El
Giro de Italia desde el punto de vista del espectador y del aficionado fue muy
flojo, decepcionante, no me emociono ni me engancho.
Desde que
se conoció en octubre de 2013, ríos de tinta se derramaron criticando el recorrido. Hoy, después de lo
visto, tengo que dar la razón a esa lluvia de críticas a un recorrido que fue
un completo desacierto. Un desacierto que en parte beneficio a los escarabajos
colombianos Nairo Quintana y Rigoberto Uran, (1º y 2º respectivamente).
Las
claves de ese desacierto que condicionó y redujo las posibilidades del
espectáculo yo creo que fueron:
1º.- Excesivos
finales en alto. Esto fue lo que provocó que los
favoritos no atacasen de lejos, dejando incluso que llegasen las escapadas, por
lo que la emoción que daba la fuga era la que salvaba la etapa y la lucha por
la general se resolvía con la clásica mirada de reojo para al final no pasar
nada. Además de ello, condiciona la participación de los sprinters de alto
nivel, prueba fue que el único sprinter nato y de perfil no-escalador fue Marcel
Kittel, lo mismo podríamos decir de los contrarrelojistas ninguno de los
números uno en la lucha contra el crono participaron este año.
2º.- Las etapas
más duras en la tercera semana. Esto provoco que las dos primeras
semanas los ciclistas ahorraran fuerzas para la última semana, reduciendo los
ataques y evitando el desgaste de fuerzas. Etapas que en un principio estaban
pensadas para dar espectáculo como eran la de Oropa, Montecopiolo o Montecassino
fueron subidas casi a ritmo por todo el pelotón, incluyendo a los favoritos que
se reservaron para los ataques en el último kilómetro. Los resultados debido al
bajo ritmo con que subieron, es que Diego Ulissi, un ciclista no escalador ganó
dos etapas con final en alto, que eran ideales para dar la batalla los
escaladores y favoritos a la general.
3º.- No hubo
contrarreloj llana. La primera contrarreloj fue de sube y
baja, con la subida inicial y la segunda fue una cronoescalada a un puerto
bastante duro. Esto ocasionó que los buenos escaladores llegasen sin tiempo
perdido a las etapas de alta montaña e incluso de líderes, lo cual los dejo en
una situación que no necesitaron atacar. De haberse disputado una etapa
totalmente llana habría marcado más diferencia a favor de los ciclistas
rodadores, incluso el propio Cadel Evans habría estado más días de líder y no
se habría eliminado tan pronto de sus opciones de ganar la carrera, y el resto
de favoritos se hubieran visto obligados a atacar.
4º.- La etapa más
dura de este Giro fue la 20ª. A falta de tres días para finalizar
el Giro, todo estaba decidido. Ni Nairo Quintana necesitaba atacar para ser el
Campeón, ni Rigoberto Uran tenía opciones de atacar para asaltar el liderato ni
tampoco temía perder su segundo puesto ya que los cuatro siguientes en la
general parecían conformes con sus posiciones en la general. Si Uran hubiese
llegado con Nairo en Val Martello, Nairo habría atacado muy fuerte en Panarotta
y Zoncolán, con la intención de coger el liderato, pero como ya era líder, no
se vio en esa necesidad.
Con
muy pocas modificaciones habríamos visto un Giro deferente, emocionante, espectacular
y sobre todo engancharía a todo el mundo:
1º.- La
cronoescalada tendría que disputarse en la 20ª etapa.
Seguramente para los ciclistas con opciones a los puestos de podio, sería el
último esfuerzo a un todo o nada para ocupar esos tres ansiados puestos.
2º.- La
contrarreloj totalmente llana. De haber sido así, los escaladores
hubiesen perdido tiempo, teniendo que luchar para recuperarlo en las etapas de
montaña, cosa que no necesitaron hacer en este desacertado Giro.
3º.- Una etapa de alta montaña menos. La
tercera semana tendría que haber tenido una etapa de alta montaña menos,
cambiándola por una llana y la cronoescalada junto con una rompepiernas se
pasaría de 4 a 2 donde habría habido lucha según los tiempos de cada cual en la
general.
4º.- La subida al Zoncolán. Una
subida como el Zoncolán, se tendría que haber disputado en la segunda semana
cuando los escaladores tienen aun tiempo perdido y las fuerzas no están
mermadas para intentar los ataques.
Resumiendo:
Si hay equilibrio entre contrareloj individual y montaña, la carrera la gana el
ciclista más completo, o sea el escalador que mejor haga la contrarreloj
individual, o el contrarrelojista que mejor pase la montaña y cada cual ataca
cuando está fuerte.
En
fin: Con un recorrido equilibrado se garantiza el espectáculo, que es lo que
precisamente necesita el ciclismo actual para volver atraer patrocinadores y
volvamos tener varios equipos elite.
Yo
creo que el Giro ciertamente tuvo un diseño nefasto, desequilibrado y
claramente recargado a favor de un superclase por eso el ganador fue Nairo
Quintana, el ciclista que demostró ser el más completo, el que mejor soporto
las inclemencias del tiempo y su enfermedad, el que gano en las etapas claves
cuando vio que a sus rivales los efectos del clima y la dureza de la etapa les
hacia mella. Vio flaquear a Rigoberto Uran y lo ataco bajando cuando todavía
faltaban muchos kilómetros a meta. Etapa clave y ataque preciso en el momento
exacto que le hizo ganar el Giro de Italia 2014.
Ese día se acabo la carrera, gano el mejor y no fue otro que el
escarabajo Nairo Quintana.
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