Ayer comenzó la mejor carrera del
mundo, la única que esta incluso por encima de sus participantes, un motivo
para no pestañear, ni dormir la siesta durante este mes de julio. Llego el
momento en el que los cuatro mejores corredores del pelotón actual por primera
vez en este año se vean las caras.
El Tiburón de Messina ganó el año
pasado el Tour sobre el pavés y en el presente querrá repetir y crear esa
inseguridad en sus rivales en esta primera semana. Los tiburones que acechan y
esperan pacientes bajo las aguas del estrecho de Messina, esperan el momento
para asaltar a su presa y, con un solo mordisco, obtener el botín. Un mordisco
letal que deja sin opciones de supervivencia a sus rivales. Vincenzo Nibali (El
Tiburón) llega a este Tour después de haber asestado un solo golpe la temporada
pasada, pero fue un golpe maestro ya que logró llegar vestido de amarillo a
París por primera vez en su carrera como profesional. Este año espera repetir
el éxito. Lleva seis meses acechando bajo las aguas del pelotón, mostrando de
vez en cuando la aleta para que sus presas tengan constancia de que está ahí
preparado y que en cualquier momento puede lanzar su ataque, su mordisco o su
dentellada. Agresivo y nada conservador, como un verdadero “Tiburón”, no
entiende que es eso de guardar fuerzas. Centrado en el botín, en el premio y en
la gloria, ataca dándolo todo y sin pensar. Pero también huele la sangre, sabe
esperar el momento justo para atacar, cuando su rival está más débil para
dejarlo sin capacidad de respuesta. Valiente y polivalente, es el ciclista casi
completo, uno de los mejores escaladores pero, sin duda, es el mejor bajador.
Con arrojo y gran técnica, domina los descensos como ningún otro ciclista del
pelotón y, por si fuera poco, también tiene una buena punta de velocidad que le
permite opositar al triunfo en sprints reducidos, rindiendo bien en las cronos,
como la de ayer donde fue el mejor de los cuatro sacándoles 7 segundos a
Froome, 15 a Contador y 18 a Nairo. Pero hoy la lluvia, el viento y los
abanicos provocados por el Tinkoff hicieron saltar la etapa en mil pedazos lo
que provocó que Nibali perdiese lo que había logrado ayer más 1:28 con respecto
a Froome y 1:24 con Contador. El escarabajo entraba en el grupo del Tiburón.
El año pasado, el “Tiburón” llegó al
Tour con una sola victoria en su palmarés: el Campeonato Nacional de Italia,
logrado una semana antes del inicio. A día de hoy, la situación de Nibali
respecto a la temporada pasada es la misma, estrenó su palmarés de victorias de
esta temporada en el Campeonato Nacional italiano de hace 8 días, triunfo que
le valió para revalidar su corona tricolor.
Aun así, ha dejado pequeños destellos
de su potencial, estando cerca de alcanzar la victoria en la sexta etapa de la
Dauphine cuando se escapó desde lejos junto a Alejandro Valverde, Rui Costa y
Tony Gallopin, acabo segundo después de hacer la última ascensión prácticamente
en solitario. Rui Costa le arrebató el triunfo en los últimos metros, pero se
vistió de líder. Fue la única vez que Nibali destapó el tarro de las esencias
en este 2015, al tiempo que avisaba que será un duro contendiente para sus
rivales en las carreteras francesas hasta llegar a París. Sus rivales saben que
no se pueden dormir, ya que les puede preparar una emboscada en cualquier
momento. Cuando vea que sus contrincantes bajen mínimamente la guardia,
resurgirá del fondo del pelotón donde estaba camuflado, atacará moviendo
rápidamente sus piernas, pedaleando con enorme potencia y cadencia, para que
con su demarraje pocos puedan salir vivos. El Tour es su nuevo coto de caza, ya
lo demostró el año pasado y este año quiere refrendarlo.
Hoy a pesar de la trisca que se monto
todavía no hay nada perdido, porque el Tour es así, ningún día de tranquilidad
y muchos de alternativas. Esto no hace más que empezar y no creo que cambie en
absoluto en la táctica de encarar la carrera, ahora le tocara atacar más, ya que todavía llega con posibilidades a la
montaña.
El Escarabajo Colombiano aparece junto
a Chris Froome en la cabeza de las apuestas, el año pasado no corrió el Tour
precisamente por miedo de su equipo a ese empedrado, si supera esta primera semana,
sus posibilidades aumentaran mucho, ya que luego se verá en su hábitat natural:
las alturas. Pero a día de hoy todavía no ha aprobado ese examen y más después de
verle en esta segunda etapa que no fue un buen día para él, ya que fue de los
que se vieron sorprendidos por los abanicos, llegando a meta con 1:28 de
retraso con respecto a los de cabeza.
