luns, 4 de setembro de 2017

SEGUIMOS DE VUELTA 2017

La Vuelta Ciclista a España aunque sigue rodando camino de su última semana, hoy la serpiente multicolor se toma su segundo día de descanso.

En el ciclismo actual, gracias a la presencia permanente de nutricionistas, preparadores y técnicos, todo esta tan medido que los desfallecimientos posteriores a estos días son tan excepcionales que es difícil que algún favorito sea cazado por el hombre del mazo.

Comenzaba la segunda semana de competición con las advertencias del Pistolero de Pinto diciendo que todo era posible y que nada estaba perdido.

Dicha advertencia no se hizo esperar y camino de Calar Alto, el Tiburón de Mesina y el Pistolero de Pinto en una eficaz estrategia de desgaste se unieron con la intención de arrinconar a Chris Froome. El acelerón de los dos escaladores de categoría hizo que en la subida se descolgaran Fabio Aru, Esteba Chaves y Nicolas Roche.

Con el pelotón fracturado en múltiples grupos, el Sky sin descomponerse controlaba la situación con Froome y su estilo destartalado sobre la bicicleta, sufriendo para trepar por unas paredes mojadas e interminables. La lluvia dificultó el ascenso al primer gran puerto de esta Vuelta 2017. La adversa climatología castigó a unos ciclistas cada vez más debilitados que fueron incapaces de desenvainar las espadas hasta el último tramo de la subida.

El Tiburón sobre mojado se mueve como gato panza arriba, a cinco kilómetros de meta aventaja en 40 segundos a Chaves y con la segunda plaza de la general a su alcance. Su empuje arrinconó a Froome primero y luego a su primer aliado, que con la pólvora mojada cruzaba la meta con 15 segundos perdidos. El único que aguantó la dentellada del Tiburón fue Miguel Ángel López que sin inmutarse ni perder la compostura aguanto la ofensiva de un Tiburón que tuvo que tragarse el objetivo de su apetito, nadando apaciblemente hacia otras aguas.

El último kilómetro le sirvió al escarabajo colombiano para aumentar la ventaja a 16 segundos con respecto a Froome y Nibali que también conseguían bonificación. El británico resistía y el italiano alcanzaba la segunda plaza de la general mientras que el Pistolero de Pinto a pesar de perder más de medio minuto avanzaba hasta el top-10 de la clasificación general.

Se dice que los valientes no llegan a viejos y que de los cobardes nunca se escriben historias.

Alberto Contador una vez más volvió a exhibir ese carácter inconformista que le caracteriza, porque es un ciclista reñido con la mediocridad y porque está emparentado con el espectáculo.

En el ascenso de la última cima de la etapa, camino de Antequera, sorprendió a todos los gallos. Aprovechando la desidia del pelotón, pistola en mano, espoleo a su montura para lanzarse a una increíble ofensiva en busca del podio de Madrid. Nadie esperaba el arreón que dio en el Torcal en una etapa que se antojaba de transición, a la espera de la doble cita de La Pandera el sábado y el domingo en Hoya de la Mora, ambas de categoría especial.

Pero Contador prefiere no llegar a viejo antes de que escriban de él calamidades.

El Pistolero y el ciclismo son impredecibles. Bendita incertidumbre.

Su ataque por sorpresa contó con la colaboración inicial de Nicolas Roche y luego de su gregario Edward Theuns. Un golpe en la mesa que desconcertó a todos. En plena batalla a cara de perro, Froome nervioso, se cayó dos veces en el descenso del puerto y todas las alarmas saltaron por los aires. Nadie espero al líder de la carrera, pero el principal gallo del corral contaba con su gente (Nieve y Poels), para auxiliarle.

En el desconcierto y ante la fatalidad del líder, el Pistolero de Pinto que no se daba por vencido adquirió una ventaja próxima al minuto. La renta era pequeña, pero lo importante era el mensaje de fortaleza transmitido por un pistolero que se le creía muerto desde el día de Andorra. Al final de la etapa el líder pudo minimizar los daños gracias a sus gregarios de lujo, cediendo solo 40 segundos con el Pistolero y 20 con el Tiburón. Que se benefició  de una renta que nunca había soñado.

Llegaba el fin de semana de infarto y el Tiburón de Mesina asustaba a Chris Froome en La Pandera.

Vincenzo Nibali, sin abrir grandes diferencias cuestionaba la dictadura de Froome con un ataque, primero y nuevamente con el Pistolero y después con un sprint en el que bonificó cuatro segundos.

Puede que sean insuficiente, pero Nibali parece ahora el único elegido y el único capaz de retar a Froome. Consiguió asustarlo en Jaén y, gracias a su tercer puesto, birlarle cuatro segundos que lo dejaban a solo 55 del liderato.

Se dice que con el Alto del Purche como prólogo a la Hoya de la Mora (total 28 km de ascensión), el Giro de Italia y el Tour de Francia visitan la Vuelta a España. La épica de aquellas, con sus ascensiones infinitas contagian a la Vuelta que este domingo y un día antes del segundo día de descanso tocó techo. A 2.500 metros el mal de altura empieza a robar oxígeno a los pulmones de la serpiente multicolor, menos a un escarabajo colombiano acostumbrado a estas altitudes como es Superman López que venció con una superioridad insultante en Sierra Nevada. Este escarabajo colombiano tuvo fuerzas para, primero unirse al Pistolero de Pinto en un ataque a Froome donde le llegaron a sacar 1:22. Después en solitario cazó a Adam Yates en la subida, reventándole sin miramientos, mientras que el Pistolero volvía a protagonizar otro arrebato valiente que, como anteriormente, no fue suficiente para desbancar a un Sky que no se volvieron locos sabedores de que los últimos kilómetros, de carretera ancha y menor dureza, eran favorables para recuperar terreno, como así sucedió.

Neutralizado el Pistolero, este volvió a pagar su osadía cediendo 40 segundos más.

El voluntarioso Alberto Contador, esta apurando sus últimos días como ciclista con su espíritu de siempre. Las fuerzas, sin embargo, no son las de antes.

Esta Vuelta a España se ha convertido en todos contra Chris Froome, pero la hegemonía del Sky es clara, mientras su líder se frota las manos ante el segundo día de descanso y la contrarreloj del martes y con el Tiburón a un minuto.

Chris Froome ama la Vuelta. Siempre lo ha dicho y por eso es que la tiene entre ceja y ceja. Quiere ser el primer ciclista que conquista en el mismo año Tour y Vuelta desde que se disputan por este orden. Es su máximo reto, antes de conquistar su quinto Tour de Francia. Mañana martes llega a la contrarreloj, que le es muy favorable de rojo, donde sacará ¿uno?, ¿dos?, ¿tres?, quién sabe. Paso a paso, se está acercando a su primera Vuelta. El próximo domingo lo sabremos.

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