El lunes 20 la serpiente
multicolor del World Tour, después de la disputa de la París-Niza y de la
Tirreno-Adriático aterrizaba en España para disputar una nueva edición de la
Volta a Catalunya con un recorrido muy atractivo y una participación de
autentico lujo: Alejandro Valverde, Chris Froome y Alberto Contador como
grandes favoritos.
La ronda catalana sería el escenario del primer enfrentamiento entre Froome y Contador de esta temporada ciclista, y del regreso a la competición de Valverde, que volvía con el objetivo de la victoria.
Este año la novedad era la inclusión de una contrarreloj por equipos de 41 kilómetros en la segunda etapa que podría ser clave en el desarrollo de la carrera incluidos los finales en alto de La Molina y Lo Port.
Un año más, y como viene repitiéndose desde hace varias ediciones, la Volta a Catalunya contó con una participación digna de una gran vuelta.
Entre los corredores que tomaron la salida en Calella se encontraban dos de los grandes favoritos al triunfo del Tour de Francia: “El Pistolero de Pinto”, que llegaba con ganas de revancha tras haber perdió la París-Niza por solo dos segundos. Después de la Vuelta a Andalucía, Abu Dhabi y París-Niza, ya suma muchos kilómetros de competición en lo que va de temporada y precisamente ese hecho y el alto ritmo que acumula en sus piernas, le situaban como el gran favorito y Froome que volvía a competir tras un largo parón después del Herald Sun Tour. Chris Froome esta temporada 2017 ha elegido Cataluña para hacer su debut sobre suelo europeo, dándonos así la primera oportunidad de ver al triple vencedor del Tour de Francia enfrentándose a Contador. Pero la lucha por la general, no quedaría reducida a estos dos grandes gallos, otro que también volvió a la competición fue Valverde que se vio obligado a no tomar la salida en la París-Niza por enfermedad. La duda estaba en saber cómo le podía haber afectado a su estado de forma ese proceso febril.
La primera etapa en línea de 178,9 kilómetros de la 97ª edición de la Volta a Catalunya fue una etapa exigente con inicio y final en Calella después de subir un total de seis puertos. El italiano Davide Cimolai en un final muy justo se imponía al sprint a Nacer Bouhanni.
El martes 21 los ciclistas afrontaron la trascendental contrarreloj por equipos de 41,3 kilómetros con inicio y final en Banyoles. Los favoritos a la general final a pesar de ser la segunda etapa la habían catalogada como la más decisiva, incluso más que las llegadas en alto.
Tanto en la Vuelta a Murcia como en Andalucía, Valverde había demostrado poseer un buen golpe de pedal en las carreras de una semana y con el recorrido tan variado de esta, el más fuertes de los vueltómanos de la actualidad hizo volar a su equipo para darle en un principio el liderato a su compañero José Joaquín Rojas que se enfundaba el maillot de líder en su cuarto día de competición, después de superar una grave fractura abierta de tibia en la penúltima etapa de la Vuelta a España del año pasado.
Tras la victoria del Movistar en esta segunda etapa, el Sky de Chris Froome entraba a 46 segundos, y el Trek del “Pistolero de Pinto”, a 1:15. Importante ventaja para Valverde, en el primer test serio de la carrera.
Esta segunda etapa también trajo consigo la polémica. Tejay Van Garderen del BMC, derrotados por tan sólo dos segundos se quejaba en su cuenta de Twitter de que Rojas había empujado a compañeros en la crono, acción que fue captada por las cámaras de la Televisión. Ante las reclamaciones del BMC, y en un intento por inventar algo para contentar a las partes sin perjudicar al Movistar, los comisarios de la Volta metieron tres minutos a Rojas, Amador y Oliveira, pasando el liderato a manos de Valverde.
Pocas horas le duro la alegría al “Bala Valverde”, en la salida de la tercera etapa los jueces daban marcha atrás y le comunicaban al Movistar que todo el equipo era sancionado con un minuto, dándole el triunfo al BMC y el liderato a Hermans.
Tras la indignación y total desacuerdo del Movistar por la pérdida del liderato de la carrera, la vendetta de Valverde no se hizo esperar. Tan solo unas horas después de la sanción de la UCI, el murciano contestaba con un gran triunfo en la tercera etapa con final en la Molina.
Tras esa tercera etapa, Tejay Van Garderen era el nuevo líder.
