domingo, 21 de setembro de 2014

EL ANÁLISIS FINAL DE LA VUELTA 2014

La Vuelta Ciclista a España 2014 coronó  en la Plaza del Obradoiro de Compostela a un Alberto Contador que se llevó una Vuelta marcada por la falta de brillo y táctica ciclista. La participación hacía prever mucho más, pero la falta de un recorrido apto para ver etapas míticas, hizo que la espectacularidad brillara por su ausencia, decidiéndose la carrera por eliminación antes que por estrategia ofensiva. A pesar de todo la carrera nos dejó buenos momentos de ciclismo y muchos aspectos no tan positivos que hoy quiero analizar, ya que después de una semana es hora de sacar conclusiones de lo visto durante el transcurso de la Carrera.
Para empezar este análisis comenzare por el Pistolero de Pinto, Contador nos demostró que sigue siendo el mejor ciclista en una carrera de tres semanas. Alberto dejó atrás la decepción de la caída del Tour de Francia y levantó su tercera Vuelta a España, sexta gran vuelta por etapas. A diferencia de sus otros triunfos, Contador no corrió a la ofensiva como en él es habitual. El del Tinkoff Saxo se limitó a seguir la rueda de los mejores en la alta montaña y asestó la puntilla en los kilómetros finales. La contrarreloj de Borja fue la clave del triunfo de Contador. No le vimos ataques desde la base del puerto, ni ataques lejanos en busca de la exhibición. En esta Vuelta 2014 vimos al Contador más calculador y metódico. Con el resultado en la mano, la táctica conservadora le salió a pedir de boca.
El segundo de la clasificación general final Chris Froome, fue el gran rival del español, que quiso pero que no pudo. Sobre todo en la última semana de carrera. Durante las primeras etapas claves, Froome sufrió lo insufrible para aguantar dentro de la batalla de la general. Su capacidad de sufrimiento y el nulo entendimiento entre el trio de españoles le permitió coger la forma y llegar a la parte final con las opciones intactas. En las etapas claves de montaña de la última semana, el británico sí ofreció un ciclismo espectacular. Fue el corredor más implicado, con ataques y contrataques peligrosos que hicieron las delicias de los aficionados que lo vieron en directo o a través de la pantalla del televisor en las retransmisiones de final de etapa. Aunque no tuvo suerte y Contador le superó, el de Sky se ganó muchos admiradores en el transcurso de la Vuelta a España. Chris Froome no ha tenido una temporada acertada, pero aun así, es de alabar su comportamiento encima de la bicicleta.
La tercera plaza del podio en Compostela fue para Alejandro Valverde que firmó una actuación regular en esta Vuelta. El del Movistar comenzó la carrera de diez pero se fue apagando con el paso de los días. La baja de Nairo Quintana le perjudicó. En la primera semana ganó una etapa y se vistió con el maillot de líder. La baja de Nairo le otorgó una responsabilidad que él no esperaba. Con la fatiga del Tour de Francia en las piernas, el murciano se vio obligado a rendir y lo intentó. Le faltó fuelle en las etapas importantes para aguantar el envite de los dos gallos, conformándose con marcar a Purito y aguantar su plaza en el podio. Al igual que el catalán de Katusha, Valverde volvió a mostrarnos sus carencias en carreras de tres semanas ante corredores del talante de Alberto Contador y Chris Froome. Aun así, su actuación en el Tour y en la Vuelta demuestran que Valverde posee una regularidad al alcance de pocos.
Joaquim “Purito” Rodríguez no tuvo las piernas adecuadas en su asalto definitivo a la Vuelta. El catalán falló en los momentos importantes y aunque lo intentó con pundonor, estuvo lejos de la lucha por la victoria y no consiguió ningún triunfo de etapa, a pesar de contar con un equipo potentísimo a su lado, Purito se vio impotente de hacer más de lo que hizo. Su momento en las grandes vueltas puede haber pasado ya. La explosividad sigue siendo su mejor arma, pero las tres semanas se le hicieron demasiado largas y pesadas. Purito también quiso hacer más de lo que pudo. La cuarta posición en la general es acertada para la actuación en esta Vuelta.
