La Vuelta Ciclista a España 2014 coronó
en la Plaza del Obradoiro de Compostela a un Alberto Contador que se
llevó una Vuelta marcada por la falta de brillo y táctica ciclista. La
participación hacía prever mucho más, pero la falta de un recorrido apto para
ver etapas míticas, hizo que la espectacularidad brillara por su ausencia,
decidiéndose la carrera por eliminación antes que por estrategia ofensiva. A
pesar de todo la carrera nos dejó buenos momentos de ciclismo y muchos aspectos
no tan positivos que hoy quiero analizar, ya que después de una semana es hora
de sacar conclusiones de lo visto durante el transcurso de la
Carrera.
Para empezar este análisis comenzare por el Pistolero
de Pinto, Contador nos demostró que sigue siendo el mejor ciclista en una carrera de tres semanas.
Alberto dejó atrás la decepción de la caída del Tour de Francia y levantó
su tercera Vuelta a España, sexta
gran vuelta por etapas. A diferencia de sus otros triunfos, Contador no corrió a la ofensiva como
en él es habitual. El del Tinkoff Saxo se limitó a seguir la rueda de los
mejores en la alta montaña y asestó la puntilla en los kilómetros finales. La contrarreloj de Borja fue la clave del
triunfo de Contador. No le vimos ataques desde la base del puerto, ni
ataques lejanos en busca de la exhibición. En esta Vuelta
2014 vimos al Contador más calculador y metódico. Con el resultado en la mano,
la táctica conservadora le salió a pedir de boca.
El
segundo de la clasificación general final Chris Froome, fue el gran rival del
español, que quiso pero que no pudo. Sobre todo en la última semana de carrera.
Durante las primeras etapas claves, Froome sufrió lo insufrible para aguantar
dentro de la batalla de la general. Su capacidad de sufrimiento y el nulo
entendimiento entre el trio de españoles le permitió coger la forma y llegar a
la parte final con las opciones intactas. En las etapas claves de montaña de la última semana, el británico sí
ofreció un ciclismo espectacular. Fue el corredor más implicado, con
ataques y contrataques peligrosos que hicieron las delicias de los aficionados
que lo vieron en directo o a través de la pantalla del televisor en las
retransmisiones de final de etapa. Aunque no tuvo suerte y Contador le superó,
el de Sky se ganó muchos admiradores en el transcurso de la Vuelta a España. Chris Froome no ha tenido una temporada acertada,
pero aun así, es de alabar su comportamiento encima de la bicicleta.
La
tercera plaza del podio en Compostela fue para Alejandro Valverde que firmó una
actuación regular en esta Vuelta. El del Movistar comenzó la carrera de diez pero se fue apagando con el paso de los días.
La baja de Nairo Quintana le perjudicó. En la primera semana ganó una etapa y
se vistió con el maillot de líder. La baja de Nairo le otorgó una
responsabilidad que él no esperaba. Con la fatiga del Tour de Francia en las
piernas, el murciano se vio obligado a rendir y lo intentó. Le faltó fuelle en
las etapas importantes para aguantar el envite de los dos gallos, conformándose
con marcar a Purito y aguantar su
plaza en el podio. Al igual que el catalán de Katusha, Valverde volvió a
mostrarnos sus carencias en carreras de tres semanas ante corredores del
talante de Alberto Contador y Chris Froome. Aun así, su actuación en el Tour y
en la Vuelta demuestran que Valverde posee una regularidad al alcance de pocos.
Joaquim
“Purito” Rodríguez no tuvo las piernas adecuadas en su asalto definitivo a la
Vuelta. El catalán falló en los momentos importantes y aunque lo intentó con
pundonor, estuvo lejos de la lucha por la victoria y no consiguió ningún
triunfo de etapa, a pesar de contar con un equipo potentísimo a su lado, Purito se vio impotente de hacer
más de lo que hizo.
Su momento en las grandes vueltas puede haber pasado ya. La explosividad sigue
siendo su mejor arma, pero las tres semanas se le hicieron demasiado largas y
pesadas. Purito también quiso hacer más de lo que pudo. La cuarta posición en la general es
acertada para la actuación en esta Vuelta.
