En la
última semana de la 101ª edición del Tour de Francia quedó demostrado que Vincenzo Nibali fue el imperturbable
guardián del maillot amarillo, aunque
en esta última semana todavía nos tenia reservados momentos de gloria y sufrimiento.
Los Pirineos esperaban a los valientes que arrancaron el martes de la ciudad de
Carcassonne después del segundo día de descanso. La noticia de la mañana era el abandono
de Rui Costa. El ciclista portugués del conjunto Lampre Merida, llegaba a
la carrera con ambiciones de podio, pero ha tenido que dejar el Tour por culpa
de una neumonía, con fiebre y dolores musculares, después de haber ido penando
durante varias etapas, ocupaba la 13ª posición de la general. Otro que también
se marchó a casa en esta etapa fue el prometedor Simon Yates.
La etapa la ganó Michael Roger del Tinkoff-Saxo, que sumada a
las dos que logró en el Giro de Italia, hacen que su regreso al ciclismo haya
sido perfecto después de que la UCI le perdonara su positivo por clembuterol en
la Japan Cup.
El Tour en el tríptico de los Pirineos se reencontró con la
esencia del ciclismo: ataques, desfallecimientos, espectáculo, estrategias,
fugas, riesgos en los descensos, hasta vimos ceder al líder en los últimos
metros del Bales ante el infernal ritmo que impuso Thibaut Pinot, pero que
después de esta primera etapa Pirenaica, Vincenzo Nibali seguía
como un líder sólido y Alejandro
Valverde se consolidaba en la segunda plaza, Thibout Pinot desbancaba de la tercera plaza a Romain Bardet. Otro candidato al cajón de París,
Tejay Van Garderen, cedió 3:35 minutos con sus rivales quedando prácticamente
descartado de esa pelea.
El miércoles los Pirineos
siguieron exprimiendo a los ciclistas. El recorrido entre Saint Gaudens y la
estación de Saint-Lary se convirtió en una lección que los más expertos le
dieron a los jóvenes. Por supuesto Nibali, ya
entrado en años ciclistas, dio una nueva exhibición de cualidades, para
afianzar un amarillo que no se le puede escapar salvo accidente o espectacular
desfallecimiento, pero también otros ciclistas con mucha mili, como Valverde que sufrió
muchísimo para conservar el segundo puesto, cedió 49
segundos con Péraud, salvando la segunda plaza del podio.
La etapa la gano Rafal Majka el ciclista que no quería venir al Tour,
pero que el Tinkoff Saxo lo incorporó a última hora para sustituir a Kreuziger
y apoyar a Contador en la montaña. El español ya no está. Y ahora el
polaco de tan solo 24 años ya suma dos victorias y tiene prácticamente ganado
el Gran Premio de la Montaña.
El jueves una vez más. Vincenzo
Nibali volvio a demostrar que es el
legítimo vencedor de este Tour
de Francia con otra exhibición digna de
ser recogida en los anales del ciclismo y dejando más que sentenciada la
general. El italiano sumó su cuarta
victoria de etapa con
un ataque a diez kilómetros para la meta, situada en el temido Hautacam, al que el Tiburon
puso a sus pies la enésima demostración de su poderío, acallando
las bocas que minimizan su triunfo por la ausencia de Chris Froome y Alberto
Contador. Durante la subida gloriosa de Nibali, Valverde
volvió a sufrir. A cinco kilómetros de la meta vio cómo Van
Garderen, Pinot y Péraud se marchaban por delante. Tocaba otra agónica defensa
del podio, igual que en la jornada anterior. Esta vez no pudo. El
murciano ha descendido de la segunda a la cuarta posición, aunque mantenia viva la esperanza de
auparse al cajón de los Campos Elíseos. A falta de la contrarreloj del sábado,
Bergerac-Perigueux (54 km), se encontraba en la general a dos
segundos de Péraud y a 15 de Pinot.
El viernes en una etapa que se la
considerada de transición se convirtió en una auténtica tortura para el pelotón
debido a la lluvia, el viento, el frio y donde el ciclista lituano Ramunas Navardauskas del equipo
Garmin-Sharp se imponia en solitario tras un ataque en la subida a la cota de
Monbazillac, de cuarta categoría, única dificultad montañosa de la etapa. La caída del final hizo que los tiempos de todo el pelotón
fueran igualados y que no hubiera cambios en la general, liderada por
un Nibali que cuenta los días para subir al pódium de los Campos Elíseos.
El sábado se disputaba la única
contrarreloj de esta edición del Tour, 54 kilómetros entre Bergerac y Périgueux.
Sólo 15 segundos separaban a los tres hombres
que peleaban por el podio antes del arranque, todo hacía pensar que habría lucha,
pero desde las primeras referencias ya nos dimos cuenta que no habría pelea.
