domingo, 30 de abril de 2017

GIRO DE ITALIA 2017

Del 5 al 28 de mayo y con tres días de descanso, la 100ª edición del Giro convertirá a Italia en una fiesta. Una fiesta que todavía estará teñida de negro y llorando a uno de los grandes ciclistas de ese país como era Michelle Scarponi. El ganador del Giro de Italia del 2011 iba a competir estos días  en la ronda de su país como jefe de filas del Astana, pero por culpa de las imprudencias de un pernicioso conductor sin escrúpulos, Scarponi no volverá dar pedales nunca más, ni en el Giro ni en otras carreras, tampoco volverá hacer reír al pelotón, ni nos volverá a deleitar con esos videos que colgaba en su Facebook con su loro Frankie.

Las ceremonias de luto se siguen acumulando en el ciclismo, otra vida segada por las imprudencias, espero y deseo que sea la última de esa larga lista trágica.

Pero la vida continua, y aunque con las penas en el cuerpo y en las piernas, esto no se puede detener y más cuando se llega a la edición 100 y con un trazado impresionante. De hecho, incluso el logotipo de la carrera ha sido modificado para esta edición.

La 100ª edición del Giro de Italia apuesta decididamente por un guiño a los especialistas en la pelea contra el crono, que podrán minimizar los daños que sufran en la alta montaña gracias a un total de casi 70 kilómetros de lucha individual  divididos en dos etapas. Quizás para redondear del todo esta travesía por los distintos artes del pedaleo, yo echo en falta una crono por equipos y una cronoescalada, aunque ya se sabe que en los 21 días de competición es imposible meter todo con un mínimo sentido de la coherencia y el espectáculo.

El Giro comenzara el viernes 5 de mayo en la segunda mayor isla del Mediterráneo, los organizadores permitirán a los habitantes de Cerdeña disfrutar de la Corsa Rosa durante tres días. Dos de esas etapas, la inaugural y la de despedida  serán perfectas para los sprinters, mientras que la segunda, aunque tampoco es imposible para los velocistas, puede ser un buen día para los aventureros que quieran y se atrevan a intentar la escapada lejana o jugándosela en una bajada de casi 40 kilómetros.

Después de estas tres etapas recorriendo la isla de Cerdeña llega el primer día de descanso y traslado para la serpiente multicolor que antes de saltar a la península de la bota, rendirá visita a Sicilia para disputar la 4ª etapa donde se enfrentaran a la primera gran dificultad de este Giro. La más grande isla del Mediterráneo tiene su techo en el volcán Etna, activo pero que no escupe lava desde hace cinco años y que con sus 1.892 metros de altura seguramente marcará, las primeras diferencias importantes en la general.

Tras este primer contacto con la alta montaña y antes de saltar a territorio continental es previsible que los sprinters disputen la victoria en la ciudad portuaria de Messina.

Tras el salto a la península los ciclistas afrontan unas cuantas etapas de las llamadas de transición en las que como es lógico servirán para que los aspirantes al podio final que hayan quedado malheridos en el Etna laman sus heridas y recarguen las baterías para lo que les viene encima. También serán etapas que sirvan para aquellos hombres importantes que vieron enterradas sus opciones en estas primeras de cambio, busquen salvar su honra cambiando su rol por otro más ofensivo, lo mismo que esos combativos hombres de equipo de segunda línea que llegan a estas carreras con la intención de dejarse ver en el gran escaparate como es el Giro de Italia.

Así, pedalada a pedalada, llegara el primer gran atracón de platos fuertes como serán la dupla de la llegada al alto Blockhaus y la primera crono entre Foligno y Montefalco, con sus 39,2 kilómetros de lucha individual al final de la primera semana de competición. Dos días que estarán seguidos por otra etapa pestosa debido a esos recorridos que hacen doler las piernas con sólo pensar en los cuatro puertos que se encadenan sin descanso antes de afrontar la trepidante bajada hacia Bagno di Romagna.

Las siguientes etapas, a excepción de la 14ª con final en Oropa, serán días sin demasiado que decir en cuanto a la pelea por la general final, servirán para que unos recuperen fuerzas y otros busquen la gloria pasajera del triunfo de etapa.

A partir del 16º día de competición, será el momento de la batalla final en la que serán los gallos los que tengan que tomar el protagonismo.

Si repasamos los perfiles de esta última semana despierta, como no puede ser de otra manera, los más bajos instintos de cualquier aficionado y con toda seguridad, atemorizara a todos aquellos que pretendan llegar con opciones. Ese día en el Stelvio, techo de la prueba (Cima Copi), que deja, con sus 2.758 metros, pequeño al Mortirolo que le precede y al Giogo di Santa María que le sigue, como gran juez de la etapa reina de este Giro del centenario.

Luego, todavía quedarán cuatro etapas de montaña antes de esa contrarreloj final de 28 kilómetros que llevará a los supervivientes desde el circuito de Monza a Milán y que acabará por decidir el orden final de la clasificación general y, por tanto, el nombre del ciclista que inscribirá su nombre en el revirado trofeo de la primera gran vuelta de la temporada.

Conocido el recorrido, a partir del día 5 es el turno para que los ciclistas conviertan esta propuesta en una carrera eléctrica y atractiva.

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