domingo, 20 de decembro de 2015

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENTRENAMIENTO FÍSICO (Capitulo V)

Ha quedado demostrado que los métodos específicos del entrenamiento deportivo están representados por ejercicios, los cuales rigurosamente reglamentados se dividen en dos grandes grupos determinados por la orientación del entrenamiento deportivo hacia el aprendizaje y perfeccionamiento de las acciones motoras y al desarrollo de las capacidades físicas.
A la hora de llevar a cabo un proceso de entrenamiento habrá que plantearse en primer lugar a dónde queremos llegar y cuáles son nuestros objetivos. Dichos objetivos deberán ajustarse a las posibilidades y características tanto del sujeto como del entorno en el que vamos a llevar a cabo el entrenamiento y por supuesto, tendrán que ser unos objetivos alcanzables.
Los ejercicios pueden ser aeróbicos o anaeróbicos, conceptos que se refieren a la forma en que el organismo obtiene la energía. Si precisa oxígeno, se denomina aeróbico, y si no lo necesita, anaeróbico.
El ejercicio aeróbico sirve para trabajar la resistencia y la capacidad pulmonar, pero ambos ejercicios, hacen trabajar el sistema circulatorio y el corazón. Durante la práctica del ejercicio anaeróbico se obliga al corazón a bombear la sangre rápidamente durante un breve periodo de tiempo, y esto ayuda a fortalecer el sistema circulatorio.
El ejercicio anaeróbico consiste en realizar actividades de alta intensidad como el levantamiento de pesas, carreras cortas a gran velocidad, hacer abdominales, o  cualquier ejercicio que precise mucho esfuerzo durante poco tiempo. Los músculos entrenados con el ejercicio anaeróbico ofrecen mayor rendimiento al realizar actividades de corta duración y gran intensidad, por lo que este tipo de ejercicio se utiliza para adquirir potencia y masa muscular, y  sirve para fortalecer el sistema musculoesquelético.
Combinar y alternar ambos ejercicios es, beneficioso para el organismo.
El ciclismo es una actividad aeróbica, por lo que la mayor parte del entrenamiento debe ser aeróbico. Si abusamos del entrenamiento anaeróbico, estaremos poniendo límites a nuestros progresos, porque aumentaremos el grosor de la pared cardíaca en detrimento de cavidad, o sea, del volumen de sangre que puede impulsar en cada latido.
La mayoría de las sesiones de entreno hay que hacerlas sólo, sin compañía. Si vamos con varios, haremos un entrenamiento promedio de nuestros compañeros, pero no el que deberíamos hacer.
Cuando vayamos con la grupeta, aprovechemos las cuestas o tirones como series,  pero hagámoslo dentro de la duración  y de las pulsaciones establecidas dentro del periodo para esa semana.
Si tenemos mucho tiempo libre y lo nuestro es la bici, entrenemos siempre con ella. Pero si el tiempo del que disponemos para entrenar es escaso, entonces entrenemos a pie, corriendo. Empezaremos despacio, con poca distancia y a un ritmo sostenido, alternando los entrenamientos con la bicicleta, los días que podamos montar en ella. Que nadie piense que el correr a pie y la bicicleta son incompatibles. El mejor ejemplo lo representan los duatletas y los triatletas. Ambos ejercicios son sumamente efectivos durante los periodos de Base y de Fortalecimiento. Es además, muy fácil entrenar a pie, porque lo podemos hacer en cualquier parte y bajo cualquier situación climatológica. La peor es cuando llueve, pero podemos ponernos un traje de agua. También podemos entrenar en un rodillo, pero procuremos que este tenga una resistencia graduable a modo de  simulador de viento.
El efecto positivo de un entrenamiento de calidad para aumentar nuestra forma física, no se valora por las sensaciones de esfuerzo que hemos percibido, sino que, se valorará exclusivamente si trabajamos a las pulsaciones programadas y durante el tiempo establecido para ese día elegido del periodo de entrenamiento en el que nos encontremos.
Si nos decidimos por una especialidad en concreto, deberemos hacer una Preparación Especializada a Tope antes de una competición, deberemos hacer más entrenamientos  con días de Acción o de progresión de la forma física que se aproxime a lo requerido en nuestra especialidad, sin olvidarnos de las otras series más cortas o más largos.
Si lo creemos conveniente y nos sentimos muy cargados, dejemos una semana en blanco entre el final del periodo Base y el comienzo del de Fortalecimiento, y entre éste y el inicio del de Alta Velocidad. Aprovechemos esa semana en blanco para recargar las baterías entrenando menos cantidad y con menos intensidad, para divertirnos de verdad y para descansar.
También podemos hacer esto mismo hacia la mitad de cada periodo, si lo creemos necesario.
Rendiremos más si estamos ligeramente subentrenado que si estamos ligeramente sobreentrenado. Yo prefiero lo primero.
Competir sobreentrenado, puede ser catastrófico.
Si lo que queremos es progresar año a año, aumentaremos el volumen de entrenamientos entre un 10 y un 20% cada año, tanto horas o kilómetros. Los cadetes pueden aumentar hasta un 30%.

ü Cuidemos especialmente la correcta alimentación.
ü Hagamos ejercicios regulares de fuerza-resistencia y de  elasticidad.
ü Esforcémonos un poco más cada año en hacer bien las cosas.
ü Pongamos más interés en descansar mejor, aprendiendo a relajarnos.
ü Cuidemos nuestro cuerpo cada año mejor, con todos los medios a nuestro alcance, y
ü Perfeccionemos nuestras cualidades y sobre todo corrijamos nuestros defectos.
Los que tengáis menos de 18 años no es conveniente que hagáis ejercicios  anaeróbicos de más del 95% de la Frecuencia Máxima durante los entrenamientos, ya que estos no están recomendados hasta los 20 años. Con la intensidad de las competiciones son suficientes. Tampoco es necesario hacer más ejercicios de preparación, ya que las carreras os afinarán la forma.
Para un ciclista en buena forma que mide 175 cms. de estatura y pesa 66 kgs, el número de calorías que consume  aproximadamente durante el ejercicio es el siguiente:
ü Al 100% de la Frecuencia Máxima. . . . . . 1200 calorías/hora.
ü Al  90%                  “             “                  760            “
ü Al  80%                  “             “                 520             “
ü Al  70%                  “             “                340              “
ü Al  60%                  “             “                230              “
ü Al  50%                  “             “                150               “
Este reflejo, corresponde al ciclista mencionado anteriormente de coeficiente base igual a 11.550, que se obtiene de multiplicar los Kgs de peso por los cms. de altura.
Si nuestra morfología difiere mucho de este coeficiente base, y queremos calcular nuestro propio consumo de calorías, deberemos sacar nuestro índice particular sobre el coeficiente base.
EJEMPLO: Yo mido 163 cms. y peso 71 Kgs.
163X71 = 11.573.
11,573:11.550 = 1,00.
Una vez obtenido nuestro índice particular, solo nos falta multiplicarlo por las calorías descritas y por el número de horas de ejercicio.
Hacer una prueba para un recorrido de 4 ó 5 horas y comprenderéis perfectamente porqué se baja de rendimiento y por qué nos llega la pájara.

Próximo capítulo: Consideraciones sobre el Ritmo Cardíaco

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