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| Montonera en la que se vio involucrado Alberto Contador, que le hizo perder el liderato. |
El Giro
de Italia 2015 encara la última semana. Comenzaba a rodar el sábado 9 de mayo
con el gran desafío de Alberto Contador: conquistar
el doblete, Giro y Tour. El reto parecía difícil, pero al Pistolero de
Pinto siempre le gustaron las gestas y esta es actualmente su principal
motivación.
La
primera de las tres grandes presenta a priori rivales de menor nivel que el
Tour de Francia. Fabio Aru, Richie Porte y Rigoberto Uran son grandes
ciclistas, pero con palmarés todavía muy lejanos a los conquistados por Chris
Froome, Nairo Quintana y Vincenzo Nibali. Contador, ya tiene 32 año y aunque
nunca rehúye a las batallas, estas son cada vez más duras y encarnizadas ante
rivales que gozan de la dulce edad para el ciclismo.
Hoy
termina la segunda semana del intrépido Giro 2015, un Giro emocionante, con lucha y entrega en cada
kilómetro. Un ciclismo de muchos quilates en el que el Pistolero de Pinto, después
de haber estado malherido sigue vistiéndose de rosa.
Después
de la desagradable y negativa etapa del viernes para los intereses de Contador,
que se vio cortado por una caída a falta de 3,1 kilómetros para el final,
provocó que perdiese el liderato a favor de Fabio Aru. Un inoportuno revés para
el Pistolero de Pinto en vísperas de la temida contrarreloj de 59,4 kilómetros
entre Treviso y Valdobbiadene.
Ayer sábado
el gran damnificado de la llegada a Jesolo, que basa su éxito en su alto
sentido de la profesionalidad y en su interés por las novedades tecnológicas
relacionadas con el ciclismo, siempre meticuloso con el material elegido,
decidiendo incluso los tubulares adecuados para afrontar una cita tan
complicada como la contrarreloj, con un firme mojado y peligroso, que era
determinante. Por eso partió fortísimo, lanzando un mensaje intimidatorio a sus
rivales. En los 10 primeros kilómetros aventajaba a Fabio Aru en 11 segundos y
a Rigoberto Urán en 34, siete kilómetros después la renta ascendía a 48 y a
1:05 respectivamente, más alejado se quedaba un decepcionante Richie Porte. El Pistolero
de Pinto a caballo de su montura, no galopaba, volaba, superado solamente por
Vasil Kiryenka que no era enemigo para la general.
Según
pasaban los kilómetros, los números fueron creciendo progresivamente a favor de
Contador, hasta que al final, en una etapa apoteósica reconquistaba la maglia
rosa dejando el Giro perfectamente encaminado.
La
llegada a Madonna di Campiglio podía poner en peligro el liderato del
madrileño, pero este afronto la ascensión a la estación invernal muy cómodo,
sobrado y marcando siempre a Fabio Aru, al que le metió siete segundos más.
Quince
días de alto voltaje en los que la emoción e intensidad se unieron para dar un
ciclismo de alta calidad, en un Giro que se caracteriza por la gran cantidad de
público entregado desde el primer día. Una entrega de los tifosis italianos que
esta vez fue demasiado lejos llegando a afectar al desarrollo de la carrera.
Prueba de
lo que digo, la tuvimos en la segunda etapa a pocos kilómetros de la meta
cuando un aficionado quiso emular a sus héroes integrándose en el pelotón. El
resultado fue una caída numerosa.
En la 6ª
etapa, el objetivo de la cámara de un espectador en plena recta de llegada
provocó una caída de la cual tuvo que ser evacuado en camilla Danielle Colli,
cuya escalofriante imagen de su brazo fracturado rodó por las redes como la
pólvora, en la misma caída se vio
involucrado Alberto Contador que con una dislocación de hombro a punto estuvo
de obligarle a abandonar. Dos acciones que no deben enturbiar el gran amor que
le demuestra el publico a su carrera. Pero tanto el público como la
organización deben de tomar nota para evitar más fatalidades, ya que otra vez
hubo un fallo grave de seguridad en una carrera ciclista. Sé que los
organizadores no pueden controlar todo, y menos un incidente como este, pero
los casos se están sucediendo con demasiada frecuencia en los últimos tiempos.
Dentro de
las caídas habituales en carrera, vimos en el descenso del puerto de Barbagelata
durante la 3ª etapa a Domenico Pozzovivo inconsciente en el suelo. Una imagen
escalofriante que incluso hizo temer por su vida, pero que afortunadamente se
recupero satisfactoriamente en el hospital.
Llevamos
quince días emocionantes, intrépidos, de lucha intensa, con un público
demasiado entregado y con un inicio de Giro que hacía pensar en una pelea de
cuatro, pero que etapa tras etapa, estamos viendo que de pelea poca y que a día
de hoy ya solo nos queda un cara a cada desigual entre Contador y Aru, ya que
se ve a un Pistolero de Pinto bastante superior al resto. En el transcurso de
estas dos semanas quedaron descartados secundarios de lujo como: Ryder Hesjedal,
Luca Paolini, Pozzovivo, incluso los gallos Richie Porte y Rigoberto Uran. Por
lo que los aspirantes a ganar este Giro son dos, con dos estrategias totalmente
diferentes: Fabio Aru, sube muy bien, pero contrarrelojea mal, (aunque no le
salió tan mal como se pensaba, la contrarreloj del sábado), su juventud le
hace cometer errores atacando sin ton ni
son, porque sabe que tiene que ganar tiempo a su rival cuanto antes. Admiro su
coraje y su seguridad pero comete muchos errores, seguramente como dije antes
por su juventud, ya que como pudimos ver en estos días, si mandas a tu equipo
que marque un ritmo infernal en la subida, no puedes atacar cuando aun tienes a
tres compañeros contigo, y menos si dos de esos tres son Dario Cataldo y Mikel
Landa, dos grandes escaladores aun frescos que te permitirían jugar a otra
táctica. Y si además de atacar, no eres capaz de dejar a Contador lesionado ese
día, ni a Uran ni a Porte, entonces apaga y vámonos.
Alberto
Contador, lo tiene fácil ya que se defiende bien en los grandes puertos que
quedan para la próxima semana y además está sobrado, habrá que ver cómo se
mueve el Astana de Fabio Aru, que hasta el momento está muy fuerte y habrá que
ver que táctica va a tomar para la clasificación general de Mikel Landa que a
poco que le den cierta libertad segurísimo que estará en el podio de Milán.
El
Pistolero de Pinto esta concentradísimo en ganar el Giro de Italia, por lo que
elude hablar del Tour o de la Vuelta, prefiriendo administrar esfuerzos en
busca del fin deseado.
“Ganar una etapa con el maillot rosa sería muy bonito, pero
ahora es algo secundario, lo importante es la general y eso lo puede poner en
riesgo con esfuerzos que luego se puedan pagar”.
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