El
interrogante de esta Vuelta fue Nairo
Quintana. Una doble caída le obligó a abandonar la ronda
española antes de tiempo. ¿Qué hubiera pasado con Quintana en carrera? Con un Contador
tímido y con un Froome irregular, el escarabajo colombiano hubiera sido la
llave de la Vuelta en las escaladas. Había preparado a fondo la Vuelta a España
y era el candidato número uno.
La mala suerte le hizo abandonar quedando
para siempre la duda de si el pequeño gran escarabajo colombiano hubiera podido con los
dos gigantes.
Pero al
igual que en otros deportes, en el ciclismo, no es únicamente éxito, triunfos y
gloria, ya que no todos los ciclistas que se ponen un dorsal a la espalda
consiguen saborear las mieles de la victoria.
En una
gran Vuelta por etapas hay muchos más derrotados que triunfadores ya que la
competencia es feroz y exige una preparación y una motivación adecuada.
Si falla alguna de estas variables se
descuadra la ecuación. En las tres semanas que ha durado la Vuelta a España hemos visto corredores que han rendido por
debajo de lo esperado. Ciclistas que aparecían en todas las quinielas de
favoritos para lograr triunfos parciales o ser piezas importantes en la batalla
por el triunfo final pero que han pasado por la carrera sin pena ni gloria.
Alguno de
estos casos fue el de Peter Sagan un ciclista acostumbrado a no pasar
inadvertido en las carreras que disputa, ya que siempre deja pinceladas de su
gran talento, de su carácter ganador, de su enorme clase. Pero en esta Vuelta
hemos visto una versión desconocida del hombre del equipo Cannondale. En ningún
momento ha estado metido en
carrera, se le ha visto falto de forma, sin ambición ni motivación. Los
resultados hablan por sí solos: ninguna victoria, un tercer puesto en Albacete,
un cuarto en Logroño y un abandono prematuro en la primera etapa del tríptico
astur-leonés. Una actuación muy decepcionante para un ciclista que necesitaba
reencontrar la senda de la victoria tras un Tour de Francia sin triunfos
parciales, pese a adjudicarse el maillot
verde. Un resultado que siembra dudas sobre su rendimiento en los próximos Mundiales
de Ponferrada, donde debería ser una de las ruedas a vigilar.
El escarabajo
colombiano Carlos Alberto Betancur fue un talento distraído, una moneda al aire
que rodo siempre de canto a cola de pelotón, un corredor de extremos, capaz de
tutear a los grandes gallos del pelotón en cualquier terreno, pero también de
llegar a las carreras en un estado de forma lamentable. En esta Vuelta a España
vimos la peor versión del ciclista del
Ag2r La Mondiale. Se presentó en Jerez de la Frontera con bastantes quilos de
más y completamente fuera de forma. No es de extrañar que se haya pasado toda
la prueba flirteando con el farolillo rojo y que haya acabado la carrera
penúltimo a más de cinco horas de Alberto Contador. Un resultado paupérrimo,
que ya se veía venir tras su actuación en la Vuelta a Burgos, para un ciclista que desperdicia su talento
temporada tras temporada.
El caso de Cadel Evans es diferente al de Betancur. Parece que los mejores años del viejo
rokero australiano han pasado. Su favoritismo en las grandes vueltas se debe
más a su espléndida hoja de resultados que a su nivel actual. El paso del hombre del BMC por la Vuelta ha
sido testimonial. Desconectó de la lucha por la general en la sexta
etapa, con final en La Zubia, Cumbres Verdes, y solo volvió a dar señales de
vida en la crono disputada entre Santa María de Veruela y Borja, donde fue
sexto. Un pobre bagaje para un ciclista con un compromiso y una competitividad
incuestionables, que está dando sus últimas pedaladas como ciclista profesional,
ya anuncio que en enero de 2015 colgara la bicicleta.
Otros nombres que se pueden incluir dentro del apartado de decepciones son
los de Jürgen Van Den Broeck (Lotto – Belisol), que continuó con
su mala racha tras un Tour decepcionante, Gerald
Ciolek (MTN – Qhubeka), que no consiguió meterse entre los diez primeros en
ninguna etapa o Mikel Landa (Astana), que tampoco dio el paso adelante que de él se esperaba y
volvió a quedar eclipsado por su compañero Fabio Aru.
