luns, 31 de agosto de 2015

RESUMEN DE LA PRIMERA SEMANA DE LA VUELTA CICLISTA A ESPAÑA 2015

La Vuelta empezaba la semana con la expulsión de la carrera de Vincenzo Nibali por haberse agarrado al coche de su equipo mientras trataba de alcanzar al pelotón principal después de la caída sufrida durante el transcurso de la etapa con final en Caminito del Rey. Su reacción fue saltar las reglas, pensando seguramente que ninguna cámara le vería. Tras la expulsión el Tiburón pidió perdón diciendo que no era el primero ni sería el último que hace algo así (no pongo en duda que sea cierto) y que la sanción fue excesiva (en eso y con el reglamento en la mano, no tiene ninguna razón).
Sin Nibali, uno de los grandes favoritos, comenzó la tercera etapa entre Mijas y Málaga, una etapa propicia para el sprint que cumplió el guion ya que el Tinkoff se encargó de echar abajo la aventura de los ocho escapados cuando faltaban 15 kilómetros a meta. Los sueños ante el sprint animaban a Nacer Bouhanni, John Degenkolb, loco por lograr su décima victoria en la Vuelta y también los de Peter Sagan. El eslovaco del Tinkoff-Saxo se sacudió el síndrome del segundo puesto que le persigue en las grandes pruebas alzando los brazos como vencedor de la etapa donde el escarabajo colombiano Esteban Chaves defendió con éxito el maillot rojo de líder.
Tras batir al sprint a Bouhanni y a Degenkolb, Sagan celebró una victoria que se le negó en el Tour con cinco segundos puestos. La etapa fue balsámica para Sagan y para el Tinkoff, ya que fue el equipo que más trabajó en toda la etapa en busca del primer sprint de la Vuelta.
También fue un día inolvidable para el escarabajo Esteban Chaves, que resistió vestido de rojo una etapa desagradable en la que el viento de cara obligó al pelotón a esforzarse más de lo previsto.
La etapa del domingo dejó una caída masiva que a algunos ciclistas les obligó a abandonar la carrera, a otros simplemente les hizo perder tiempo y, un último grupo se quedó en el limbo de poder llegar a meta con magulladuras y heridas que cualquiera habría pedido un mes de baja. Estas adversidades, muchas veces, sacan a relucir la verdadera naturaleza de las personas. Para un ciclista, la mayor bofetada que le puede dar su profesión es una caída cuando el pelotón rueda a 70 por hora. La impotencia de dar con los huesos en el suelo sin mayor protección que su fino maillot, que es como no llevar nada. Paolo Tiralongo, necesitó 40 puntos de sutura tras la caída. Apenas podía ver por su ojo izquierdo entre las heridas y los vendajes. Era una locura que siguiera en carrera, pero su tenacidad le hizo que saliese de Mijas a pesar de no dormir la noche anterior. Los ciclistas están hechos de otra pasta, intentar lo intentó, pero no soportó el dolor, así que su heroicidad llegó a su fin tras 45 kilómetros de carrera. Fue seguramente lo mejor que pudo hacer, por eso su tenacidad merece este reconocimiento, más tarde también abandonaba Fabian Cancellara, que arrastraba una severa gastroenteritis.
Así que entre la frustrada picaresca del Tiburón de Mesina y la desgracia, el Astana de Fabio Aru y Mikel landa se quedó con siete hombres a las primeras de cambio.
El martes Alejandro Valverde tiró de velocidad y clase para adjudicarse el triunfo en la cuarta etapa de la Vuelta con final en repecho en la meta de Vejer de la Frontera (Cádiz). Balaverde no falló mandando un mensaje a los favoritos, que anhelan el maillot rojo que aún reposaba en las espaldas del escarabajo Chaves.
Vejer es un lugar idóneo para perderse entre todas esas casa blancas sin excepción, en contraste con las urbes Arco Iris que los nuevos tiempos han puesto de moda. Aunque el blanco es un color muerto, no hay en el mundo una combinación de colores más bella que el blanco con el blanco. En Vejer de la Frontera lo saben y por eso no renuncian a ello. Merece la pena visitarlo aunque sea a través de Google Maps, lo mismo que hizo el ganador de la etapa que a través de un ordenador o quizás una Tablet, conoció la inédita llegada al pueblo gaditano. Ese sistema es la leche en el ciclismo moderno. Hace años, la serpiente multicolor se adentraba a ciegas en los finales inéditos, sin saber muy bien dónde atacar o dónde reservar fuerzas para el momento clave. La tecnología resta espontaneidad y riesgos, pero no daña el espectáculo.
El plan cibernético dio sus frutos. Internet le explicó cómo era el terreno y Valverde puso la clase, la fuerza y la demostración de que su podio en el Tour no fue casualidad. El viejo rockero del ciclismo español sigue ganando. Como siempre.
En el nervioso sprint intermedio de Chiclana de la Frontera, una caída fracturó al grupo. Entre los afectados se encontraba Joe Dombrowski que vivió una situación insólita cuando intentaba reanudar la marcha.
