Bjarne Riis y Oleg Tinkoff, sonrientes y enfundados en los colores del equipo. Eran otros tiempos. |
Con el
inicio de la primavera, la vida renace, el hielo se descongela, los árboles y
plantas que perdieron sus hojas en otoño vuelve a reverdecer y florear
atrayendo a poblaciones enteras de animales que habían huido a climas más
cálidos o habían hibernado. Esa vida que parecía haberse detenido, estalla en
multitud de formas y colores, regresa el sol y el calor y desde hoy mismo con
el cambio de hora los días son más largos. Llega el momento de quitarle las
telarañas y el polvo a nuestras bicicletas que estuvieron invernando colgadas
en el trastero. Seguro que a más de uno ya se nos agotaban los agujeros del
cinto al tiempo que necesitamos ir preparando ese palmito para lucir este
verano.
Con la
llegada de la primavera como muy bien dice el refrán: “la
sangre altera” y la actualidad ciclista no cesa. Las clásicas y las
carreras por etapas de una semana se van abriendo pasó en esta época del año
llena de competición. Paralelas a la Volta a Cataluña se disputaron carreras
menores como la Clásica de Córcega, la Volta al Alentejo, el Tour de Taiwán, el
Tour de Normandía o el Criterium Internacional. Clásicas como la E3 Harelbeke,
a Traves de Flandes o la Gante-Wevelgem..
Pero a
quien de verdad se le altero la sangre esta primavera ha sido al dueño del
Tinkoff-Saxo, el excéntrico Sr. OlegTinkof, que, ni más ni menos, ha decidido
dejar al margen al máximo responsable deportivo de su entidad debido a los
malos resultados y que hoy mismo el propio equipo anunció la rescisión del
contrato a Bjarne Riis con efecto inmediato.
Este
magnate frustrado y caprichoso vuelve a hacer una de las suyas. Hartado de los
fracasos en este inicio de temporada ha decidido cortar de forma tajante con
Bjarne Riis máximo responsable deportivo del equipo Tinkoff-Saxo.
En un
principio desde el equipo decían que no había despido ni sustitución, solo que
Riis dejaba de estar involucrado activamente en las actividades del equipo, hoy
ya vimos que el despido era oficialmente confirmado a través de un comunicado.
La sangre
alterada de esta primavera del Señor Tinkov le volvió hacer otra cacicada. Con
razón o sin ella, lo cierto es que esta decisión hizo que el equipo sea un
polvorín lleno de inestabilidad, cuando lo que necesitaba era todo lo
contrario, tranquilidad para poder afrontar los grandes objetivos del año: las
clásicas con Peter Sagan y el Giro y
Tour con Contador.
Este
colérico e imprevisible OlegTinkoff es un magnate que alardea de su cartera,
presumiendo de que como paga manda, pudiendo adoptar decisiones contundentes.
Un ciclista frustrado que compitió en categorías inferiores y que siempre soñó
con ganar el Tour de Francia, motivo que le llevo a comprar la estructura del
Saxo Bank para disfrutar y promocionarse con su deporte favorito.
Este
impetuoso empresario lleva un tiempo intentando convulsionar las estructuras
del ciclismo. Primero incitó a los principales rivales de Alberto Contador para
que desafiaran al español en la pugna por lograr Giro, Tour y Vuelta en una
misma temporada. Después a través de las redes sociales critico el trabajo de
sus corredores y empleados. Ya en 2013 tras terminar Alberto Contador cuarto en
el Tour de Francia había dicho que el sueldo que ganaba el madrileño no se
correspondía con su actuación, creyendo que era demasiado rico y que no tenía
hambre de triunfos, incitándole a que tenía que trabajar más duro. Y ahora, a
menos de dos meses del inicio del Giro y a algo más de tres para el Tour, se
salta los tradicionales protocolos de este deporte destituyendo al máximo
responsable del equipo.
Oleg Tinkoff, junto a Riis y Contador |
Se nota
que ésta acostumbrado a alcanzar lo que desea, por eso no asimila que después
del desembolso elevado que realizo esta temporada no se produzcan los
resultados inmediatos, y que él esperaba. En estos tres primeros meses de la
temporada con solo dos triunfos, los logrados por Contador en Andalucía y el de
Peter Sagan en la Tirreno-Adriático le alejan muy mucho de las perspectivas de
este impetuoso y caprichoso empresario ruso.
Por eso
es que está impaciente, no asume que los retos del Pistolero de Pinto para
conquistar el Giro y el Tour precisan de un programa de trabajo diferente.
Al
prescindir de Bjarne Riis, genero una nociva inestabilidad que el propio
Contador en declaraciones a la prensa durante la disputa de la Volta a Cataluña
dijo que necesita saber que ha pasado ya que Riis ha sido muy importante en su
trayectoria deportiva, hoy después de finalizar en cuarto lugar la Volta a
Cataluña de no saberlo seguro se enteraría, ya se verá si estos acontecimientos
terminan por pasarle factura.
El
adinerado y caprichoso OlegTinkoff sostenía que la destitución de Riis no respondía
a cuestiones deportivas ni económicas, por lo que abría la puerta a las
especulaciones. En Dinamarca se comenta que la razón podría encontrarse en una
investigación sobre dopaje en la que podría estar implicado.
Bjarne Riis
desde que el 25 de mayo de 2007 convulsionara al mundo del ciclismo al confesar
en una rueda de prensa de haberse dopado con EPO no es santo de mi devoción y
nunca acepte que un dopado confeso pudiese seguir en el mundo del ciclismo.
Tras declarar seguramente arrastrado por la cascada de arrepentidos en el
Telekom de aquellos años que había consumido EPO, cortisona y hormonas del
crecimiento entre 1993 y 1998, siguió dirigiendo al CSC con el que condujo a
Carlos Sastre a la victoria del Tour de 2008 y hasta ahora al Saxo Bank de
Alberto Contador y Cia.
