Desde ayer y hasta el 24,
como ocurre cada mes de julio, Francia respirará ciclismo por los cuatro
costados. Este año para darle más grandiosidad a la mejor carrera del mundo, la
organización ha diseñado un recorrido con clara tendencia hacia la montaña,
algo que viene siendo habitual en las últimas ediciones por dos motivos: la
espectacularidad y que hoy en día, los mejores ciclistas franceses pueden tener
opciones de triunfo gracias a este recorrido. Van más de 30 años de sequía y
los franceses están deseosos de ver a uno de los suyos en lo más alto del podio
en París.
La 103ª edición del Tour
de Francia tendrá 3.519 kilómetros divididos en 21 días de competición. Nueve
etapas de alta montaña con cuatro finales en alto, ocho etapas llanas, dos de
media montaña y otras dos cronometradas, siendo una de ellas en montaña,
disciplina que vuelve tras doce años de ausencia. En esta edición, quien estará
ausente serán los adoquines.
Otra de las novedades de esta edición es que los
dos días del merecido descanso a la serpiente multicolor serán fuera de
Francia, el primero en Andorra y el segundo en Suiza.
La espectacular salida de
la primera etapa será en la isla de Mont Saint-Michel, segundo lugar de
peregrinación de Francia tras París, una etapa en línea con final en Utah
Beach.
Dos días más rodara la
serpiente multicolor por las cercanías donde se produjo el desembarco de
Normandia y donde el viento y los nervios serán los principales enemigos. La
tercera etapa con final en la pequeña cota de Cherbourg añadirá más nervios al
pelotón.
Después de la rápida incursión en el macizo central
buscando los Pirineos, la caravana ciclista continuará dirección sureste con la
primera etapa de media montaña con final en la estación de esquí Le Lioran. Los
kilómetros finales sin un metro de llano podrían provocar algún susto a los
favoritos que lleguen un poco cortos de preparación.
Con la aparición del
tríptico pirenaico llegan las grandes montañas al Tour. Será en la séptima
etapa con la ascensión al Col de Aspin a pocos kilómetros de meta, un aperitivo
antes de las dos siguientes etapas.
La 8ª etapa será una de
las grandes etapas reinas de este Tour con el encadenado de más de 100
kilómetros desde el Tourmalet, Hourquette d´Ancizan, Col de Val Louron y
Peyresourde para después afrontar el rápido descenso hasta Bagneres de Luchon.
Para finalizar los
Pirineos, la etapa hispano-andorrana y el primer final en alto serio de la
ronda francesa en Ordino Arcalis, con cuatro puertos de montaña antes, que
endurecerán la etapa.
En Andorrana finalizará la
primera semana muy intensa y donde ya se empezará a filtrar los posibles candidatos
al maillot amarillo final.
Tras un merecido día de
descanso en tierras andorranas, la serpiente multicolor comenzara la segunda
semana con dos etapas para los sprinters camino hacia los Alpes y con la etapa del
Mont Ventoux que este año coincide con el día nacional francés. Al día
siguiente, la cronoescalada de 37 kilómetros con un perfil algo ondulado que
acentuará más la clasificación general. Estas dos etapas definirán o apretarán
más la clasificación general.
Las dos etapas siguientes
son llanas, aunque entre medias el final quebrado de Culoz dará un respiro al
pelotón antes de entrar de lleno en el segundo bloque de montaña en plena traca
final en unos Alpes franco-suizos duros
y desconocidos.
Tras el segundo día de
descanso en Berna, capital de Suiza, se iniciaran las cuatro etapas alpinas.
La primera se disputa
totalmente en suelo suizo con el final en Finhaut, un puerto fuera de categoría
que viene precedido por otro de primera. Serán 30 kilómetros de autentica
dureza siendo la etapa reina de los Alpes.
Al día siguiente, la
cronoescalada en Megevé de 17 kilómetros situará a cada uno ya en su sitio y
marcará el devenir de las siguientes etapas en función de cómo se situé la
general final y como estén las fuerzas de cada uno.
Por último llegara la
explosiva etapa de 146 kilómetros con final en Saint Gervais con cuatro puertos
de montaña y el final en Morzine previo paso por Combiere, Ramaz y Joux Plane
pondrá punto final a la gran montaña de este Tour de Francia 2016 y a la lucha
por el maillot amarillo.
Tras el traslado de
Moezine a Chantilly se disputara la etapa final en París para homenajear a los
valientes ciclistas que terminen esta 103ª edición del Tour de Francia.
En definitiva, un trazado
montañoso con grandes alternativas para el espectáculo y muchas oportunidades
de poder sentenciar la carrera.
Francia y el ciclismo
esperan una combativa y grandiosa edición acorde con el recorrido que la
organización propuso para esta carrera que da y quita la gloria a los
ciclistas.
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