En la cuarta etapa del día 23, la serpiente multicolor se enfrentaba a 136,3 kilómetros debido a que fue recortada en los 58 km. iníciales debido al temporal de lluvia, nieve y viento. La que iba a ser la más larga de esta edición, con 194,3 km. de recorrido y de media montaña entre Llivia e Igualada, se quedo en la más corta, lo que hizo que se viviera un día atípico en la prueba catalana.
Con los grandes favoritos en menos de 30 segundos, el pelotón afrontaba un recorrido propicio para los velocistas donde el francés Nacer Bouhanni era el más rápido en la llegada masiva de Igualada, por delante de Davide Cimolai y de Daryl Impe.
La general no sufría cambios, pues todos los gallos entraban en el primer grupo. Tejay Van Garderen mantenía el maillot de líder antes de la etapa reina.
El viernes 24, en la etapa reina (5ª), nueva exhibición del incombustible y admirable “Bala Valverde”. Un veterano con ambición de juvenil que no agota el tarro de las esencias. Subiendo Lo Port (categoría especial), exhibió un pedaleo poderoso y profundo. Tras aprovechar el desgaste de fuerzas que ocasionaron esos notables gregarios que tiene como son Marc Soler y Rubén Fernández para cortar al líder Van Garderen y seleccionar la carrera, con un acelerón en el último kilómetro se desprendió también de la compañía de Contador y Froome que no supieron rentabilizar el esfuerzo realizado por sus escuderos Mollema y Landa respectivamente. El británico (2º) y el “Pistolero de Pinto” (3º) llegaron a meta 13 segundos después.
El gallo más fuerte de este gallinero, se marchó en solitario y alzó los brazos sin oposición para obtener una triple recompensa: victoria de etapa, liderato de la general y primero en la montaña.
Valverde tras la victoria 102 de su palmarés, aventaja a Froome en 25 segundos y a Contador en 47.
En un comienzo de la 6ª etapa muy rápido y después de la subida al puerto de Bot en el kilómetro 40, Chris Froome se quedaba cortado tras un ataque del Movistar y Trek. El líder del Sky intentó reducir la distancia, pero cuando Mikel Landa abandonó la carrera Froome también tiro la toalla. Los minutos le fueron cayendo sin piedad. En el kilómetro 72, la renta de Valverde y Contador ya era de un minuto; en el 90 subió hasta los tres y en el 110 a los cinco. A partir de ahí, la renta se incrementó sin freno, afrontando la última parte de la etapa como si fuese un entrenamiento de calidad. Un deshonor para un ciclista acostumbrado a moverse en los puestos de arriba.
Los organizadores de la Volta a Cataluña plantean siempre una carrera en la que otorga gran importancia al poder de los equipos, además de las fuerzas individuales de cada cual.
Acudir a esta carrera con apenas seis días de competición, entrenamientos en solitario durante un mes y falto de fondo físico, es sinónimo de fracaso total. Froome ya lo pagó caro el pasado año en esta misma carrera y también a mediados de marzo, cuando sus rivales ya llevaban más de un mes con la maquinaria a pleno rendimiento. Solo pudo ser octavo después de padecer ante Nairo Quintana, que se llevaría la general, y Contador en la alta montaña.
Este año, se volvió a repetir la historia. Esa falta de fondo físico lo ha pagado caro. Chris Froome, el ciclista más temido del pelotón, perdía 26:36 minutos en una penúltima etapa con un recorrido muy quebrado de 189 kilómetros, con cuatro puertos y descensos muy peligrosos.
En la meta de una loca 6ª etapa, Daryl Impe se impone en un reducido sprint a Valverde y a Arthur Vichot.
Después de la humillación del “Pistolero de Pinto” y del “Bala Valverde” al líder del Sky. Hoy en la última etapa Valverde no solo defendió la ventaja de 53 segundos sobre Contador, sino que la amplió en 1 minuto y 3 segundos gracias a los 10 de bonificación que da una victoria de etapa, la tercera en la presente edición de la Volta.
Al “Pistolero de Pinto” le faltó un punto de la chispa que tuvo el “Bala Valverde”, si bien demostró estar en un buen nivel con vistas al Tour de Francia.
Un peldaño por debajo del madrileño se situó el catalán Marc Soler que, además se enfundo el maillot de mejor joven, convirtiéndose en una de de las sensaciones de la carrera.