El ciclista del Garmin fue sorprendido por uno de los seguidores de la carrera, que amagó, mitad en serio, mitad en broma, con robarle la bicicleta. Al parecer, el aficionado, sin camiseta y con un cigarrillo en la boca, es una persona muy conocida en la provincia.
El miércoles el australiano con rasgos orientales de 21 años que responde al nombre de Caleb Ewans, se presentaba en sociedad ganando al sprint la quinta etapa de la Vuelta con la meta en cuesta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), donde un corte en la recta de llegada cambio el maillot rojo de líder a la espalda de Tom Domoilin e hizo perder a Valverde seis segundos respecto a Chris Froome.
El ciclista del Orica, es un ultraligero de 1,65 y 61 kilos, en contraste con el clásico perfil de sprinter grande y pesado que no estaba llamado para la fiesta prevista para un Degenkold, un Sagan, un Valverde o incluso para un Purito Rodríguez, pero los sueños se persiguen antes de alcanzarlos y a veces llegan. Quería ganar en una grande y al verse entre los grandes, bien colocado por su equipo, se lanzó con fe y sin complejos.
Atrevimiento juvenil en un sprint loco, desordenado, donde se metió tras Degencolb para superarle. Sagan esta vez quedo tercero.
Su primer gran tesoro estaba conseguido, la alegría del equipo se transformó en agridulce  al perder el maillot rojo del escarabajo Chaves desde la segunda etapa. El botín quedó reducido pero la fiesta seguía en el equipo que dirige Neil Stephens.
En el final trampa cayo el escarabajo que se quedó cortado en la última recta, el desorden hizo el resto. Froome muy atento a la hora de la verdad pico ocho segundos a Aru, Chaves, Landa, Nairo Quintana, Purito Rodríguez y Valverde.
Por su parte, Tom Dumoulin, aprovechó el sprint para hacerse con el maillot rojo de líder por un solo segundo que cambiaba de manos por tercera vez en esta Vuelta.
El jueves volvía la sonrisa juvenil del escarabajo Chaves al podio de la Vuelta, donde celebró su segunda victoria de etapa y la recuperación del maillot rojo de líder que había cedido la víspera. El “Chavito”, líder tras imponerse en Caminito del Rey, se había despistado unos metros en Alcalá de Guadaira perdiendo el maillot rojo, pero hoy hacia doblete en la meta de La Iruela, en la Sierra de Cazorla para reconquistar ese maillot rojo que tan bien le sienta y así mostrarnos nuevamente su particular sonrisa exhibiendo su buena dentadura y demostrando que es un ciclista feliz. Sonríe como un niño frente a las cámaras del directo televisivo, despidiendo siempre las entrevistas en directo con un saludo a Colombia, con la V de la victoria y con ojos brillantes de felicidad.
Los favoritos no entraron a la pelea haciendo los 3 kilómetros de subida cogidos de la mano, aunque todos lo intentó Valverde pero se sento; lo intentó Froome y siguió sentado, casi nunca se levanta porque el pulsómetro no se lo permite; también lo intento Nairo con esa cara de roca tostada al sol, pero también prefirió reservar energías para otros momentos.
El que más lo intentó fue Tom Dumoulin, que vestido de rojo, pretendía conservar los honores del podio, pero no lo consiguió, porque el sonriente escarabajo administró la ventaja para poder hacer de nuevo la V de la victoria, después de santiguarse.
El viernes la serpiente multicolor seseo con su singular sonido metálico por tierras andaluzas con nombres gallegos, que según nos recordó Perico Delgado en la retrasmisión de la etapa, son producto de la emigración de la Edad Media, después de la toma de Granada por los Reyes Católicos.
La etapa entre Puebla de Don Fadrique y Murcia era el primer examen de altura de esta Vuelta 2015 por la Alpujarra granadina, que bajo un calor asfixiante y muy cerca del Mulhacén, el monte más alto de la península ibérica, encumbró a Bert Jan Linderman como vencedor de la etapa después de que Amets Txurruka se desfondase, de que Cousin hiciese el afilador de puro agotamiento y después de que a Koshenvoy le ardieran los pulmones por falta de oxígeno.
Liderman, con la luz de reserva encendida, culminó su heroica jornada para ganar le etapa de su vida, tirando de oficio, de piernas y exprimiendo el desarrollo al límite, en el barranco de Poqueira, al pasar por Pampaneira o por el Alto de Capileira, donde se hizo a sí mismo la última promesa: Aguantar hasta el final.
La etapa destapó debilidad en Froome, quien cedió tiempo sobre el resto de favoritos entre los que se postuló Fabio Aru que tras la tarjeta roja a Nibali se convertía en un lobo para recordar al grupo de ilustres que él también quiere el maillot rojo de líder y reafirmándose el propio líder el escarabajo Chaves.