Nairo Quintana, a diferencia del
Tiburón de Messina es un escarabajo que su hábitat natural no son los ambientes
marinos, puesto que aunque ocupan cualquier hábitat, incluidos los de agua
dulce, su presencia en ambientes marinos es mínima. Lleva dos años esperando
este momento, después de que en 2013 quedara segundo, siendo el único ciclista
capaz de hacer hincar la rodilla a un imparable Chris Froome. Llega mucho más
maduro y después de haberse centrado en preparar exclusivamente esta carrera,
su único propósito y el del Movistar es cambiar el maillot a lunares de hace
dos años por el amarillo.
Nairo Quintana necesitará rendir a la
perfección en este Tour, no solo físicamente, sino sobre todo psicológicamente.
El Giro de Italia del año pasado, que acabó ganando, fue un gran test para su
resistencia mental, obteniendo un sobresaliente en este apartado, pero el Tour
siempre es diferente, aquí todo se magnifica y la presión es mayor.
La evolución de este escarabajo ha sido
meteórica ya que hace solo tres años era un desconocido, hasta que hizo la
espectacular Volta a Cataluña de 2012 que finalizó cuarto. Como buen
“Escarabajo Colombiano”, destaca por sus buenas condiciones en la montaña,
siendo el mejor escalador del pelotón actualmente, capaz de imprimir un ritmo
muy duro cuando la carretera se empina y de mantenerlo durante mucho tiempo.
Con estas cualidades se parece a un motor diesel, pero también tiene tintes de
gasolina, ya que sus potentes arrancadas son muy difíciles de seguir. Este
escarabajo que se crio en la región de Boyaca, a más de 3000 metros de altitud,
le hizo ser una auténtica bestia sobre la bicicleta. Los descensos y sobre
todo, la contrarreloj, son dos aspectos en los que más ha evolucionado.
Esta temporada ha estado totalmente
dirigida a llegar en plena forma al Tour, una prueba de ello es que solo ha
logrado dos victorias hasta el momento, regalándonos a los aficionados una
exhibición digna del mejor ciclismo en el Terminillo, en la 5ª etapa de la
Tirreno-Adriático. Aquel día ganó y dejó prácticamente sentenciada la general,
que finalmente se llevó. Ha rozado la tercera victoria en varias ocasiones
cuando quedo cuarto en dos etapas del Tour de San Luis, lo mismo que en la
Vuelta al País Vasco y en la 3ª etapa, con final en Zumárraga, donde fue
tercero. En la 5ª etapa del Tour de Romandía finalizó cuarto y octavo en la
general. En La Route du Sud, fue segundo en la tercera etapa, con final en
Bagnères de Luchon y que se la llevó Contador, ocupando esa misma plaza en la
general final.
A pesar del traspié sufrido hoy, la
estrella del escarabajo sigue brillando con luz propia gracias a su esfuerzo y
a su constancia, no creo que esto pueda detenerle porque anhela ser la estrella
que más brille y para ello solo hay un camino: el de los Campos Elíseos vestido
de amarillo.
El tercer pie del banco es el accidentado
Leopardo Keniata, no pasó del adoquín el año pasado, este año espera tener más
suerte y activar el rodillo del Sky con ese ciclismo de control y potenciómetro
obsesivo.
¿Quién le iba a decir al bueno de Chris
Froome que después de haber estado en lo más alto del pódium de París en 2013
su carrera deportiva tomaría la dirección hacia la decadencia?, lo mismo le
había pasado a su compañero de equipo Bradley Wiggins.
Froome se había adjudicado su primer
Tour con gran autoridad y con un estilo poco ortodoxo sobre la bicicleta:
cabeza baja, brazos arqueados, gran cadencia y ataques sin levantarse del
sillín. Esta victoria le proclamo como el mejor vueltómano del momento, además,
también se llevo la victoria en la guerra fría generada en el Sky por ser el
líder único del equipo ante Bradley Wiggins.
Tras ese 2013 perfecto, llegó un
decepcionante 2014 con problemas de salud en la primavera y el abandono por
caídas en el Tour. Solo pudimos ver algo del antiguo Froome en la Vuelta a
España con un segundo puesto en la general final gracias a su lucha y pundonor,
pero viéndose siempre superado por Contador.
Tras esa mala temporada, quiere
revertir esa situación y volver a ser el dominador en las grandes Vueltas, por
lo que su principal objetivo de esta temporada es esta del mes de julio. Basó
su preparación en competir solo 27 días y mucho entrenamiento. Sudáfrica y el
Teide fueron sus lugares de concentración en busca de mejorar sus habilidades
de escalador, debido al Tour tan montañoso de esta edición.
Comenzaba la temporada de forma
magistral al imponerse en la general de la Vuelta a Andalucía, tras arrebatarle
el liderato en la última etapa al Pistolero de Pinto. Primer zarpazo
psicológico del leopardo a su principal rival.