En Cataluña, ya se vieron las caras algunos de los gallos importantes del pelotón, pero ninguno de ellos le pudo discutir la jerarquía a Valverde, que completo una carrera casi perfecta.
La ronda catalana sería el escenario del primer enfrentamiento entre Froome y Contador de esta temporada ciclista, y del regreso a la competición de Valverde, que volvía con el objetivo de la victoria.
Este año la novedad era la inclusión de una contrarreloj por equipos de 41 kilómetros en la segunda etapa que podría ser clave en el desarrollo de la carrera incluidos los finales en alto de La Molina y Lo Port.
Un año más, y como viene repitiéndose desde hace varias ediciones, la Volta a Catalunya contó con una participación digna de una gran vuelta.
Entre los corredores que tomaron la salida en Calella se encontraban dos de los grandes favoritos al triunfo del Tour de Francia: “El Pistolero de Pinto”, que llegaba con ganas de revancha tras haber perdió la París-Niza por solo dos segundos. Después de la Vuelta a Andalucía, Abu Dhabi y París-Niza, ya suma muchos kilómetros de competición en lo que va de temporada y precisamente ese hecho y el alto ritmo que acumula en sus piernas, le situaban como el gran favorito y Froome que volvía a competir tras un largo parón después del Herald Sun Tour. Chris Froome esta temporada 2017 ha elegido Cataluña para hacer su debut sobre suelo europeo, dándonos así la primera oportunidad de ver al triple vencedor del Tour de Francia enfrentándose a Contador. Pero la lucha por la general, no quedaría reducida a estos dos grandes gallos, otro que también volvió a la competición fue Valverde que se vio obligado a no tomar la salida en la París-Niza por enfermedad. La duda estaba en saber cómo le podía haber afectado a su estado de forma ese proceso febril.
La primera etapa en línea de 178,9 kilómetros de la 97ª edición de la Volta a Catalunya fue una etapa exigente con inicio y final en Calella después de subir un total de seis puertos. El italiano Davide Cimolai en un final muy justo se imponía al sprint a Nacer Bouhanni.
El martes 21 los ciclistas afrontaron la trascendental contrarreloj por equipos de 41,3 kilómetros con inicio y final en Banyoles. Los favoritos a la general final a pesar de ser la segunda etapa la habían catalogada como la más decisiva, incluso más que las llegadas en alto.
Tanto en la Vuelta a Murcia como en Andalucía, Valverde había demostrado poseer un buen golpe de pedal en las carreras de una semana y con el recorrido tan variado de esta, el más fuertes de los vueltómanos de la actualidad hizo volar a su equipo para darle en un principio el liderato a su compañero José Joaquín Rojas que se enfundaba el maillot de líder en su cuarto día de competición, después de superar una grave fractura abierta de tibia en la penúltima etapa de la Vuelta a España del año pasado.
Tras la victoria del Movistar en esta segunda etapa, el Sky de Chris Froome entraba a 46 segundos, y el Trek del “Pistolero de Pinto”, a 1:15. Importante ventaja para Valverde, en el primer test serio de la carrera.
Esta segunda etapa también trajo consigo la polémica. Tejay Van Garderen del BMC, derrotados por tan sólo dos segundos se quejaba en su cuenta de Twitter de que Rojas había empujado a compañeros en la crono, acción que fue captada por las cámaras de la Televisión. Ante las reclamaciones del BMC, y en un intento por inventar algo para contentar a las partes sin perjudicar al Movistar, los comisarios de la Volta metieron tres minutos a Rojas, Amador y Oliveira, pasando el liderato a manos de Valverde.
Pocas horas le duro la alegría al “Bala Valverde”, en la salida de la tercera etapa los jueces daban marcha atrás y le comunicaban al Movistar que todo el equipo era sancionado con un minuto, dándole el triunfo al BMC y el liderato a Hermans.
Tras la indignación y total desacuerdo del Movistar por la pérdida del liderato de la carrera, la vendetta de Valverde no se hizo esperar. Tan solo unas horas después de la sanción de la UCI, el murciano contestaba con un gran triunfo en la tercera etapa con final en la Molina.
Tras esa tercera etapa, Tejay Van Garderen era el nuevo líder.