El interrogante de esta Vuelta fue Nairo Quintana. Una doble caída le obligó a abandonar la ronda española antes de tiempo. ¿Qué hubiera pasado con Quintana en carrera? Con un Contador tímido y con un Froome irregular, el escarabajo colombiano hubiera sido la llave de la Vuelta en las escaladas. Había preparado a fondo la Vuelta a España y era el candidato número uno. La mala suerte le hizo abandonar quedando para siempre la duda de si el pequeño gran  escarabajo colombiano hubiera podido con los dos gigantes.
Pero al igual que en otros deportes, en el ciclismo, no es únicamente éxito, triunfos y gloria, ya que no todos los ciclistas que se ponen un dorsal a la espalda consiguen saborear las mieles de la victoria.
En una gran Vuelta por etapas hay muchos más derrotados que triunfadores ya que la competencia es feroz y exige una preparación y una motivación adecuada.
 Si falla alguna de estas variables se descuadra la ecuación. En las tres semanas que ha durado la Vuelta a España hemos visto corredores que han rendido por debajo de lo esperado. Ciclistas que aparecían en todas las quinielas de favoritos para lograr triunfos parciales o ser piezas importantes en la batalla por el triunfo final pero que han pasado por la carrera sin pena ni gloria.
Alguno de estos casos fue el de Peter Sagan un ciclista acostumbrado a no  pasar inadvertido en las carreras que disputa, ya que siempre deja pinceladas de su gran talento, de su carácter ganador, de su enorme clase. Pero en esta Vuelta hemos visto una versión desconocida del hombre del equipo Cannondale. En ningún momento ha estado metido en carrera, se le ha visto falto de forma, sin ambición ni motivación. Los resultados hablan por sí solos: ninguna victoria, un tercer puesto en Albacete, un cuarto en Logroño y un abandono prematuro en la primera etapa del tríptico astur-leonés. Una actuación muy decepcionante para un ciclista que necesitaba reencontrar la senda de la victoria tras un Tour de Francia sin triunfos parciales, pese a adjudicarse el maillot verde. Un resultado que siembra dudas sobre su rendimiento en los próximos Mundiales de Ponferrada, donde debería ser una de las ruedas a vigilar.
El escarabajo colombiano Carlos Alberto Betancur fue un talento distraído, una moneda al aire que rodo siempre de canto a cola de pelotón, un corredor de extremos, capaz de tutear a los grandes gallos del pelotón en cualquier terreno, pero también de llegar a las carreras en un estado de forma lamentable. En esta Vuelta a España vimos la peor versión del ciclista del Ag2r La Mondiale. Se presentó en Jerez de la Frontera con bastantes quilos de más y completamente fuera de forma. No es de extrañar que se haya pasado toda la prueba flirteando con el farolillo rojo y que haya acabado la carrera penúltimo a más de cinco horas de Alberto Contador. Un resultado paupérrimo, que ya se veía venir tras su actuación en la Vuelta a Burgos, para un ciclista que desperdicia su talento temporada tras temporada.
El caso de Cadel Evans es diferente al de Betancur. Parece que los mejores años del viejo rokero australiano han pasado. Su favoritismo en las grandes vueltas se debe más a su espléndida hoja de resultados que a su nivel actual. El paso del hombre del BMC por la Vuelta ha sido testimonial. Desconectó de la lucha por la general en la sexta etapa, con final en La Zubia, Cumbres Verdes, y solo volvió a dar señales de vida en la crono disputada entre Santa María de Veruela y Borja, donde fue sexto. Un pobre bagaje para un ciclista con un compromiso y una competitividad incuestionables, que está dando sus últimas pedaladas como ciclista profesional, ya anuncio que en enero de 2015 colgara la bicicleta.
Otros nombres que se pueden incluir dentro del apartado de decepciones son los de Jürgen Van Den Broeck (Lotto – Belisol), que continuó con su mala racha tras un Tour decepcionante, Gerald Ciolek (MTN – Qhubeka), que no consiguió meterse entre los diez primeros en ninguna etapa o Mikel Landa (Astana), que tampoco dio el paso adelante que de él se esperaba y volvió a quedar eclipsado por su compañero Fabio Aru. 