Por último, también están las revelaciones de esta Vuelta, aquellos ciclistas
que han rendido por encima de lo esperado y que han sorprendido a propios y
extraños. Estos ciclistas fueron: En primer lugar y con matrícula de honor
Fabio Aru que tras su fenomenal Giro de Italia, el cual termino tercero en el
podio final, cabían pocas dudas para pensar que esta Vuelta lo confirmaría como
una realidad. Su quinto puesto en la general final tras cuatro monstruos de la
bicicleta como Contador, Froome, Valverde y Purito, hablan más que bien del
italiano que ya va tras los pasos de Vincenzo Nibali. A todo esto, el italiano suma más méritos en su
palmarés. Dos triunfos de etapa de cierto prestigio en Aralar y Monte
Castrove completan una extraordinaria carrera del hombre del Astaná, que yo no
dudo volverá con más fuerza la temporada próxima.
Otra revelación echa realidad fue la de Warren Bargil que se enfrentaba a
su primera aventura como jefe de filas del Giant en una grande, buscando una
buena clasificación general. El francés se marcó el objetivo de estar entre los
diez mejores y cumplió, mostrándonos desparpajo y atrevimiento en etapas complicadas y en rampas
con mucha historia, como por ejemplo en los Lagos de Covadonga. Finalizó
en octavo lugar de la clasificación
general final, algo que le da credenciales para buscar un objetivo, al
menos, igual de ambicioso que este, en el Tour de Francia de la próxima
temporada. En esta Vuelta también le vimos trabajar para Degenkolb en etapas
ideales para el alemán y facilitarle las victorias del fenomenal velocista.
El equipo africano MTN-Qhubeka debutaba en una Vuelta a España con el
liderazgo del español Sergio Pardilla, que rindió a buen nivel. Aun así, el
español no fue el hombre que más sorprendió de este equipo. Sin duda Louis
Meintjes ha sido la gran sensación de este equipo. Desplego grandes condiciones como escalador y,
pese a tener solo 22 años, dejó destellos de sus buenas cualidades como corredor
de grandes vueltas. Se metio en fugas de jornadas importantes, como la que
finalizó en La Camperona, donde se dejó ver, atacó pero las fuerzas le acabaron
fallando. Meintjes es un diamante
que aún hay que pulir.
Otro ciclista que también brillo en esta Vuelta fue Damiano Caruso, el
ciclista del Cannondale, firmó un espectacular noveno puesto. Nadie contaba con
él en los primeros puestos de la general, pero su rendimiento en las etapas clave fue muy superior a
lo esperado. Además, en sprints reducidos logró meterse varias veces entre los
diez primeros, lo que habla de su polivalencia.
En el pelotón había otra revelación llamado Caruso y de nombre Giampaolo, compañero de equipo de Purito
Rodríguez, Alberto Losada y Dani Moreno en el Katusha, sorprendió a todos. El
italiano fue el más fiel escudero
de Purito, casi más que Dani Moreno, acompañando a su jefe en las subidas más duras de la Vuelta.
Aguantó con los mejores protegiendo y ayudando a su líder siempre que las
piernas le respondieron, lo que se traduce en todas las etapas fundamentales.
El equipo Trek llegó a la Vuelta sin un líder definido, lo que favoreció la
irrupción de dos jóvenes promesas del ciclismo. Por un lado aparece Bob
Jungels, que dio varios recitales de potencia
y atrevimiento, filtrándose en escapadas y teniendo agallas para tirar
de ellas. Fue especialmente impresionante la de la etapa con final en La
Coruña, donde mantuvo un bonito pulso con el pelotón que finalmente le ganó.
Y por último estuvo, Jasper Stuyven que causó furor en los
sprints. El belga es una de las grandes
perlas del ciclismo de ese país, en el que ya le ven como futuro
ganador de Flandes o Roubaix. En esta Vuelta nunca tuvo reparos en meterse en
las llegadas y disputar los sprints, dejando destellos de su magnífica punta de velocidad y de su
habilidad para abrirse hueco en las rectas de meta.
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