CADEL EVANS |
La conocida frase
de que “los viejos rockeros nunca mueren”, pero… se estropean bastante, no es
más que una frase, pero en muchos casos parece cierta, hay ciclistas que siguen
en activo y parecen haber hecho un pacto con el diablo, pero por ellos también
pasan los años y en el ciclismo, como en todo en esta vida, sí que pesa la
edad.
Los ciclistas
tampoco son eternos y por mucho que se mentalicen de que la edad es una
cuestión de la mente sobre la materia, los años no pasan en balde, el tiempo va
minando y no transcurre en vano.
Esto es algo que hemos podido comprobar en el
reciente Giro de Italia 2014 que acaba de terminar. Ciclistas como Ivan Basso
(26/11/1977), Cadel Evans (14/02/1977), Michele Scarponi (25/09/1979) o Samuel
Sánchez (05/02/1978) rindieron por debajo de las expectativas generadas al
inicio de la carrera, teniendo que dejar paso a una nueva generación de
ciclistas que coparon los primeros puestos de la clasificación general. Es ley
de vida, nada dura para siempre, siendo la edad la única que acaba pasando
factura. Estos ciclistas, como los viejos rockeros, no mueren, pero ya no
deslumbran como hace unos años, ellos mismos ven como los jóvenes valores
empiezan a sustituirlos, creando un nuevo orden mundial dentro del pelotón
ciclista. Es la propia ley de la carretera el que va poniendo a cada uno en su
sitio.
El caso más
llamativo es el del viejo rockero del Canondale Ivan Basso. El italiano acudía
al Giro con la intención de demostrar que aun podía ser un ciclista a tener en
cuenta para las clasificaciones generales de las grandes rondas de tres
semanas. Quería conseguir un buen resultado para acallar las voces críticas que
decían que estaba acabado. En su mente estaba que lo podría lograr, pero
posiblemente su edad no se lo permitió ya que la carrera no le ha salido como
hubiese deseado, pese a sus dos buenas primeras semanas.
IVÁN BASSO |
En la crontrarreloj
de Barolo se empezó a desinflar, un golpe anímico que le afectó más de lo
esperado. También perdió tiempo en los finales de Oropa y Montecampione,
acabándose de hundir en Val Martello donde se dejó más de un cuarto de hora.
Tras este varapalo, trató de cambiar el chip, metiéndose en la fuga en la etapa
que acababa en el Rifugio Panarotta para tratar de buscar la victoria, pero fue incapaz de
seguir el ritmo de los escarabajos colombianos Julián Arredondo y Fabio Duarte.
Termino el Giro en el puesto 15ª de la general, a más de media hora de Nairo
Quintana. Siendo su participación un quiero y no puedo constante. Este viejo rockero ya
no es el: “Iván el Terrible”.
Para Cadel Evans,
el Giro realizado guarda ciertos paralelismos con la carrera realizada por Iván
Basso. También fue de más a menos hasta la crontrarreloj de Barolo su situación
era perfecta, había conseguido evitar las caídas y se encontraba en posesión de
la Maglia rosa. Pero no eran más que fuegos de artificio de otro viejo rockero.
A partir de la
segunda semana, cuando comenzó lo verdaderamente duro, empezó a diluirse como
azucarillo en el café. La última semana de la prueba se le hizo eterna. Este
viejo rockero de 37 años, también por su edad y no por su mente fue incapaz de
recuperarse de los esfuerzos acumulados y acabó la carrera totalmente exhausto.
El carácter batallador, sufridor e incansable de los viejos rockeros que nunca
mueren le permitió acabar 8º en la clasificación general, a 11´51” de Nairo
Quintana. Un resultado muy pobre para un ciclista acostumbrado a pelear por las
victorias. Dejando la sensación de que está muy lejos de aquel ciclista que fue
capaz de ganar el Mundial de Mendrisio en 2009 y el Tour de Francia de 2011.
MICHELE SCARPONI |
Muy diferente es
el caso de Michele Scarponi. Este viejo rockero acudía al Giro con los galones
de líder dentro de un Astana en el que le acompañaban Fabio Aru y Mikel Landa.
En este caso la mala fortuna y las caídas lastraron su rendimiento ya que fue
uno de los grandes afectados tras la montonera que se produjo en la etapa de
Montecassino. Como los viejos rockeros que nunca mueren, Scarponi siguió en
carrera para tratar de ayudar a Aru, pero tuvo que abandonar en la etapa del
Gavia y el Stelvio aquejado de fuertes dolores en el cuello y la espalda. Su próximo objetivo
será ayudar a Vincenzo Nibali en el Tour de Francia.
De la
decepcionante actuación del ciclismo español en este Giro de Italia que no me
ilusiono, no me engancho y me defraudo, tengo que mencionar la discreta
actuación del lugarteniente de Cadel Evans en el BMC, Samuel Sánchez. Este
viejo rockero español, que también se resiste a morir, acudía al Giro con el
objetivo de trabajar por y para Evans, las cosas no le salieron como hubiese
querido. Su rendimiento ha sido muy decepcionante, estando desaparecido
totalmente. El excorredor del desaparecido Euskaltel-Euskadi, acostumbrado a
ser protagonista en las carreras, ha completado un Giro completamente anónimo,
no cumpliendo las expectativas y dejando a su líder demasiado solo en la alta
montaña.
Lo que vimos en
este Giro fue a unos viejos rockeros que no mueren, pero… naufragaron por la
edad y porque les faltaron las fuerzas para resistir tres semanas de lucha
diaria. El cambio generacional es real, porque por detrás llegan abriéndose
paso la nueva generación de estos ciclistas que coparon los primeros puestos de
la clasificación general.
A
viejos rockeros, nuevas generaciones. Iguales o mejores el tiempo lo dirá. De
momento viva la eterna juventud.
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