Se fue a la Tirreno pero no participó
por problemas físicos nunca esclarecidos por el equipo. El siguiente pasó en su
plan de preparación fue la Volta a Catalunya donde saltaron todas las alarmas.
Mientras sus rivales para el Tour luchaban en la carrera, el leopardo se
arrastraba yéndose por las ramas de los árboles (hábitat donde el
leopardo se siente cómodo),
quedando a más de 45 minutos del vencedor.
Tras concentrarse en el Teide, volvió
un mes después al Tour de Romandía donde dejaba mejores sensaciones, al ganar
el prólogo y quedar tercero en la general final. Otro pequeño golpe de
confianza para él, que finalmente presentó su candidatura al Tour ganando la
Dauphiné, a pesar de un inicio dubitativo. Su victoria se labró con el modus
operandi del Sky: destrozando al pelotón y rematando al final Froome, nadie le
pudo seguir en las dos etapas alpinas. Distanciando sobremanera a rivales del
Tour como Nibali y Purito, trasladándoles a ellos las dudas sobre sus estados
físicos. Froome y su equipo, reverdecían aquellos no tan lejanos años dorados.
Nadie pone en duda la calidad, la lucha
y el derroche de energías que pone en cada carrera este leopardo keniata con
residencia en Inglaterra. Sin embargo, las dudas sobre su rendimiento seguirán
presentas tras casi año y medio sin ver la mejor versión del líder del Sky, le
quedan 19 días para que nos confirme ese favoritismo a la victoria final, se
que estará esperando el momento y lugar oportuno para demostrar que “el que tuvo retuvo”.
Hoy estuvo atento y salió indemne del zafarrancho de combate que se lio en la
2ª etapa, abriendo un hueco de casi minuto y medio con Nibali y Quintana.
Y por último, tenemos al Pistolero de
Pinto, siempre que las fuerzas gastadas en el Giro no le pasen factura y le
permitan desarrollar su creatividad con esas tácticas guerrilleras, tendrá que
explotar su inventiva si quiere derrotar a sus grandes rivales.
Alberto Contador busca una nueva hazaña
en su carrera, ganar el Giro y el Tour en una misma temporada. Hay una norma no
escrita que dice que aquel que gana un Giro no puede aspirar a ganar el Tour en
la misma temporada. El actual mundo del ciclismo profesional que está marcado
por los picos de forma llevados al milímetro y por las mediciones de los
pulsómetros, las dos primeras grandes son consideradas como objetivos
incompatibles. Hay que elegir una u otra, el Pistolero que no teme a ningún duelo,
llega a este Tour con la intención de romper con esa leyenda urbana que ya dura
17 años y emular a Fausto Coppi, Miguel Induráin, Eddy Merckx, Nicolas Roche,
Jacques Anquetil, Bernard Hinault y Marco Pantani. Precisamente fue Pantani el
último en lograrlo. El pistolero buscara ser el primero del Siglo XXI en
conseguirlo. La primera parte, con una exhibición de fuerza ya lo ha logrado.
Le falta este segundo escalón. Si lo logra agrandará aún más su leyenda, si
fracasa arraigará esa creencia de incompatibilidad que sobrevuela ambas
carreras en el ciclismo moderno.
Entre ese póker de Ases: Froome,
Nibali, y Quintana el Pistolero de Pinto es el que más días de competición
lleva, un total de 44 frente a los 27 de la Pantera, 35 del Tiburón y 36 del
Escarabajo.
Esto puede revertir en que quizás el
Tour se le haga demasiado largo. Sin embargo, si alguien ha demostrado ser
capaz de completar un objetivo de tal calibre, ese es Alberto Contador. Por
palmarés es el mejor vueltomano de los cuatro, ha corrido 13 grandes vueltas,
ganando 7. Un 53,8%.
En cuanto a la forma en la que llega
por lo visto en estas dos etapas, parece pletórico. Después de ganar el Giro
descanso, recupero fuerzas y corrió la Ruta del Sur para mantener ese contacto
con la competición. El resultado en esos tres días no podía haber sido mejor.
Victoria en la etapa reina, con final en Bagneres de Luchon y la general final.
Se le ve que llega en forma para intentar asaltar un doblete de otra época.
La edición de este año al tener menos
de 42 kilómetros de lucha contra el crono hará que el triunfo final se lo
jueguen los puros escaladores con un lugar reservado también a los mejores
estrategas, por eso no veo a nadie más para aspirar a la victoria final, aunque
seguro que los franceses, en especial Thibaut Pinot y Romain Bardet plantarán
bastante batalla.
Pero bueno, como
siempre digo yo, todo esto es teoría y el Tour es el TOUR, una carrera mágica
donde todo es posible.
Ningún comentario:
Publicar un comentario