Para
documentarme y escribir este post leí el libro Nubes y Claros del Bjarne Riis,
me sorprendió la crudeza, la sinceridad y el detalle con la que aborda los
episodios más dramáticos de su trayectoria, explicando sin tapujos las
prácticas dopantes de su época como corredor,
al tiempo que subraya su compromiso y el de su equipo el empeño de pasar
página e iniciar una nueva época en el ciclismo, en la que el dopaje no tenga
cabida (¿será cierto?, ¿le podremos creer?).Pero
más allá de esa faceta morbosa, que no me dejo indiferente, el libro supone un
testimonio extraordinario de los últimos 30 años de la historia del ciclismo
profesional, escrito por uno de sus protagonistas más significativos.
También
dice que no se arrepiente de nada ya que el dopaje era parte de la cultura del
ciclismo de la época. Efectivamente, la prueba la tenemos en el podio del Tour
de Francia de 1966 que ganó, un podio ocupado por Jan Ullrich, que fue
sancionado definitivamente y con demasiada tardanza en 2012, por algo que
ocurrió en 2006. La suspensión que le impuso el TAS fue de dos años y la
eliminación de sus resultados a partir de mayo de 2005. Al menos se libró de la
sanción de por vida por reincidente, ya que la vez en la que fue sancionado por
consumo de anfetaminas no se consideró como dopaje.
Para que
nos demos cuenta de cómo estaba el patio en aquella época. Ullrich al perder la
tercera posición del Tour de 2005, pasó a ocupar ese puesto Francisco Mancebo y
la general de la Vuelta a Suiza de 2006 también ganada por el alemán paso a
Koldo Gil.
Riis junto con Tinkoff, Contador e Ivan Basso. |
Curiosamente,
dos ciclistas españoles beneficiados pero que también estuvieron metidos e
identificados en la Operación Puerto, solo que aquí, por eso de que España es
diferente, se le dio carpetazo al asunto de manera elegante y un poco
sospechosa.
El tercero
del podio de 1996 fue Richard Virenque, que en 1998 fue uno de los que más sonó
en el denominado “Caso Festina”, siendo acusado de doparse de manera
sistemática a pesar de que él proclamase entre lágrimas una y otra vez que era
inocente. Sin embargo, dos años después admitió haberse dopado siendo
sancionado durante medio año.
Sea como
fuere, la lista de ganadores, de podios y de líderes de la general tuvieron que
retirarse ante los análisis positivos por dopaje. Tras los cinco Tour logrados
por Miguel Induráin, existen podios donde los tres primeros de la general se
vieron envueltos en tramas de dopaje acabando por ser sancionados. No hay más
que recurrir a la hemeroteca para ver que en 1996 los tres primeros fueron:
Bjarne Riis, Jan Ullrich y Richard Virenque. 1997; Jan Ullrich, Richard
Virenque y Marco Pantani. 1998; Marco Pantani, Jan Ullrich y Bobby Julich.
Todos ellos fueron años más tarde sancionados, pero no desposeídos de sus
victorias, hasta que llego la etapa esplendorosa de Lance Armstrong que también
se encuentra manchada por el dopaje. Siete Tour borrados de golpe y porrazo por
la sanción impuesta por la UCI que decidió desposeerle de esos títulos ganados
a base de trampas como él mismo reconoció. Lo mismo que fue sancionado de por
vida ya que gentuza de esa calaña no tienen que tener sitio en el ciclismo. De
esos siete Tour ganados por el americano, en cinco de ellos, sus acompañantes
en el podio final acabaron unos más tarde que otros saliendo a la palestra por
dar positivo: Ullrich, Joseba Beloki, Raimondas Rumsas, Alexander Vinokourov,
Ivan Basso (actualmente en el Saxo-Tinkoff) y Francisco Mancebo.
Los
únicos tres ciclistas que faltan en los podios de esos años son: Fernando
Escartin, Alex Zülle y Andreas Kloden que aunque nunca se pudo demostrar su
culpabilidad, también han salido relacionados en algún tema de dopaje. Escartin
tenía como médico a Michelle Ferrari, el mismo que trataba a Armstrong. Zülle, estuvo
envuelto en el caso Festina y corrió para la ONCE de Manolo Saiz, el cual fue
detenido por su relación con la Operación Puerto. Kloden, gran amigo de
Ullrich, fue acusado en 2009, en el marco del Caso Friburgo, por doparse
durante el Tour de Francia de 2006, donde finalizó segundo tras la sanción a
Floyd Landis, tras llegar a un acuerdo con la fiscalía de Bonn pagó una multa
de 25.000 euros a cambio de que se parasen las investigaciones existentes
contra él.
“Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los
pájaros, ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, lo dicen,
pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, de mí murmuran y exclaman…”
(Rosalía de Castro).
Es
innegable que en el ciclismo el dopaje existió, posiblemente todavía exista y
existirá, de igual modo que en la sociedad existen otras trampas, otros delitos
y otros problemas. En el ciclismo solo se necesita querer luchar contra esa
lacra del dopaje y con contundencia, sin miedo a que tiemblen las manos contra
los tramposos. Pero también es cierto que eso no significa que todos los
ciclistas se dopen. Si a nuestros jóvenes les proporcionamos una buena
educación, el deporte será cada vez más limpio. Entre todos, debemos enseñar a
los jóvenes a ver dónde están los límites tanto legales como, especialmente,
los que afecten a la salud.
Sé que la vida de los ciclistas no suele ser muy larga, por
mucho dinero que ganen ¿de qué les va a servir, si no pueden conservar la
salud?.