Ayer sábado volvimos a vivir otra etapa accidentada por la culpa de una moto que quiso convertirse en protagonista de una carrera ciclista, algunas veces por imprudencia flagrante, como en la Clásica de San Sebastián, o como ayer. Hay muchas causas, quizás demasiadas, unas veces por intereses informativos, otras por motivos organizativos o comerciales, y otras, tal vez porque no todos los conductores de esas motos tienen la experiencia suficiente, y no se enteran que aunque están allí para trabajar, su labor se supedita siempre a la de los ciclistas, que son los dueños de la carrera.
Sí, dueños absolutos siempre. Y si en la calzada no caben los dos, el motorista es el que debe pararse, y si el ciclista hace una maniobra extraña, ese motorista tiene que preverla o si Luis León Sánchez baja a tumba abierta, como sucedió en la Cresta del Gallo, el motorista debe apartarse, le guste o no.
Así que las patadas a esa moto infernal y a su propia bicicleta eran normales, los gritos a los médicos un tanto exagerados y que no tenían ninguna culpa, también eran normales, porque el enfado de Peter Sagan, que tenía un rasponazo espectacular en el glúteo, estaban más que justificados y con razón. Después de haber sorteado las peligrosas curvas en el descenso de la Cresta del Gallo, tenía razones suficientes como para enfadarse con el motorista irresponsable y con todo el mundo, era una etapa que quería ganar pero no pudo, por razones ajenas a su voluntad y que sin embargo no fue uno de los más damnificados de la etapa, porque hubo un puñado de ciclistas que acabaron con clavículas rotas y crismas partidas como fueron los casos de Dan Martin, Tejay Van Garderen, Nacer Bouhanni y Kris Boeckmans que tuvieron que abandonar la carrera.
La etapa la ganó Jasper Stuyven, que adelanto en el último metro al español Pello Bilbao. El escarabajo Chaves sin ningún apuro mantuvo el maillot rojo de líder.
Tras la caótica etapa, los comisarios de la Vuelta decidieron expulsar de la carrera al motorista de la organización que provocó la caída de Sagan, que a su vez fue multado con 278 euros por injurias, amenazas y atentar contra la imagen del ciclismo.
La etapa de hoy se inicia con la ausencia de Peter Sagan, que abandonaba la Vuelta al no haber podido recuperarse de las heridas causadas por el atropello. Luchaba por llegar a Madrid con el maillot verde, lo mismo que Froome lucha por el rojo.
De un campeón se puede esperar todo. A veces lo peor, pero casi siempre lo mejor.
Chris Froome es un campeón y así lo demostró en las escarpadas montañas que rodean Jávea, en la Cumbre del Sol. Nairo, dice de él que es un ciclista impredecible, que lo mismo se descuelga que ataca, pero el escarabajo colombiano se equivoca: Froome es el ciclista más predecible del mundo porque se alimenta de los datos de su pulsómetro. No da una pedalada de más sin mirar al ordenador personal de su manillar, que parece decidir más cosas que su director deportivo. No parecía que la ascensión a la cima alicantina iba a ser un territorio propicio. Las sensaciones que ofreció en los primeros kilómetros del segundo paso a la ascensión a Cumbre del Sol, meta de la 9ª etapa no hacían pensar nada bueno para el líder del Sky. Pero Froome no mira a sus rivales, ni se fija en sus gestos ni en sus maniobras. Su mirada hundida, los brazos con su habitual postura que parecen inadecuados para un esfuerzo tan descomunal, siempre parece no estar preocupado de nada de lo que sucede a su alrededor. Él corre en su mundo y a su bola, así que a cuatro kilómetros para la meta, cuando las rampas deshacen las piernas, se queda descolgado del grupo de los favoritos. Los comentaristas de radio y televisión al unísono, daban el adiós definitivo al campeón, exhausto por los esfuerzos del Tour.
Pero Froome haciendo oídos sordos estaba a otra cosa. Hacia su contrarreloj particular, sus series de fuerza cuando así se lo indicaba su pulsómetro. Valverde y Nairo lanzaron fuegos de artificio, bajo el calor sofocante que ahoga a sus rivales. El escarabajo Chaves, sonriente y todavía líder, aguanta como puede aunque se encuentra agotado. Los valientes que iban por delante casi desde el inicio, hacía tiempo que se habían diluido en las pendientes imposibles del 19%, derretidos como el asfalto. Entonces Dumoulin, inspirado observa que el maillot rojo del escarabajo está cada vez más lejos y muchos metros por detrás.
En ese momento, el pulsómetro de Froome le dice que debe apretar. Obediente, llega desde atrás, se une al grupo, respira y se va. Sólo Purito le puede seguir a la caza de Dumoulin, que ya acaricia el maillot rojo. Froome y su pulsómetro machacan con sus pedaladas y no engañan.
Mañana comienza la segunda semana y ya está a la altura de Nairo y de Valverde, que lastimado por una caída, hizo lo que pudo, que fue mucho. Tiene que pasar por el médico para revisar su clavícula.
El Campeón del Tour de Francia 2015 ha vuelto  como esperaban en su equipo, y todavía quedan dos semanas, llega lo mejor para él y también para Purito, que con discreción, se ha colocado segundo en la general. También, para Dumoulin que hoy batía a Froome, con doble premio:
ETAPA Y GENERAL

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