la tercera categoría.
Aquella época en la que había diferentes conductos para dar salida a las futuras promesas y poder promocionarse contaban con equipos como: el Clas, el Euskaltel, el Kelme, la ONCE, el Vitalicio, o los modestos Artiach y Fuenlabrada, hoy ya no existen, como tampoco existen los proyectos como el de Fernando Alonso que ilusionaba pero que se ha quedado en punto muerto.
Los que trabajan con la base achacan la falta de promesas al escaso apoyo de instituciones y patrocinadores, y a la constante desaparición de equipos y carreras, todo lo contrario de lo que ocurre en Polonia.
Eneko Lizarralde, pasa a profesionales con el
Muras.
La crisis económica ha golpeado a este deporte que todavía depende en gran medida de dinero público y que sin ese apoyo económico en poco tiempo han desaparecido carreras como: La Bicicleta Vasca, Circuito Montañés, Clásica de Alcobendas, Clásica de los Puertos, GP de Llodio, Memorial Manuel Galera, Semana Catalana, Trofeo Luis Puig, Vuelta a Aragón, Vuelta a la Comunidad Valenciana, Vuelta a Madrid y Vuelta a Galicia… Las pocas que quedan sobreviven gracias a que tienen que reducir los  días de competición: Vuelta a Andalucía,  Vuelta a Castilla y León, Vuelta a la Rioja o Vuelta a Murcia. O en el caso de la Subida al Naranco, que para que no tuviese que desaparecer la tuvieron que incluir en la Vuelta a Asturias.
Si no hay equipos, ni carreras, tampoco puede haber estrellas. En un par de años, el tema pueda que pinte bastante mal, ya que sin una figura en las carreras del calendario mundial, mueren o caen en el olvido los clubes de aficionados, se desaniman los ciclistas, tiran la toalla los padres y, en general decae un mundillo que antes tenían una presencia bárbara en las carreteras los fines de semana.
Hoy tenemos número uno con fecha de caducidad si nada lo remedia.

Realmente España es un coloso con pies de barro.

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