En la cuarta etapa del día 23, la serpiente multicolor se enfrentaba a 136,3 kilómetros debido a que fue recortada en los 58 km. iníciales debido al temporal de lluvia, nieve y viento. La que iba a ser la más larga de esta edición, con 194,3 km. de recorrido y de media montaña entre Llivia e Igualada, se quedo en la más corta, lo que hizo que se viviera un día atípico en la prueba catalana.
Con los grandes favoritos en menos de 30 segundos, el pelotón afrontaba un recorrido propicio para los velocistas donde el francés Nacer Bouhanni era el más rápido en la llegada masiva de Igualada, por delante de Davide Cimolai y de Daryl Impe.
La general no sufría cambios, pues todos los gallos entraban en el primer grupo. Tejay Van Garderen mantenía el maillot de líder antes de la etapa reina.
El viernes 24, en la etapa reina (5ª), nueva exhibición del incombustible y admirable “Bala Valverde”. Un veterano con ambición de juvenil que no agota el tarro de las esencias. Subiendo Lo Port (categoría especial), exhibió un pedaleo poderoso y profundo. Tras aprovechar el desgaste de fuerzas que ocasionaron esos notables gregarios que tiene como son Marc Soler y Rubén Fernández para cortar al líder Van Garderen y seleccionar la carrera, con un acelerón en el último kilómetro se desprendió también de la compañía de Contador y Froome que no supieron rentabilizar el esfuerzo realizado por sus escuderos Mollema y Landa respectivamente. El británico (2º) y el “Pistolero de Pinto” (3º) llegaron a meta 13 segundos después.
El gallo más fuerte de este gallinero, se marchó en solitario y alzó los brazos sin oposición para obtener una triple recompensa: victoria de etapa, liderato de la general y primero en la montaña.
Valverde tras la victoria 102 de su palmarés, aventaja a Froome en 25 segundos y a Contador en 47.
En un comienzo de la 6ª etapa muy rápido y después de la subida al puerto de Bot en el kilómetro 40, Chris Froome se quedaba cortado tras un ataque del Movistar y Trek. El líder del Sky intentó reducir la distancia, pero cuando Mikel Landa abandonó la carrera Froome también tiro la toalla. Los minutos le fueron cayendo sin piedad. En el kilómetro 72, la renta de Valverde y Contador ya era de un minuto; en el 90 subió hasta los tres y en el 110 a los cinco. A partir de ahí, la renta se incrementó sin freno, afrontando la última parte de la etapa como si fuese un entrenamiento de calidad. Un deshonor para un ciclista acostumbrado a moverse en los puestos de arriba.
Los organizadores de la Volta a Cataluña plantean siempre una carrera en la que otorga gran importancia al poder de los equipos, además de las fuerzas individuales de cada cual.
Acudir a esta carrera con apenas seis días de competición, entrenamientos en solitario durante un mes y falto de fondo físico, es sinónimo de fracaso total. Froome ya lo pagó caro el pasado año en esta misma carrera y también a mediados de marzo, cuando sus rivales ya llevaban más de un mes con la maquinaria a pleno rendimiento. Solo pudo ser octavo después de padecer ante Nairo Quintana, que se llevaría la general, y Contador en la alta montaña.
Este año, se volvió a repetir la historia. Esa falta de fondo físico lo ha pagado caro. Chris Froome, el ciclista más temido del pelotón, perdía 26:36 minutos en una penúltima etapa con un recorrido muy quebrado de 189 kilómetros, con cuatro puertos y descensos muy peligrosos.
En la meta de una loca 6ª etapa, Daryl Impe se impone en un reducido sprint a Valverde y a Arthur Vichot.
Después de la humillación del “Pistolero de Pinto” y del “Bala Valverde” al líder del Sky. Hoy en la última etapa Valverde no solo defendió la ventaja de 53 segundos sobre Contador, sino que la amplió en 1 minuto y 3 segundos gracias a los 10 de bonificación que da una victoria de etapa, la tercera en la presente edición de la Volta.
Al “Pistolero de Pinto” le faltó un punto de la chispa que tuvo el “Bala Valverde”, si bien demostró estar en un buen nivel con vistas al Tour de Francia.
Un peldaño por debajo del madrileño se situó el catalán Marc Soler que, además se enfundo el maillot de mejor joven, convirtiéndose en una de de las sensaciones de la carrera.
En Cataluña, ya se vieron las caras algunos de los gallos importantes del pelotón, pero ninguno de ellos le pudo discutir la jerarquía a Valverde, que completo una carrera casi perfecta.
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