Después
de escuchar los burdos comentarios en las redes sociales de Oleg Tinkoff
atacando a Alberto Contador, más me reafirmo en pensar que esté enfermo mental,
retrasado, tullido o mermado de distinta índole, debería estar ingresado en
alguno de esos lugares de encierro para los poco útiles para la cultura, que
antiguamente se llamaban manicomios.
Es bien cierto: No están todos los que son ni
son todos los que están. Yo, a este aficionado a estar todo el día con el vaso
de whisky en la mano lo embarcaría en aquella Nave de los locos sin rumbo y lo
haría desaparecer, ya que un personaje como este, bajo los efectos del alcohol
es un peligro ambulante.
Estoy
totalmente convencido de que todo lo que dice, lo dice bajo los efectos de
ingerir bebidas alcohólicas adulteradas, que al contener metanol en vez etanol
se vuelve peligrosísimo. Estos enfermos mentales son peligrosos, ofensivos y
demoniacos, por lo que deberían estar lo más lejos posible de la sociedad.
Después
de las intoxicaciones etílicas tan habituales en este personaje, lo que debería
hacer es reponer líquidos mediante la ingesta continuada de bebidas isotónicas
que le ayudasen a reponer las sales minerales que su organismo perdió a través
del hígado al asimilar el alcohol culpable de esa intoxicación. Pero claro, con
la resaca, no le apetece, su cuerpo apenas responde, está cansado y sin fuerzas
debido a que toda esa energía se le va por la boca en atacar a Contador con
esos burdos comentarios casi a diario.
De
todos es sabido que la relación entre ambos no era buena. No obstante, más allá
de las evidentes faltas de respeto, el ruso está llegando a niveles de obsesión.
No puede reprimirse cada vez que piensa en Alberto Contador. Desde su cuenta de
Twitter e Instagram, el que fuera propietario del Tinkoff Saxo, día sí y otro
también, publica comentarios atacando al español.
En
tan solo 140 caracteres, este adicto a los pelotazos de vodka y whiski no hace
más que insultar y desprestigiar con una serie de mensajes en los que no se ha
cortado ni un pelo en decir lo que piensa de todo un ganador de dos Giros de
Italia, dos Tours de Francia, tres Vueltas a España, además de etapas, Vueltas
menores, Clásicas y el Campeonato de España contrarreloj.
Estos
son algunos de los calificativos desafortunados y demasiado increíbles para ser
tomados en serio: “Contador no volverá a ganar una
carrera. Debería irse al Teide a perder algo de
peso desde ya, pero mejor que deje el ciclismo y empiece a follarse a su mujer”.
Después
de las caídas del actual ciclista del Trek-Segafredo en la Vuelta al País
Vasco, este impresentable bocazas señalaba que “con el
dinero que cobra, debería al menos ser capaz de sostener la bici”. “Contador no ha ganado ninguna carrera Pro Tour en los últimos
11 meses. Cobra 4 millones de euros desde entonces como salario. Qué estafa
para los inversores”.
Otro
de los insultos con que se expreso en Instagram para recordar al Pistolero de
Pinto fue: “Contador es un trozo de mierda española, él
nunca va a ganar nada más, es demasiado viejo y demasiado malo. La dieta le
volvió loco y avaricioso”.
En
mi país decimos que: “Palabras de burro no llegan al cielo”, Contador
hace bien en no entrarle al trapo a su expatrón en el Tinkoff. La mejor forma
de ofender a quien busca provocar es mostrarse indiferente ante sus actos, ya
que esto dota de una superioridad moral que sin duda molestará más a esa
persona que quiere ofenderte, así que:
“No hay mayor desprecio que no hacer aprecio”.
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