Tony Martin (Omega) confirmó los pronósticos y se
impuso en la última contrarreloj del Tour, donde Alejandro Valverde (Movistar)
cedió 1:16 ante Thibaut Pinot (FDJ) y 2:01 ante Jean-Christophe Peraud (AG2R),
con lo que tuvo que conformarse con el cuarto puesto en la general. Perdiendo
así su última oportunidad de subirse al podio de París.
El otro gran protagonista de la jornada, fue Vincenzo
Nibali, que volvió a ser el mejor de los favoritos en la línea de meta y que, a
falta del trámite de hoy, cerró de manera sobresaliente un Tour en el que ha
sido el 'capo' de principio a fin.
La 21ª etapa del Tour de Francia
llevó a los ciclistas de Évry a París. Tras tres semanas repletas de
adversidades, los 164 supervivientes de la larga batalla llegaron a la capital
francesa para ser homenajeados como verdaderos héroes. El sprint decidió que Marcel Kittel lograra su cuarta
victoria en este Tour tras
imponerse por segundo año consecutivo en los Campos Elíseos, en uno de los
triunfos más prestigiosos pero menos publicitarios del Tour de Francia. En
París, los focos están centrados en el podio, en el esplendor del maillot
amarillo y en sus compañeros de laureles. Vincenzo Nibali fue coronado rey en lo más alto del podio de los Campos
Elíseos, a su lado, los franceses Jean Christophe Péraud y Thibaut
Pinot.
Después de la
contrarreloj de ayer sólo una desgracia podría evitar que Nibali se coronara en
París como el sexto ciclista que logra la Triple Corona:
Vuelta, Giro y Tour. Sólo Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Felice Gimondi, Bernard
Hinault y Alberto Contador lo habían logrado antes.
Su
triunfo en París fue por aplastamiento, ya que no dejo resquicio a la emoción, en esta
última semana del Tour, disfrutamos, nos emocionamos y también nos decepcionamos
porque España se va del Tour por segundo año consecutivo
sin ninguna victoria de etapa. En 2013, Purito Rodríguez ocupó la tercera plaza del podio,
pero Alejandro
Valverde, cuarto, no pudo emularle en esta 101ª edición. La retirada de
Alberto Contador por una caída dejó al murciano como la gran baza española.
Valverde peleó con honor, pero acabó agotado, exprimido, roto… Fue penando por
los Pirineos y terminó de hundirse en la contrarreloj. Quienes le derrotaron
fueron mejores.
Afortunadamente, julio siempre regresa y este hecho siempre conlleva que los
aficionados al mundo de la bicicleta estemos de enhorabuena. No siempre son amargas las despedidas, tanto los aficionados como los ciclistas y todo
el personal que les rodea hacen lo increible para que el público pueda deleitarse
con el espectáculo, por eso fue que saboreamos toda la intensidad vivida en
esta última semana del Tour de Francia.
Valentía, pundonor, esfuerzo, superación,
sacrificio. Estas son algunas de las cualidades que podríamos
atribuirles a los valientes ciclistas que han conseguido presentarse enteros o
casi enteros a esta última etapa del Tour de Francia 2014. Desde Leeds
(Inglaterra) a París (Francia), pasando por España y Bélgica, los afortunados
supervivientes de las tres semanas del Tour han tenido que hacer frente a un camino de espinas para disfrutar de un
último tramo adornado con rosas. La ruta ha estado plagada de obstáculos
en forma de lluvia, viento, accidentes, caídas, abandonos, montañas y descensos
peligrosos, pero el sufrimiento terminó hoy con la llegando de la hora del
homenaje.
Esa gran gloria ciclista que
esperaba a los héroes en París.
Con 89h 59' 06'' de
sufrimiento encima de la bicicleta, Vincenzo Nibali ha sido el primero
de todos ellos. Completamente vestido de amarillo para la ocasión, “El Tiburón”
disfrutó de un merecido homenaje en las glamurosas calles parisinas. Aunque el
italiano se llevará todos los flashes y todas las miradas, los 164 ciclistas que desfilaron
por los Campos Elíseos de la capital francesa en la última etapa de la 101ª
edición del Tour de Francia 2014 merecieron
el fuerte aplauso y la admiración de los aficionados. Desde el primero Vincenzo Nibali hasta el
último Cheng Ji, todos y cada uno de los ciclistas merecerían ser catalogados como ganadores.
El reto no ha sido plácido, pero la recompensa es eterna. Acabar una de las pruebas
deportivas más duras del calendario ciclista no está al alcance de todos los
mortales.
El Tour 2014 ha terminado. Viva el Tour 2015.
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