Por último, también están las revelaciones de esta Vuelta, aquellos ciclistas que han rendido por encima de lo esperado y que han sorprendido a propios y extraños. Estos ciclistas fueron: En primer lugar y con matrícula de honor Fabio Aru que tras su fenomenal Giro de Italia, el cual termino tercero en el podio final, cabían pocas dudas para pensar que esta Vuelta lo confirmaría como una realidad. Su quinto puesto en la general final tras cuatro monstruos de la bicicleta como Contador, Froome, Valverde y Purito, hablan más que bien del italiano que ya va tras los pasos de Vincenzo Nibali. A todo esto, el italiano suma más méritos en su palmarés. Dos triunfos de etapa de cierto prestigio en Aralar y Monte Castrove completan una extraordinaria carrera del hombre del Astaná, que yo no dudo volverá con más fuerza la temporada próxima.
Otra revelación echa realidad fue la de Warren Bargil que se enfrentaba a su primera aventura como jefe de filas del Giant en una grande, buscando una buena clasificación general. El francés se marcó el objetivo de estar entre los diez mejores y cumplió, mostrándonos desparpajo y atrevimiento en etapas complicadas y en rampas con mucha historia, como por ejemplo en los Lagos de Covadonga. Finalizó en octavo lugar de la clasificación general final, algo que le da credenciales para buscar un objetivo, al menos, igual de ambicioso que este, en el Tour de Francia de la próxima temporada. En esta Vuelta también le vimos trabajar para Degenkolb en etapas ideales para el alemán y facilitarle las victorias del fenomenal velocista.
El equipo africano MTN-Qhubeka debutaba en una Vuelta a España con el liderazgo del español Sergio Pardilla, que rindió a buen nivel. Aun así, el español no fue el hombre que más sorprendió de este equipo. Sin duda Louis Meintjes ha sido la gran sensación de este equipo. Desplego grandes condiciones como escalador y, pese a tener solo 22 años, dejó destellos de sus buenas cualidades como corredor de grandes vueltas. Se metio en fugas de jornadas importantes, como la que finalizó en La Camperona, donde se dejó ver, atacó pero las fuerzas le acabaron fallando. Meintjes es un diamante que aún hay que pulir.
Otro ciclista que también brillo en esta Vuelta fue Damiano Caruso, el ciclista del Cannondale, firmó un espectacular noveno puesto. Nadie contaba con él en los primeros puestos de la general, pero su rendimiento en las etapas clave fue muy superior a lo esperado. Además, en sprints reducidos logró meterse varias veces entre los diez primeros, lo que habla de su polivalencia.
En el pelotón había otra revelación llamado Caruso y de nombre Giampaolo, compañero de equipo de Purito Rodríguez, Alberto Losada y Dani Moreno en el Katusha, sorprendió a todos. El italiano fue el más fiel escudero de Purito, casi más que Dani Moreno, acompañando a su  jefe en las subidas más duras de la Vuelta. Aguantó con los mejores protegiendo y ayudando a su líder siempre que las piernas le respondieron, lo que se traduce en todas las etapas fundamentales.
El equipo Trek llegó a la Vuelta sin un líder definido, lo que favoreció la irrupción de dos jóvenes promesas del ciclismo. Por un lado aparece Bob Jungels, que dio varios recitales de potencia y atrevimiento, filtrándose en escapadas y teniendo agallas para tirar de ellas. Fue especialmente impresionante la de la etapa con final en La Coruña, donde mantuvo un bonito pulso con el pelotón que finalmente le ganó.

Y por último estuvo, Jasper Stuyven que causó furor en los sprints. El belga es una de las grandes perlas del ciclismo de ese país, en el que ya le ven como futuro ganador de Flandes o Roubaix. En esta Vuelta nunca tuvo reparos en meterse en las llegadas y disputar los sprints, dejando destellos de su magnífica punta de velocidad y de su habilidad para abrirse hueco en las rectas de meta. 

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