El Tour de
Francia 2015 llegó a su fin tras tres semanas de verdadero ciclismo, de una
lucha sin cuartel que después de la segunda semana ya había puesto a cada uno
en su lugar. Pocos salieron sonrientes de las dos semanas anteriores ya que
fueron muchos los que vieron como su protagonismo en este Tour se vio reducido
a falta todavía de una semana que se presumía seria decisiva.
Tras el paso
por los Pirineos y el Macizo Central camino a los Alpes, la carrera ya había
dictado sentencia, del póker de ases del inicio del Tour ya solo quedó una
pareja que nos hizo vibrar, nos ilusiono y emociono con esa lucha hasta el
último día. En solo dos semanas vimos las sonrisas del Sky, las de Alejandro
Valverde y las de Robert Gesink que nos enseñaron sus mejores versiones,
mientras que Vincenzo Nibali y Peter Sagan derramaron lágrimas de sudor por no
haber cumplido con sus objetivos.
Tras el
primer día de descanso, llegaba la primera gran etapa de montaña con final en La
Pierre de Saint Martin, donde el Sky bajo un calor asfixiante reventó la
carrera a favor de su líder Chris Froome con ese ataque marca de la casa y que
a la postre seria el que daría el triunfo final. Tras el segundo descanso del
Tour, la primera etapa alpina resultó una prueba de fuego para el Pistolero de
Pinto que se caía en el peligroso descenso d´Allos. La herida sangrante en la
rodilla derecha, la bicicleta estropeada, que Sagan cambió enseguida por la
suya fueron daños menores, pero si mayores para la clasificación general ya que
en meta perdía 2:14 con Froome. Hasta el podio le empezaba a quedar lejos ya
que Quintana y Valverde estaban en magnifica forma.
Si todavía
había dudas, el miércoles termino definitivamente por escapársele de verdad
este Tour, pese a sus intentos desesperados cuando aún quedaban 73 kilómetros
para el final de una etapa en la que anteriormente ya había intentado la
aventura desde lejos y que solo le duró dos kilómetros; hasta que Nairo y
Valverde la echaron abajo. El Pistolero de Pinto es así, quiere morir matando,
sabía que era arriesgado desde tan lejos y que no llegaría a ningún sitio, pero
lo hizo, todo un detalle para los aficionados. Después del intento, Alberto el
valiente siguió a rueda. Tal vez tenía un plan en el descenso de A´llos, pero
todo se fue al garete en una curva no demasiado peligrosa.
Lo que no se
puede entender es la aptitud de Rafal Majka que dio la sensación de que iba a
su bola, prefiriendo seguir en vez de esperar a su jefe. O este ciclista desobedeció, o su director es un
incompetente. Pero bueno, el ciclismo es
así, unas veces se gana y otras se pierde.
Quien sí
ejerce de gregario fiel es Alejandro Valverde, que tras el ejercicio de
contención que ejerce en carrera se le ve colosal. Un papel nada fácil para
quien siempre fue líder, rebajarse a soldado raso no debe ser nada fácil, pero
este si demuestra una disciplina fantástica y leal. Ha llegado a este Tour en
un estado de forma magnifica y ya es tercero en la general, pero no se cansa de
repetir la misma canción desde el primer día “Estoy
para ayudar a Nairo”.
Otro
damnificado en esta etapa fue Tejay Val Garderen, tercero en la general tuvo
que abandonar la carrero enfermo y sin fuerzas. Le vimos bajarse de la
bicicleta y entre sollozos, se montó en el coche de su equipo. Es duro abandonar cuando el podio de París está a tu
alcance.
La etapa la
gano Simón Geschke, y Froome, que respondió a todos los ataques, continuaba
líder.
En la
segunda etapa alpina probaron en la subida al Glandon el Pistolero y el
Escarabajo, pero el Leopardo no dio síntomas de flaqueza.
Romain
Bardet se llevó el triunfo después de haber mantenido la distancia con Rolland
en la bellísima y agotadora ascensión a Les Lacets de Monvernier, un escenario
espectacular de curvas en herradura, sacadas seguramente de la loca imaginación
de algún ingeniero de caminos francés para salvar los 400 metros de desnivel y
poder llegar a la ermita de Monvernier. Las 18 curvas imposibles, las paso
Bardet como quien lava y a sabiendas que al otro lado de la montaña estaba la
gloria.
El resto de
la etapa se puede resumir en un ataque de Contador a 44 kilómetros de la meta,
en plena ascensión al Glandon, que fue neutralizado en el descenso, después de
que su ventaja se hubiera reducido del minuto, a un kilómetro de la cima, a los
12 segundos en el alto. Reducción que se produjo gracias al ataque de Nairo
cuando ataco para probar a Froome, con el ataque del Escarabajo, frustró el
intento de Contador, que por unos kilómetros creyó en sí mismo.
Tanto el
Pistolero de Pinto, como el Tiburon de Mesina, fueron los agitadores de la
carrera estos últimos días, tal vez porque estaban desesperados y no
encontraban una salida, son valientes y nunca dan nada por perdido.
Pero el
Leopardo, sabedor de que tiene su presa, solo se preocupó de administrar su
diferencia no moviendo ni un músculo de la cara cuando Contador acelero y le
salió por la derecha. Solo el Escarabajo colombiano se levantó del sillín
durante un momento, miró a Alejandro Valverde y volvió a sentarse.
Después de
que Contador agitase el árbol donde estaba aposentado el Leopardo sin que
lograse batirlo, el viernes los gallos intentaron alborotar el gallinero, pero
Froome aguanto los envites del resto de favoritos, aunque el pequeño escarabajo
colombiano le arrebato 32 segundos, quedando ahora a 2´32” del líder y el
Tiburón Nibali ganaba la etapa, haciendo que peligrase el podio de Valverde, ya
que se colocaba a 1´19” del español. Tanto Valverde como Contador con
calambres, no pusieron en aprietos al maillot amarillo.
Fue una
etapa corta, pero interesante, que nos dejó varias lecturas, aunque La
Toussuire se hizo largo y aburrido. En los 138 kilómetros de la penúltima etapa
vimos las miserias del Sky, que se quedó tres veces sin ayudantes para Froome,
también vimos los intereses que anidan en el pelotón, con el Lotto de Robert Gesink
echándole una mano a Froome cuando le falto su equipo.
No solo
flaqueo el Sky, también lo hizo su líder cuando Nairo lanzó su único ataque,
seco y eficaz. En fin, se vieron menos cosas de las que se podrían haber visto
porque las fuerzas están muy justas a estas alturas de la partida. A Contador
se le quedó larga la hazaña del doblete, la quinta plaza en la general es un
lugar confortable, Valverde desgastado
por las muchas ayudas a Nairo podía hacerle perder el tercer puesto en el podio
de París, cosa que no sucedió debido a la avería en un momento clave en la
etapa del sábado y Nairo, dio la sensación de conformarse con subir de nuevo al
segundo escalón del cajón en París.
El Tiburón
quiso pescar en aguas revueltas y al ver que Froome sufría una avería saltó sin
pensarlo, volaba para ganar la etapa, superar al Pistolero y amenazar
peligrosamente a Valverde.
La penúltima
etapa con final en Alpe d´Huez, disputada ayer, era propicia para dar la
batalla final y ganar la guerra, pero a estas alturas de carrera, es
indiscutible que todos van en la reserva, que apenas quedan energías y que cada
uno mira por sus propios intereses con el podio parisino como objetivo. Tras
diecinueve días de competición el desgaste fue brutal, por eso el Escarabajo
colombiano esperó demasiado para descubrir las debilidades del Leopardo keniata.
Una equivocación que posiblemente le hizo nuevamente quedar un peldaño más
abajo que Chris Froome. Para hacer daño a este líder desgarbado, pero muy
sólido, es preciso usar estrategias variadas y mucho más después de que la
etapa estuviese siempre en permanente erosión y donde el líder y su equipo ayer
ya habían dado síntomas de debilidad. Pero como dice el refrán: Más vale tarde
que nunca. El ataque claro que tardó en llegar, por eso no basto para desbancar
al rey del trono del ciclismo mundial. El escarabajo quería cambiar su maillot
blanco por el amarillo, ayudado primero por un Alejandro Valverde que tuvo la
suerte de su lado, después de haber disputado una gran etapa, con el pinchazo
de Nibali justo antes de iniciar Alpe D´Huez le permitió afrontar la subida con
relativa calma, ayudando a su líder y certificando el podio ya que Contador
pagó el esfuerzo de estas tres semanas, prácticamente encadenadas a las tres
del Giro de Italia no pudiendo plantar cara en busca del tercer puesto en
París.
Desde el
banderazo de salida el clima que había en el pelotón era bélico. Todos sabían
que se iba a producir la última batalla, la definitiva, en la que podría haber
vencedores y vencidos, héroes o villanos.
Valverde
atacó en la Coix de Fer. El Sky y su líder atónitos ante algo que quizás podían
esperar, trataron de reaccionar quemando efectivos y dejando al Leopardo solo
con Richie Porte, entonces fue cuando el Escarabajo atacó en busca de su
compañero, con el que formaron una pareja que llegó a coronar el puerto,
dejando en solitario al líder, ya que Porte había cedido. Como no hay dos sin
tres, Froome también fue atacado por el Tiburón, si bien es cierto que no le
dejo hacer hueco.
En el
descenso se reagruparon todos. Pero era una tregua camuflada, ya que Nairo
mandó por delante a uno de sus más fieles escuderos, Winner Anacona que se fue
en un grupo interesante que trataba dar caza a Alexander Geniez. Thibaut Pinot
iba también en ese grupo de escapados.
El destino
agridulce de la batalla que se estaba preparando, no le permitió a Vincenzo
Nibali asistir a ese acontecimiento en primera persona, ya que un pinchazo al
inicio del puerto le hizo perder contacto con el grupo de los mejores.
El dúo del
Movistar sabía que la defensa del Leopardo seria dura y resistente, por eso en
el primer ataque no había caído y, en el segundo, probablemente tampoco lo
haría, por eso habría que ser persistentes, tenaces e incansables. Hasta en
tres ocasiones demarro el escarabajo, logrando estirar el grupo, que poco a
poco perdía efectivos.
El ataque de
Valverde primero, al que el Sky dejó que hiciese camino en espera del hachazo
final de Nairo, luego Anacona y cuando faltan 10 kilómetros a meta, Nairo sin mirar
atrás y con varias aceleraciones consecutivas dejo al Sky sin capacidad de
reacción, pero Froome estaba acompañado de dos de sus hombres: Poels y Porte.
El escarabajo volaba, no así los segundos, los hombres del Sky con su líder a
rueda, daban caza a Valverde que después de hacer su trabajo y haber visto
ceder a Contador y conocedor del percance de Nibali, se colocó a rueda de
Froome saboreando el tan ansiado y esperado tercer puesto del podio de París.
A falta de 5
kilómetros tras el solo de Nairo la diferencia comenzaba a crecer rondando el
minuto, Froome, impasible, calculador, mirando el potenciómetro y sin que la
tensión se apoderase de él. Los dos últimos kilómetros podía hacerlos a tope y
salvar su maillot amarillo. Nairo que quiso pero no pudo, apuró hasta su última
opción, pero ni logró ganar la etapa, que se la llevó un Thibaut Pinot
enrabietado, que vuelve a ser la esperanza del ciclismo francés, ni tampoco
ganar el Tour, que libró Froome por 1:12. El que si logro su objetivo fue
Valverde que se cruzó en el póker de ases para hacer un repóquer, inundado en
lágrimas tras cruzar la línea de meta: Por fin,
había alcanzado el tan ansiado cajón de París.
El último
servicio de Richie Porte acabó a un kilómetro de meta, cuando reventó. Para
entonces el trabajo ya estaba hecho. Se va del Sky, pero deja un amigo, que
gana por segunda vez el Tour de Francia, gracias al trabajo en la ascensión a
Alpe d´Huez de él y del resto de gregarios que lo dan todo por un líder en el
que confían.
Nairo
Quintana y su equipo lo intentaron con mucho ahínco en esta última etapa de
alta montaña, posiblemente demasiado tarde, o quizás porque el rival a batir
era superior, la táctica empleada hoy no se pareció en nada a lo visto durante
el resto de etapas. Los abanicos camino de Zelande y la exhibición de Froome en
La Pierre de Saint Martin fueron decisivos pese a que el escarabajo demostró
llegar mejor a la última semana. De nuevo, como en 2013, Chris Froome vestirá
el Maillot amarillo y a su derecha volverá a tener a Nairo Quintana y a su
izquierda, como hace dos años, estará otro español: Alejandro Valverde que
sustituye a Joaquim “Purito” Rodríguez.
La última
etapa del Tour de Francia por los Campos Elíseos siempre es para homenajear al
maillot amarillo, a los campeones en las otras clasificaciones y en definitiva
a todos los que logran finalizar la carrera más importante del mundo. Todos
ellos, desde el primero al último son dignos de la admiración, el respeto y el
aplauso de todo aficionado. Por eso la Ciudad de la Luz se ilumina un año más
para recibir a la serpiente multicolor, con el Arco del Triunfo, la Plaza de la
Concordia, el Louvre y la Torre Eiffel como testigos de honor del dominio de
Chris Froome.
El cuarto
triunfo de Andre Greipel en este Tour fue precedido de un incidente que por
momentos hizo temer lo peor en la capital francesa. A primeras horas de la
mañana la policía tuvo que disparar contra un coche que atravesó sin permiso el
cordón de seguridad desplegado en la meta. El hombre que conducía el coche
logró escapar sin dejar heridos, lo que hace pensar a la policía que estaba
bajo los efectos del alcohol.
Anécdotas aparte,
el ciclismo español logró el tercer puesto de Valverde, el segundo, más el
maillot blanco de mejor joven, que se enfundo Nairo que aunque colombiano corre
con el potente Movistar español, primero en la clasificación por equipo, que
sin embargo se marcha sin haber ganado ninguna etapa. Seguro que de haber
mostrado la misma ambición en el resto del Tour que en su majestuosa penúltima
etapa en el Alpe d´Huez, si habría conseguido ganar alguna. Purito Rodriguez
(Katusha), vencedor en el Muro de Huy y en Plateau de Beille y Rubén Plaza
(Lampre), en Gap lograron las tres victorias españolas.
La etapa de
Alpe d´Huez, son de esas etapas que se te quedan para siempre en la retina y
que levantan el ánimo de los aficionados al ciclismo.
El Tour de Francia 2015, ha
terminado. Viva el Tour 2016
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